El sur peruano es una región donde tienen lugar diversos procesos geológicos peligrosos, como actividad sísmica recurrente, deslizamientos, derrumbes, inundaciones y de modo menos frecuentes los peligros volcánicos.
Estos procesos destructivos, generan impactos medioambientales, sociales y económicos muy importantes, principalmente en sociedades como la nuestra que no se encuentran preparadas para hacer frente a estos fenómenos.
Como ejemplos podemos citar, que anualmente las lluvias intensas excepcionales en nuestro país, generan pérdidas anuales de más de 100 millones de nuevos soles al Estado, y la muerte de decenas de personas debido a inundaciones y deslizamientos.
Por otro lado, durante el manejo de la crisis volcánica del volcán Ubinas, solo en el año 2006, el Estado peruano gastó más de 10 millones de soles, suma que fue invertida en la construcción de albergues, implementación de servicios básicos, proporción de alimentación, evacuación de pobladores a los albergues, adecuación y apertura de carreteras carrozables para rutas de evacuación de la población, entre otros.
La minería en el Perú, es una de las actividades económicas más importantes, solo basta mencionar que la minería es la principal fuente de divisas. Por otro lado, nuestro país es uno de los principales productores de plata, plomo, zinc, oro y cobre en el mundo. En el sur del Perú, operan las principales minas productoras de cobre y molibdeno, tales como Cerro Verde, Cuajone y Toquepala, los proyectos Quellaveco, El Chorro, Chapi y Calatos. Asimismo en el sur se tienen minas de plata, plomo, zinc y oro, tales como Caylloma, Arcata, Orcopampa, Shila, Ares, Tucari y Santa Rosa. Las operaciones y proyectos mineros antes mencionados, se encuentran dentro del radio de influencia de los volcanes activos.
Características del volcanismo reciente en el sur peruano
A lo largo de la Cordillera de los Andes del sur peruano existen siete volcanes activos, el Misti y Sabancaya en la región Arequipa, los volcanes Ubinas, Huaynaputina y Ticsani en la región Moquegua, Tutupaca y Yucamane en la región Tacna. Asimismo, en esta región se tienen por lo menos seis volcanes potencialmente activos, emplazados durante el Plio-cuaternario, entre los que se distinguen el Sara Sara, Coropuna, Ampato, Chachani, Purupuruni y Casiri. Finalmente, se distinguen aproximadamente 28 conos monogenéticos dentro de los valles de Andahua, Huambo y Sora, emplazados durante el Pleistoceno y Holoceno. Un volcán es considerado activo, si es que ha registrado por lo menos una erupción en el Holoceno (últimos 11 mil años) o durante el periodo histórico. Por otro lado, denominamos como volcán potencialmente activo, a todo aquel que se presume, por evidencias geológicas o geomorfológicas, que ha tenido actividad eruptiva en el Pleistoceno u Holoceno. Los siete volcanes activos, han presentado muchas erupciones en tiempo histórico.
Como ejemplos podemos citar la gran erupción del volcán Huaynaputina (Moquegua), ocurrido el año 1600 d.C., que ocasionó la muerte de más de 1500 personas, la destrucción total de más de 156 poblados y los efectos devastadores que tuvo en todo el sur peruano. El volcán Ubinas es el más activo, ha registrado alrededor de 24 erupciones desde el año 1550 d.C., la última de ellas se inició en marzo del 2006. Esta última erupción obligó evacuar a más de 1600 personas de cinco localidades asentadas al pie del flanco sur, hacia refugios temporales donde permanecieron cerca de un año. Solo durante el año 2006, la gestión de dicha crisis ocasionó al Estado Peruano, gastos por más de 10 millones de soles. El volcán Sabancaya ha presentado hasta cuatro erupciones en época histórica, la última de ellas se produjo entre los años 1988 a 1998.
Tipos de peligros volcánicos
Estudios geológicos y volcanológicos efectuados en los últimos años muestran que los principales peligros que presentan los volcanes peruanos son los siguientes:
a) Peligros por caídas de ceniza, pómez o escoria. Se generan cuando los fragmentos de roca son expulsados hacia la atmósfera violentamente, formando una columna eruptiva alta y que posteriormente caen sobre la superficie terrestre. Los fragmentos más grandes caen cerca del volcán y se denominan bombas o bloques (>64 mm), mientras que las partículas de menor tamaño, denominadas lapilli (2-64 mm) y ceniza (<2 mm) son llevadas por el viento a grandes distancias y luego caen.
b) Peligros por flujos de lodo (lahares). Se generan por la mezcla de partículas volcánicas movilizadas por el agua. El área afectada depende del volumen de agua y de materiales sueltos disponibles, así como de la pendiente y topografía. Normalmente destruyen todo a su paso.
c) Peligros por flujos piroclásticos. Estos flujos son masas calientes (300°C a 800°C), conformadas por una mezcla de ceniza, fragmentos de roca y gases, que descienden por los flancos del volcán a grandes velocidades (200 y 300 m/s), destruyen y calcinan todo lo que encuentran a su paso.
d) Peligros por avalanchas de escombros. Son deslizamientos súbitos de una parte voluminosa de los edificios volcánicos, se originan por la elevada pendiente del volcán, presencia de fallas, movimientos sísmicos fuertes y explosiones volcánicas. Las avalanchas de escombros pueden alcanzar decenas de kilómetros de distancia, bajan a gran velocidad y destruyen todo lo que encuentran a su paso.
e) Peligros por flujos de lava. Son corrientes de roca fundida, que fluyen por las laderas del volcán. En los volcanes peruanos normalmente se enfrían en la zona del cráter (domos) o recorren poca distancia.
Peligros volcánicos y sus efectos en la mineria
Los volcanes del sur peruano, han presentado en el pasado reciente actividad principalmente explosiva, caracterizada por el emplazamiento de volúmenes importantes de depósitos de caída de tefras. Estos productos pueden afectar decenas a cientos de kilómetros de distancia del cráter. Como ejemplos citaremos solo tres casos:
a) La erupción del volcán Huaynaputina del año 1600 d.C., que emplazó alrededor de 7.9 a 9.4 km3 de pómez y ceniza, que fue dispersado a más de 600 km de distancia del cráter. Se registraron caídas de cenizas por el noroeste en Ica y Cusco, por el este en La Paz-Bolivia y por el sur la zona de Arica- Chile. En Arequipa, que se encuentra a más de 60 km de distancia del volcán Huaynaputina, se produjeron caídas de cenizas que alcanzaron entre 7 y 15 cm de espesor.
b) La erupción del volcán Misti que emplazó el depósito de caída de lapilli pómez “Autopista”. Se han reconocido estos depósitos de ceniza a más de 25 km de distancia del cráter, donde posee más de 20 cm de espesor. Esto hace suponer que las cenizas afectaron áreas situadas a más de 50 km del cráter del volcán Misti. La última erupción explosiva del Misti, ocurrió hace 2 mil años y emplazó depósitos de lapilli pómez de 20 cm de espesor a más de 15 km de distancia del cráter.

c) La erupción del volcán Ticsani que emplazó el depósito de caída de lapilli pómez Ticsani Gris. Se han registrado estos depósitos de ceniza a más 50 km del cráter, donde posee 1 cm de espesor.

La mina Cerro Verde se encuentra a menos de 40 km de distancia del volcán Misti; a pocos kilómetros de los volcanes Sabancaya y los campos volcánicos monogenéticos de Huambo, Andahua, Orcopampa y Sora, se tienen las operaciones mineras Caylloma, Arcata, Orcopampa, Shila y Ares; los proyectos mineros Chapi y Calatos se hallan a cerca de 60 km de los volcanes Huaynaputina y Ticsani; las operaciones mineras y proyectos mineros de Cuajone, Toquepala y Quellaveco, se hallan a menos de 40 km de los volcanes Ticsani, Tutupaca y Yucamane; un poco más lejos, a más de 60 km de los volcanes Ticsani y Tutupaca, se encuentran las minas Tucari y Santa Rosa.
Por lo expuesto, el principal peligro volcánico que puede afectar a las operaciones o proyectos mineros son los generados por caídas de lapilli pómez y cenizas. Los efectos destructivos de estos productos pueden ser:
– Causar problemas de salud en las personas, con incidencia de enfermedades tales como conjuntivitis, laceraciones en la cornea, dermatitis y males respiratorios, principalmente en personas con asma. También problemas gástricos o gastrointestinales, principalmente por ingesta de alimentos o agua contaminada.
– Afectar seriamente los motores de los sistemas de ventilación, compresión, transporte y plantas concentradoras.
– Contaminar las canchas de lixiviación o cianuración.
– Interrumpir las vías de transporte terrestre e interrumpir el tráfico aéreo.
– Provocar el colapso de los techos en los campamentos mineros, principalmente durante la temporada de lluvias.
– Contaminar las fuentes de abastecimiento de agua para las operaciones mineras. El agua es utilizado para la lixiviación, transporte, los campamentos mineros, entre otros. En este caso resaltamos la posible contaminación del río Chili y represa Aguada Blanca, por la actividad del volcán Misti, afectando seriamente la mina Cerro Verde. También la contaminación de las lagunas Suchez, Viscacha, Lariscota y la represa y canal de irrigación Pasto Grande, que se encuentran cercanas a los volcanes Ticsani, Tutupaca y Yucamane, y que son las principales fuentes de agua para Cuajone, Toquepala y Quellaveco.
– Generar lluvias ácidas, por la combinación de los gases volcánicos CO2, SO2, HC, OH, F, Cl, entre otros, con el agua y formar H2SO4, HCl, CO, HF, otros. Estas lluvias ácidas generan corrosión en los equipos, sistemas eléctricos, transporte, etc.
Mitigación de los peligros volcánicos
Los efectos de las erupciones volcánicas en las operaciones mineras, pueden mitigarse, con la adopción de medidas adecuadas y oportunas. En tal sentido el INGEMMET, desde el año 2005 viene implementando sistemas de vigilancia en los volcanes activos.
Actualmente se realiza vigilancia geoquímica y fisicoquímica de fluidos en los volcanes Misti, Ubinas, Ticsani, Coropuna, Tutupaca y Chachani. Se realiza vigilancia sísmica en el volcán Ticsani, durante el 2008 se han desarrollado campañas sísmicas temporales en los volcanes Tutupaca y Coropuna.
Finalmente, se vienen realizando trabajos de vigilancia de deformación con los métodos de interferometría radar, GPS y EDM en los volcanes Misti, Tutupaca, Ticsani y Ubinas. El INGEMMET tiene previsto completar la implementación de vigilancia volcánica en los siete volcanes activos durante los siguientes cinco años. La vigilancia volcánica permitirá conocer con semanas o meses de antelación la posible ocurrencia de una erupción volcánica. Esta información permitirá a las empresas mineras y población, ejecutar acciones de mitigación de riesgos frente a este fenómeno destructivo.
Conclusiones
En el sur peruano existen siete volcanes activos, el Misti, Sabancaya, Ubinas, Huaynaputina, Ticsani, Tutupaca y Yucamane. Durante el Holoceno y época histórica, estos volcanes han tenido actividad eruptiva principalmente de tipo explosivo, que han emplazado volúmenes importantes de ceniza y pómez. Frecuentemente, las cenizas afectaron áreas situadas a más de 40 km de dichos volcanes.
Importantes operaciones y proyectos mineros en el sur del Perú, se encuentran dentro del radio de influencia de los volcanes activos y la principal amenaza son los generados por caídas de ceniza. Así, la mina Cerro Verde se encuentra a menos de 40 km de distancia del volcán Misti; a pocos kilómetros de los volcanes Sabancaya y los campos volcánicos monogenéticos de Huambo, Andahua, Orcopampa y Sora, se ubican las minas Caylloma, Arcata, Orcopampa, Shila y Ares; los proyectos Chapi y Calatos se hallan entre 55 a 65 de los volcanes Huaynaputina y Ticsani; finalmente Cuajone, Toquepala y Quellaveco, se hallan a menos de 40 km de los volcanes Ticsani, Tutupaca y Yucamane.
Las cenizas pueden afectar de diversa manera las operaciones y proyectos mineros: Causar problemas de salud en las personas (conjuntivitis, laceraciones en la cornea, dermatitis, males respiratorios, problemas gástricos o gastrointestinales); afectar seriamente los motores de los sistemas de ventilación, compresión, transporte y plantas concentradoras; contaminar las canchas de lixiviación o cianuración; interrumpir las vías de transporte terrestre e interrumpir el tráfico aéreo; generar lluvias ácidas, que provocaría corrosión en los equipos, sistemas eléctricos, transporte, etc.
Las cenizas pueden contaminar las fuentes de abastecimiento de agua para las operaciones y proyectos mineros. Los casos más resaltantes son la contaminación del río Chili y represa Aguada Blanca, por la actividad del volcán Misti, que afectaría seriamente la mina Cerro Verde. También la contaminación de las lagunas Suchez, Viscacha, Lariscota y la represa y de irrigación Pasto Grande, que se encuentran cercanas a los volcanes Ticsani, Tutupaca y Yucamane, y que son las principales fuentes de agua para Cuajone, Toquepala y Quellaveco.
Artículo publicado en la revista Seguridad Minera n° 98. Escrito por Jersy Mariño, Marco Rivera, Domingo Ramos, Yanet Antayhua, Luisa Macedo, Pablo Masías, Domingo Espinoza y Edwin Suaña – Instituto Geológico Minero y Metalúrgico, INGEMMET.
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