La actividad minera, pilar central de la economía peruana, moviliza a más de 200 mil trabajadores directos y millones de personas vinculadas indirectamente, consolidando una inmensa cadena de valor nacional. Sin embargo, el entorno laboral enfrenta riesgos únicos, especialmente en escenarios de gran altitud donde la mayoría de operaciones superan los 3,500 metros sobre el nivel del mar.
Durante entrevista al Dr. José Valle, responsable de la organización del X Seminario Internacional de Salud Ocupacional en Operaciones Mineras del Instituto de Seguridad Minera-ISEM, explicó que los principales riesgos ocupacionales para los mineros en altura incluyen la hipoxia hipobárica intermitente crónica, generada por el descenso de la presión parcial de oxígeno respecto al nivel del mar. Esta condición, sumada a regímenes laborales rotativos, deriva en alteraciones fisiológicas como aumento del riesgo cardiovascular y metabólico, resistencia incrementada a la insulina y trastornos en la arquitectura del sueño todo con potencial efecto neurocognitivo en los trabajadores.
Las diferencias fisiológicas se acentúan entre operarios residentes en la costa y aquellos habituados a altitudes intermedias, según Valle. “El patrón de exposición varía y puede determinar diferentes impactos: mientras algunos logran aclimatación, otros experimentan adaptaciones menores o complicaciones severas en las primeras 72 horas tras el ascenso”.
Ante este escenario, la gestión médica y las áreas de salud ocupacional han implementado avances significativos gracias a investigaciones de las últimas décadas. Valle destaca iniciativas de empresas mineras peruanas e internacionales en la prevención de fatiga y somnolencia, factores críticos en labores de conducción y manejo de equipos. Programas específicos evalúan descanso previo y sueño del trabajador como parte del cuidado integral para reducir el riesgo de accidentes, apoyados por protocolos médicos y seguimiento físico y metabólico.
El doctor señala que “la nutrición, el índice de masa corporal y la actividad física” forman parte de las variables ahora integradas en la seguridad laboral minera, junto a capacitaciones que promueven comportamientos responsables y autocuidado, basándose en políticas de cero drogas y vigilancia toxicológica, especialmente para quienes trabajan expuestos a humos industriales.
Los avances en el conocimiento de la hipoxia, la fatiga y el sueño serán dados a conocer en el X Seminario Internacional de Salud Ocupacional en Operaciones Mineras, a realizarse los días 16 y 17 de octubre, y congregará a expertos de reconocido prestigio e investigadores de Austria, Bolivia, Chile, EE.UU., España y especialistas nacionales.
El evento, a transmitirse vía online, busca fortalecer el conocimiento y las buenas prácticas para la protección integral de quienes impulsan la minería, abordando los desafíos y promoviendo la salud en condiciones extremas.

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