La lixiviación es un proceso químico fundamental en la minería moderna para extraer minerales valiosos del mineral bruto mediante la aplicación de sustancias químicas. Es importante saber que la elección del método de lixiviación adecuado es una decisión crítica que depende tanto de la viabilidad económica como de las consideraciones ambientales.
La eficiencia del proceso, el tipo de mineral a extraer y los posibles impactos ecológicos son factores determinantes para elegir el proceso a emplearse en el proyecto minero. De acuerdo con el portal AZO Mining, la lixiviación no solo optimiza la recuperación de metales valiosos, sino que también minimiza el impacto ambiental mediante la selección de técnicas adecuadas y el uso de reactivos específicos que reducen el riesgo de contaminación.
Cuáles son los tipos de lixiviación
Existen dos tipos de lixiviación en la industria minera.
La lixiviación en pilas -también conocida como lixiviación ácida- es un método eficaz para la extracción de metales de minerales difíciles y es uno de los métodos más probados. El preprocesamiento antes de la lixiviación implica la molienda y tostación del mineral. El tostado se realiza para eliminar los elementos carbonosos atrapados y, después del preprocesamiento, el mineral se lixivia con soluciones ácidas o alcalinas para extraer el metal. El proceso es aplicado para la extracción de cobre, níquel, uranio y metales preciosos.
La lixiviación in situ se utiliza para extraer cobre y uranio. En este proceso, se perforan agujeros en el depósito del mineral mediante métodos explosivos o de fracturación hidráulica. Luego, la solución lixiviante se bombea a través de estos canales. Luego se bombea y procesa la solución que disuelve el mineral.
Las desventajas cada proceso de lixiviación son la aplicación de químicos altamente ácidos, que resulta en la producción de efluentes tóxicos; y la menor eficiencia a bajas temperaturas.
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