La compañía Quentic, dedicada al desarrollo de softwares para la gestión de seguridad ocupacional y sustentabilidad, publicó el reporte anual «Safety Management – Trend Report 2022». Además de compartir las experiencias de profesionales de todo el mundo, el documento precisa cuáles son las siete grandes tendencias en la seguridad ocupacional para el presente año.
El primer desafío pasa por la asistencia a través de tecnologías digitales. La realidad virtual (VR), la realidad aumentada (AR) y los drones son vías prometedoras y ya se han utilizado con éxito en casos aislados. Por el contrario, los códigos QR se han vuelto omnipresentes en los últimos dos años y se ha establecido el uso del software EHSQ (Gestión Ambiental, de Salud, Seguridad y Calidad, por sus siglas en inglés). Todavía existe un potencial considerable para una mayor digitalización en SST, especialmente con respecto a la instrucción y la formación, las evaluaciones de riesgos, la gestión de incidentes y la gestión de contratistas.
Otro desafío es el estrés psicosocial que sigue siendo un tema central. La disolución de los límites entre la vida profesional y la vida privada, el cambio a trabajar desde casa, la falta de conexión social y el aumento de los temores en torno a las infecciones afectan la salud mental de los empleados. En respuesta, se requiere conciencia de este tema y liderazgo calificado.
A esto hay que sumar la implementación de las tecnologías desde la perspectiva de la «Industria 4.0». El nuevo estándar de telecomunicaciones 5G, la interacción hombre-máquina, la inteligencia artificial, la robótica colaborativa y la fabricación aditiva tienen un potencial considerable para hacer que el trabajo sea más simple y seguro en el futuro. Al mismo tiempo, estos desarrollos traen consigo nuevos desafíos para la seguridad laboral moderna, incluso en forma de nuevos riesgos potenciales.
No hay que olvidar tampoco que el cambio constante significa la necesidad de nuevas áreas de especialización. Los gerentes de SST deben consolidar aún más la flexibilidad y la disposición para aprender que han demostrado en tiempos de crisis para manejar los cambios constantes en curso en el mundo del trabajo. La diversidad, la inclusión, el envejecimiento de la población y la globalización se encuentran entre los principales nuevos problemas a abordar.
La pandemia, por otro lado, no ha acabado. La COVID-19 es una oportunidad para lograr un cambio duradero en materia de SST. Los gerentes parecen estar más dispuestos a implementar salvaguardas en sus operaciones frente a un nuevo panorama mundial. Hay motivos para el optimismo de que esta tendencia actual podría permanecer anclada en el ADN corporativo a largo plazo, incluso una vez que haya pasado la pandemia de COVID-19.
Lo anterior va acompañado del liderazgo en seguridad. La gestión activa, en línea con el concepto de liderazgo en seguridad, es un factor decisivo para garantizar el éxito en materia de SST. Esto requiere interés genuino, voluntad de escuchar y motivación duradera para integrar a los empleados en los procesos de seguridad ocupacional y generar una cultura de seguridad, un desafío considerable en la era del trabajo remoto.
Por último, los criterios de ESG (Ambiente, Social y Gobierno, por sus siglas en inglés) hacen que las organizaciones estén bajo una presión creciente para demostrar que actúan de manera sostenible, respetuosa con el medio ambiente y socialmente responsable. Por lo tanto, el éxito comercial está cada vez más vinculado a una buena estrategia de SST.
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