Horacio Rivera Besa, director del Centro Ergonómico y Estudios del Trabajo (CEYET), participó en el IX Seminario Internacional de Salud Ocupacional de Operaciones Mineras, organizado por el Instituto de Seguridad Minera (ISEM). Las imágenes de su presentación titulada «Hallazgos referentes al comportamiento humano en condición de hipoxia» está disponible en YouTube, en las que aborda la compleja interacción entre el trabajo en altura geográfica y la carga mental de los trabajadores sometidos a turnos de 12 horas, destacando cómo estos factores influyen en la salud y el rendimiento laboral.
Rivera Besa explica que la hipoxia, o la falta de oxígeno adecuada a nivel celular, es un riesgo considerable en ambientes de trabajo a gran altitud. Esta condición puede afectar de manera significativa las capacidades cognitivas y físicas de los trabajadores, aumentando la carga mental y, en consecuencia, la probabilidad de errores y accidentes laborales. En este contexto, la organización y distribución del tiempo de trabajo se convierten en factores determinantes para la salud y seguridad de los empleados.
El sistema laboral, según Rivera Besa, juega un papel crucial en la vida de los trabajadores, no solo en términos de productividad, sino también en su bienestar general. La forma en que se estructuran los turnos y las jornadas laborales afecta profundamente la vida personal, familiar y social de los empleados. Los turnos rotativos de 12 horas, especialmente en condiciones de hipoxia, pueden dificultar la satisfacción de las necesidades básicas de los trabajadores, repercutiendo negativamente en su calidad de vida y su capacidad para desempeñar sus funciones de manera eficiente.
Rivera Besa enfatiza la importancia de considerar estos factores al diseñar sistemas de trabajo en altitud. Adaptar los horarios y las condiciones laborales para mitigar los efectos de la hipoxia es fundamental para garantizar la salud, la seguridad y la productividad de los trabajadores. Su análisis sugiere que una revisión cuidadosa de los turnos y la distribución del tiempo de trabajo podría favorecer un equilibrio más saludable entre las demandas laborales y las necesidades personales de los empleados.
Este enfoque integral, que toma en cuenta tanto las condiciones fisiológicas como las organizacionales, subraya la necesidad de políticas laborales más adaptadas a las realidades de los trabajadores en altura. Rivera Besa concluye que, al optimizar la organización del tiempo de trabajo, es posible no solo mejorar la productividad, sino también contribuir a un entorno laboral más seguro y satisfactorio para todos los involucrados.
Principales conclusiones
- La percepción de la realidad genera una actitud y esta es determinante para la acción y el desempeño de las personas.
- Los comportamientos humanos son variables y con una compleja multicausalidad.
- Fuerte influencia de la familia en la determinación de la motivación y auto percepción de los trabajadores.
- Necesidad de dormir entre 5 y 6 horas antes de tomar el turno.
- El dormir no es sinónimo de descansar (recuperar funciones).
- Mientras más extenso el ciclo mayor fatiga.
- Hay un detrimento del rendimiento cognitivo al estar expuesto sobre los 4.000 msnm, que varía entre un 5 y un 10% dependiendo del nivel educacional de las personas.
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