La somnolencia y la fatiga son desafíos recurrentes, especialmente para aquellos que trabajan durante la noche. Aunque existen diversas intervenciones, pocas abordan directamente la base biológica de estos problemas. Así lo asegura el Dr. John Ewer Lothian, del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso en Chile, quien explora cómo podemos intervenir para reducir la somnolencia y la fatiga en trabajadores nocturnos.
Nuestro cuerpo sigue un ritmo circadiano, aproximadamente de 24 horas, que regula nuestros patrones de sueño y vigilia. Este reloj biológico está presente en el núcleo supraquiasmático del cerebro y coordina nuestras actividades diarias. La luz solar marca el inicio del día y nos mantiene alerta, mientras que la oscuridad nocturna induce el sueño profundo.
A pesar de los avances tecnológicos, seguimos siendo una especie diurna. Nuestros órganos internos también tienen relojes biológicos sincronizados por el reloj central. Por ejemplo, el hígado sabe cuándo esperar la comida y funciona mejor durante el día. Cambiar nuestro ritmo biológico es complicado debido a millones de años de evolución adaptada a las alternancias diarias de luz y oscuridad.
Para aquellos que trabajan en turnos nocturnos, como mineros o personal de campamentos, la situación es más compleja. A largo plazo, comer durante la noche puede llevar al síndrome metabólico, una condición crónica e irreversible. Por lo tanto, es crucial encontrar soluciones para mitigar la somnolencia y la fatiga en estos trabajadores.
El trabajo nocturno requiere estar despierto cuando el cuerpo pide dormir, lo cual reduce el desempeño y causa un aumento en accidentes y un daño irreversible a la salud. También requiere dormir cuando el cuerpo pide estar despierto, lo cual reduce la calidad del sueño, al ser poco profundo y fragmentado.
Algunas posibles intervenciones, incluyen:
- Luz artificial: proporcionar luz brillante durante períodos específicos en los turnos nocturnos puede ayudar a mantener la alerta y regular el ritmo circadiano. Reducir laexposición a la luz a la salida del turno.
- Descansos estratégicos: programar descansos cortos durante la noche puede mejorar la atención y reducir la fatiga. Acceso a dormitorio oscuro y silencioso durante el día.
- Alimentación consciente: fomentar hábitos alimenticios saludables durante los turnos nocturnos puede prevenir el síndrome metabólico.
Comprender nuestra biología y adaptar las intervenciones a los ritmos circadianos puede marcar la diferencia para los trabajadores nocturnos. Aunque no podemos cambiar nuestra naturaleza diurna, sí podemos encontrar formas de mejorar la calidad de vida y la seguridad en el trabajo nocturno.
El Dr. John Ewer Lothian presentó algunas de estas ideas en su conferencia efectuada en el marco del IX Seminario Internacional de Salud Ocupacional en Operaciones Mineras, organizado por el Instituto de Seguridad Minera (ISEM).
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