[Por Pablo del Hoyo] No debe sorprender que la minería sea una línea de trabajo peligrosa—explosivos, gases, estructuras débiles, agua, productos químicos y otros riesgos pueden representar una combinación letal. Según un informe del Ministerio de Energía y Minas de Perú, desde el año 2000 han muerto exactamente 1.000 personas en el sector minero del país andino, aunque las cifras anuales han mostrado una tendencia a la baja, al pasar de 73 en 2002 a 27 en 2018. Contar con las medidas de seguridad, el equipo y los procedimientos adecuados para hacer frente a las constantes amenazas que se plantean durante las operaciones mineras puede ayudar a reducir este número a cero.
Cómo evitar que la actividad sísmica comprometa la seguridad
Entre 2000 y 2018, el 29% de los accidentes mortales en Perú fueron causados por desprendimientos de rocas, mientras que los riesgos asociados a este tipo de peligro aumentan durante los meses de lluvia, en épocas de alta actividad sísmica o cuando se utilizan explosivos. Estos eventos también causan grandes problemas para las operaciones mineras, ya que pueden obstruir los túneles, forzar costosas reformas en las minas e incluso requerir operaciones de rescate. Además, los techos y paredes no asegurados debajo de la superficie sólo aumentan la probabilidad de un accidente. Por esto es clave asegurarse que las estructuras estén a la altura de las evaluaciones, además de utilizar los materiales adecuados para la construcción, diseñar las alteraciones de los pozos de una manera minuciosa y cuidadosa, y mantener siempre los canales de comunicación debidos, puede ayudar a reducir los riesgos asociados con la integridad estructural.
Estar un paso por delante de los gases y los líquidos
Los gases y líquidos no contenidos también representan una seria amenaza para las actividades mineras. Sin la protección adecuada y las precauciones necesarias, toda la operación puede estar en riesgo. El transporte de fluidos dentro y fuera de las minas debe hacerse con la máxima precaución para asegurar que estos estén completamente contenidos. Esto también significa tener un plan de contingencia en caso de inundación o fuga de gas, así como tener a mano un excedente de máscaras de gas en caso de que algo salga mal, como parte de las importantes medidas que los operadores deben tomar para garantizar la seguridad de todos los trabajadores.
La prevención temprana de estas situaciones—tanto para líquidos como para gases—es la razón por la que las soluciones de tuberías deben ocupar un lugar destacado en la lista de prioridades de cualquier operación minera. La unión mecánica de tubos ranurados ofrece una solución que elimina la soldadura, las llamas abiertas o las chispas que intervienen en la soldadura, y ofrece una ventaja significativa en tiempo y costos de mantenimiento en comparación con el rebordeado. Las llamas abiertas asociadas con la soldadura en un sitio minero pueden causar explosiones de gases acumulados, mientras que la instalación también toma más tiempo que las tuberías mecánicas ranuradas. El uso de acoplamientos elásticos ranurados que se adaptan a los movimientos que pueden producirse por explosiones cercanas, dilatación térmica o actividad sísmica, ayuda a reducir aún más el riesgo de fugas potenciales y minimiza la necesidad de revisar los sistemas de tuberías después del movimiento del terreno.
Lograr minimizar el tiempo de inactividad y simplificar el mantenimiento
Un aspecto de la seguridad minera que a menudo se pasa por alto es el tiempo de inactividad. La lógica es bastante sencilla: cuantas menos personas necesiten estar en una mina —especialmente mientras estén inactivas—, menos probabilidades habrá de que ocurran accidentes. Esto es especialmente cierto cuando se trabaja con maquinaria o se instalan sistemas en minas. No sólo es peligroso el tiempo de inactividad, sino que también puede costar miles de dólares por hora en ingresos potenciales perdidos. Como tal, la reducción del tiempo de inactividad en la medida de lo posible resulta beneficiosa tanto para la seguridad de los trabajadores como para los resultados de la empresa. Las líneas de fluidos que contienen sólidos o materiales abrasivos comunes en la minería pueden beneficiarse de las válvulas de compuerta de cuchilla que eliminan la necesidad de retirar válvulas completas de las tuberías para mantenerlas o repararlas. Al remover un componente, sin necesidad de maquinaria pesada o equipo extra, el tiempo de inactividad puede reducirse significativamente al mismo tiempo que hace que el mantenimiento sea mucho más seguro para los trabajadores.
Los sistemas de tuberías ranuradas también presentan ventajas para garantizar que el tiempo de inactividad sea mínimo. A diferencia de otras soluciones de unión de tuberías, las tuberías ranuradas sólo requieren herramientas manuales o alimentadas por batería para su fijación, lo que representa el beneficio adicional de eliminar la necesidad de costosos equipos adicionales y, a diferencia de la soldadura, elimina la necesidad de detener las operaciones a gran escala para que estas se realicen de forma segura. El método de ranuras brinda confianza inmediata para poder realizar una instalación adecuada, ya que los inspectores pueden asegurar que se realice una unión segura en los extremos de los tubos con una inspección visual exhaustiva para comprobar si hay contacto entre metales. Garantizar la misma seguridad en una unión soldada requiere costosas inspecciones por rayos X que sólo consiguen aumentar el tiempo de inactividad.
Por último, todas las medidas básicas de seguridad para una mina deben incluir un sistema de comunicación confiable y funcional que permita a los mineros comunicar cualquier problema posible, así como una iluminación adecuada en caso de emergencia y pérdida de energía. La tecnología también ha creado la capacidad de simular las condiciones de la mina y poder planificar con anticipación. Al igual que un piloto de avión utiliza un simulador para imitar la sensación de un avión, los operadores mineros tienen la capacidad de acceder a tecnologías que simulan maquinaria pesada que puede ayudar a la formación de los trabajadores. Si cada mina hace de la seguridad la prioridad número uno, implementa exhaustivos exámenes e invierte en soluciones para prevenir accidentes y estar preparados en caso de que estos ocurran, no existirá motivo para que el número de lesiones y fatalidades en las minas del Perú no pueda caer a cero.
Escrito por Pablo del Hoyo, Gerente de División para América del Sur, Victaulic
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