El reciente XIX Seminario Internacional de Seguridad Minera, organizado por nuestra institución a finales de abril, permitió reafirmar un concepto que empresas de clase mundial despliegan en sus operaciones: la producción y la seguridad son indivisibles. Así lo reafirmaron los conferencistas invitados y las compañías premiadas en el Concurso Nacional de Seguridad Minera.
En efecto, las organizaciones de mayor éxito han logrado mantener un equilibrio entre sus múltiples dimensiones como el económico, productivo, ambiental, social y, por supuesto, con la seguridad y salud ocupacional. Las tensiones entre esos campos indudablemente son tema cotidiano, pero su resolución ha generado formas creativas de gestionar una empresa.
La gobernanza corporativa reconoce el papel gravitante que tiene uno de sus principales grupos de interés: sus colaboradores. Por ello, en cumplimiento de las normatividad legal vigente, la alta gerencia no solamente les proporciona las condiciones de trabajo adecuadas y los recursos que se requieran para que desempeñen su labor de la manera más segura, sino sobre todo ha entendido la necesidad de liderar con el ejemplo.
En algunas empresas, los ejecutivos de las áreas operativas, productivas y administrativas han asumido la responsabilidad de aspectos específicos de la gestión de seguridad, con objetivos, metas, reportes e indicadores específicos. La presencia física de los directores o gerentes corporativos en las minas, sus reuniones periódicas con la plana operativa o los mensajes al personal en general, cada vez más son moneda corriente. Es decir, el tema de la seguridad minera no solo es un asunto de jefes y supervisores de seguridad.
Otro aspecto interesante es la utilización cada vez más acertada y minuciosa de las herramientas de gestión de riesgos, de manera temprana, en el diseño de una nueva mina o en la ampliación de operaciones, así como en la ejecución de las tareas diarias. La gestión moderna compromete no solo a la supervisión, sino que involucra a los colaboradores y al nivel gerencial, cada uno con sus propias responsabilidades y aportes. En este campo, por ejemplo, la identificación de riesgos críticos se ha convertido en una actividad de rutina, clave para el desempeño laboral y el control de pérdidas humanas y materiales.
En el Instituto de Seguridad Minera confiamos que esta concepción indivisible de producción y seguridad se profundice en la actividad de alto riesgo que significa hacer minería en el Perú o en cualquier otra parte del mundo. Son valiosos los avances que se observan en muchas compañías mineras, en especial las que no tienen accidentes mortales, y sería poderosamente alentador que muchas empresas más se sumen a las tendencias en la prevención de accidentes laborales. Esperamos que todas ellas participen en nuestra iniciativa de Cero Accidentes Mortales hacia el 2021.
En este número se destaca la importancia de la protección facial. Mientras que para un niño una máscara significa emular a su héroe, para el trabajador simboliza una actitud preventiva. Recuerda: el uso del EPP es la última barrera para enfrentar los riesgos.
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