De acuerdo con la Comisión Ergonómica de Chile, muchos de los trabajos que se desarrollan en el sector minero han sido presentados y calificados como trabajo pesado, a lo que se suman las condiciones características como la gran altura geográfica y su lejanía de centros urbanos.
En este contexto, el control de las enfermedades profesionales, específicamente, de los trastornos músculo-esqueléticos y de las enfermedades mentales, asociadas a factores de riesgo psicosocial en el trabajo, han cobrado cada vez mayor relevancia, señala un estudio realizado por la Mutual de Seguridad C.Ch.C.
Grupos de riesgo y prevención
El estudio identificó condiciones organizacionales que pueden afectar la salud de los trabajadores. En primer lugar, está el trabajo en sistemas de turnos, que tiene el riesgo de alterar el ciclo sueño/vigilia, con efectos en la capacidad de atención, anticipación, alerta, tiempo de reacción, entre otras, traduciéndose en fatiga y sus consecuencias asociadas. Por otro lado, la lejanía del hogar puede tener consecuencias en la carga mental del individuo.
El diseño de los equipos, el tamaño, peso de las herramientas y la ubicación de los planos de trabajo, son determinantes para sobrepasar o no los límites de las personas. Así también el trabajo en condiciones de hipoxia, ambientes contaminados, temperaturas extremas, son factores que aumentan la carga física del trabajador en la minería. Otro factor de riesgo es la carga física de los equipos de protección personal, pues aumentan la exigencia en los trabajadores.
El estudio realizado por la ergónoma de la Mutual de Seguridad C.Ch.C., Paulina Hernández, identificó las causas posibles en los grupos de trabajo más numerosos de la gran minería del cobre que han sido homologados de acuerdo a las exigencias que planteó la tarea.
• Operador de equipo pesado móvil: Éstos presentan con frecuencia falta de ajuste en asientos, ausencia de apoyabrazos y soporte lumbar; mantención deficiente de cabinas, amortiguación y sistemas de suspensión, riesgos que podrían presentar sobrecarga osteo-muscular.
Además, se detecta que la monotonía y falta de autonomía podría ser riesgo de disminución del estado de alerta y somnolencia. El estudio recomienda proveer cabinas selladas y climatizadas, asientos ajustables, con suspensión eficiente y mecanismos de comando livianos.
• Operador de equipo pesado estático: Tiene riesgos asociados como la manipulación de barras afectando la zona lumbar y de controles en forma permanente que podrían sobrecargar el segmento muñeca-mano relacionados con pulsación de botones y la alta exposición al ruido, partículas de polvo y gases en estos puestos de trabajo.
El estudio recomienda el uso de equipos de protección personal en forma constante y la incorporación de tecnología en la movilización de barras.
• Operador de planta: Tiene riesgos asociados a la fatiga y sobrecarga de extremidades inferiores. En algunos casos la manipulación de pitones, comandos, controles y herramientas por periodos de tiempo excesivos podrían afectar segmentos, codo y muñeca–mano. La exigencia ambiental al interior de las fundiciones, por la exposición a altas temperaturas combinada con desplazamientos constantes, constituye otra fuente de riesgo.
Se recomienda variar las tareas de las plantas y la posibilidad de administrar el ritmo y distribución de las mismas, lo que disminuye la exposición a contaminantes que exigen el uso constante de elementos de protección personal los cuales provocan calor y sudoración excesiva. Es fundamental para la prevención de la fatiga contar con tiempos de descanso en espacios aislados.
• Operador sala de control: La fatiga podría presentarse por la exposición constante a altas demandas auditivas, visuales y de respuesta inmediata asociadas a la vigilancia permanente y la respuesta a varios estímulos simultáneos, junto a la observación permanente de pantallas de visualización. En salas de control de alta monotonía y con poca participación del operador, el esfuerzo aumenta porque el trabajador debe estar constantemente incorporando estrategias personales para mantenerse alerta. El error humano podría ser una consecuencia de estas sobrecargas.
El estudio recomienda dar libertad del operador para modificar su postura y, en ocasiones, desplazarse por el recinto. Además, no realizar acciones de fuerza ni movimientos extremos.
• Mantenedor eléctrico/mecánico: Eléctricos y mecánicos presentan riesgo por la combinación de posturas forzadas y acciones de fuerza, dado por la ubicación de los puntos de trabajo en equipos y plantas, muy incómodos y de difícil acceso.
El estudio recomienda mejorarlos accesos a puntos de trabajo. Es necesaria la eficiencia de las herramientas utilizadas, de manera de evitar la contracción muscular. El uso de ropa y elementos de protección personal flexibles, traspirables y cómodos, es un aporte en la disminución de carga de trabajo.
• Operador de terreno: Los constantes traslados y, en algunos casos, manipulación manual de carga de diversa envergadura, son los factores de riesgo más comunes en este cargo. El estudio recomienda el traslado en vehículos con asientos de buena suspensión y espacios amplios así como implementar espacios o dispositivos para traslado de equipos o materiales. También se considera uso de ropa flexible, transpirable, que facilite los movimientos.
• Laboratorio, bodega, pañol: Los principales factores de riesgo están relacionados con la sobrecarga músculo-esquelética en columna y extremidades superiores, provocada por la combinación de posturas de pie, manipulación manual de cargas o trabajo de precisión con las manos. Entre las recomendaciones está la alternancia de tareas y relativa autonomía para regular y organizar el ritmo de trabajo; ambientes protegidos, climatizados y libres de contaminación.
Artículo publicado en la Revista Seguridad Minera n° 103. Fuente utilizada: www.mch.cl
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