Durante el desarrollo del XXIII Seminario Internacional de Seguridad Minera que organiza anualmente el Instituto de Seguridad Minera-ISEM, se presentó la Mesa «Gestión preventiva de riesgos por eventos de alto potencial» con la participación de profesionales expertos de varias especialidades, quienes tienen como denominador común su compromiso con la Seguridad y Salud en el Trabajo. Con mucho acierto y jerarquía, ellos analizaron la gestión preventiva como parte del fortalecimiento cultural de los sistemas aplicados en las empresas mineras, ideas que nos permiten efectuar algunos comentarios.
La prevención de riesgos tiene relación directa con los procesos productivos y su manejo con enfoques humanísticos y técnicos, que adicionalmente fortalecen la productividad, competitividad, calidad, desarrollo humano, responsabilidad social y medio ambiente en la industria. Existe, pues, una relación inseparable entre prevención y su consecuencia que es la seguridad.
La prevención es una forma de pensar, decidir, sentir y actuar de las personas que debe ser aprendida en la sociedad desde la infancia, para que pueda fructificar en la vida y el trabajo.
Aprendida desde temprano y enseñada por las familias, la prevención debe sostenerse y enriquecerse mediante un aprendizaje transversal a través de toda la escolaridad, compartirse en todas las entidades sociales y expresarse en las diversas actividades humanas, considerando que «el fruto de la seguridad comienza con la semilla de la prevención».
En el contexto preventivo, durante el seminario del ISEM se presentaron ponencias que consideraron como argumento principal la utilización de la Neurociencia, que estudia todos los aspectos del sistema nervioso que gobiernan la cognición y la conducta humana, facilitando la aplicación de programas denominados neuroseguridad laboral. Se espera mayor desarrollo e investigación de enfoques que coadyuven a la protección de la vida de los trabajadores.
La persona debe descubrir y cultivar su vocación por la vida mediante la práctica efectiva de la prevención, que es una expresión de su inteligencia y valores personales, necesarios para el logro efectivo de la seguridad.
Algunas conclusiones aplicables a la «Gestión preventiva de riesgos por eventos de alto potencial», propuestas por los profesionales participantes, pueden anotarse como consideraciones prioritarias:
- Afianzar el asunto conceptual: el evento de alto potencial es repentino e inesperado, con alta probabilidad de causar daños de alta severidad.
- Implementar políticas laborales libres de alcohol y drogas; uso responsable del teléfono celular; difusión permanente de las reglas por la vida y otras formas locales de participación y motivación.
- Las decisiones gerenciales tienen un impacto importante en accidentes y lesiones, por lo que deben ser valoradas en el contexto administrativo-operativo. (Figura 1)
- Las lesiones no califican en su totalidad, como graves o muy graves, de lo que se deduce que se debe investigar también, con la misma óptica, los eventos leves y medianos.
- Una forma práctica de afrontar los eventos de alto potencial consiste en ponderarlos como un porcentaje del total de eventos, permitiendo determinar las causas raíces y activar los controles, en línea cuantitativa con la calificación de eventos, según la pirámide de Heinrich. (Figura 2)
- En la investigación, los equipos deben ser multidisciplinarios y de otras áreas; no buscar de inmediato responsables ni culpables, sino la falla en el sistema y considerar el «reentrenamiento» como tercera prioridad.
- Bajo la decisión de implementar nuevos controles, se debe comenzar fundamentando el «por qué» del cambio, con alcances de capacitación e información a todos los involucrados directos e indirectos.
- Generar y mantener consistentemente los niveles de responsabilidad en la gestión y logros de seguridad, considerando la mutua correspondencia entre autoridad y responsabilidad funcional.
- Los riesgos operativos deben ser distinguidos de los riesgos del negocio, porque su naturaleza y consecuencias son diferentes en cuanto a la marcha de la empresa. Los riesgos operativos de alto potencial deben ser gestionados para establecer controles severos que eviten accidentes mortales, así como impactos ambientales y sociales.
- La gestión de controles críticos debe considerar la gestión de eventos no deseados de alto potencial, que se inicia con la identificación en el planeamiento, determinando y seleccionando los controles críticos, asignando responsabilidades para su implementación en el sitio; posteriormente, se evaluará si el rendimiento es el adecuado, si no fuera así, será corregido y luego retroalimentado al sistema.
- Es importante mantener una base de datos de los riesgos y sus controles, considerando especialmente los de alto potencial, para referencia de la supervisión y los casos de «Planeamiento preventivo de riesgos».
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