Preocupante. Durante los dos últimos años las estadísticas de accidentes mortales en minería han ido en aumento, luego de haber tenido cuatro años de importante reducción. En el 2015 llegaron a 29, el año pasado fueron 34 y el presente se proyecta como el tercer año consecutivo en ascenso peligroso.
Llama a preocupación cómo los accidentes en empresas contratistas, que iban en disminución, han aumentado. Hacia la primera semana de octubre del presente año llegaron a 18 víctimas, mientras que los accidentes en personal de los titulares mineros significó 10 víctimas y seis en empresas conexas. Se hace urgente revertir esta situación.
El desprendimiento de rocas es el tipo de accidente con mayor recurrencia en los últimos 18 años, representando el 30% de los accidentes, según las estadísticas del Ministerio de Energía y Minas. Le siguen los choques, atrapamientos y golpes con 11% y la caída de personas con 9%. Pero no hay que perder de vista a los accidentes denominados como “Otros”, que ascienden al 37%.
En el marco de una actitud preventiva integral, aplicando los lineamientos establecidos en el Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería, adaptando las mejores prácticas desarrolladas por otras empresas y utilizando las mejores tecnologías disponibles, es indispensable el conocimiento profundo del macizo rocoso objeto de la actividad minera.
Debemos identificar con acuciosidad la causa raíz de los incidentes y accidentes con participación activa del personal de las áreas involucradas. Escuchar la voz de los supervisores y trabajadores experimentados puede representar el éxito de un sistema de gestión de la seguridad y salud ocupacional. Es urgente trabajar en equipo para evitar las pérdidas humanas.
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