Los primeros auxilios son la asistencia inmediata que se presta a las víctimas de accidentes antes de la llegada de personal médico especializado. Su objetivo es detener y, si es posible, revertir el daño ocasionado.
Consisten en una serie de medidas rápidas y sencillas, como liberar la vía aérea, aplicar presión sobre las heridas sangrantes o lavar las quemaduras químicas situadas en los ojos o en la piel. Los factores principales que definen los servicios de primeros auxilios de un lugar de trabajo son los riesgos específicos de la actividad y la disponibilidad de asistencia médica definitiva.
Evidentemente, la asistencia que requiere una lesión causada por una sierra de gran potencia es radicalmente diferente de la que requiere la producida por la inhalación de un producto químico. Desde la perspectiva de los primeros auxilios, una herida grave en el muslo que se produce cerca de un hospital dotado de servicio quirúrgico requiere poco más que un transporte adecuado.
Si la misma lesión se produce en una zona rural situada a ocho horas del servicio médico más cercano, los primeros auxilios incluirían, entre otras cosas, el desbridamiento, la ligadura de los vasos sangrantes y la administración de inmunoglobulina antitetánica y antibióticos.
El concepto de primeros auxilios es flexible, no sólo en cuanto a qué debe hacerse (durante cuánto tiempo, con qué grado de complejidad), sino también por lo que respecta a quién debe hacerlo. Aunque es necesario actuar con mucho cuidado, todo trabajador puede conocer las cinco o diez reglas fundamentales sobre lo que se debe y no se debe hacer en materia de primeros auxilios.
En algunas situaciones, la acción inmediata puede salvar la vida, un miembro o la vista. Los compañeros de trabajo de las víctimas no deben quedarse paralizados mientras esperan la llegada de personal especializado. Por otra parte, la lista de las “diez medidas fundamentales” será diferente en cada lugar de trabajo y deberá acompañarse de la formación correspondiente.
Requisitos básicos de un programa de primeros auxilios
Los primeros auxilios deben considerarse parte de una buena gestión y de la seguridad en el trabajo. La experiencia de los países en los que los primeros auxilios están plenamente establecidos indica que el modo más adecuado de garantizar su eficacia es que la legislación los considere obligatorios. En los países que han adoptado este criterio, los requisitos principales se establecen en una legislación específica, o en la mayoría de los casos, en códigos laborales nacionales o disposiciones normativas similares.
En estos casos, la normativa complementaria contiene disposiciones más detalladas. En la mayoría de los casos, la responsabilidad global de la empresa respecto de la prestación y la organización de los primeros auxilios está contenida en la legislación básica. Los elementos básicos de un programa de primeros auxilios son los siguientes:
Equipo, material e instalaciones
- Equipo para el salvamento de la víctima en el lugar del accidente a fin de prevenir lesiones adicionales (p. ej., en caso de incendio, emanaciones de gases, electrocución);
- Maletines de primeros auxilios, botiquines o equipos similares, con una cantidad suficiente del material y los instrumentos necesarios para la prestación de los primeros auxilios básicos;
- Equipo y material especializados que puedan ser necesarios en empresas con riesgos específicos o poco comunes en el trabajo;
- Sala de primeros auxilios adecuadamente identificada o instalación similar en la que puedan administrarse los primeros auxilios;
- Disposición de medios de evacuación y transporte de urgencia de los heridos hasta el servicio de primeros auxilios o los lugares en los que se disponga de asistencia médica complementaria;
- Medios para dar la alarma y comunicar la situación de alerta.
Recursos humanos
- Selección, formación y readaptación profesional de las personas adecuadas para administrar los primeros auxilios, a las que se deberá designar y ubicar en lugares clave de la empresa, y cuya disponibilidad y accesibilidad permanentes deberán garantizarse;
- Formación de reconversión, con ejercicios prácticos de simulación de situaciones de emergencia, teniendo en cuenta los peligros profesionales específicos que existen en la empresa.
Otros
- Elaboración de un plan, en el que se prevean acuerdos con los servicios de salud públicos o privados pertinentes, para la prestación de asistencia médica después de los primeros auxilios;
- Educación e información de todos los trabajadores sobre la prevención de accidentes y lesiones y las medidas que deben adoptar los propios trabajadores después de una lesión (p. ej., ducharse inmediatamente después de una quemadura química);
- Información sobre las disposiciones en materia de primeros auxilios y actualización periódica de esa información;
- Difusión de anuncios con información, guías visuales (p. ej., carteles) y normas sobre primeros auxilios, así como de los planes para la prestación de asistencia médica después de los primeros auxilios;
- Cumplimentación de un registro: el registro del tratamiento de primeros auxilios es un informe interno que contiene datos sobre la salud de la víctima, así como referencias a la seguridad en el trabajo; debe incluir información sobre el accidente (hora, lugar, circunstancias); el tipo y la gravedad de la lesión; los primeros auxilios prestados; la asistencia médica adicional solicitada; el nombre del afectado y los nombres de los testigos y otros trabajadores relacionados, en especial los que transportaron a la víctima.
Aunque la responsabilidad básica de la ejecución de un programa de primeros auxilios incumbe a la empresa, estos no pueden ser eficaces sin la participación plena de los trabajadores. Por ejemplo, puede ser necesaria la cooperación de los trabajadores en el salvamento y en las operaciones de primeros auxilios; por tanto, deben estar informados de las medidas de primeros auxilios y deben hacer sugerencias basadas en su conocimiento del lugar de trabajo.
La empresa debe exponer instrucciones escritas sobre primeros auxilios, preferiblemente en forma de carteles, en lugares estratégicos de sus locales. Además, es aconsejable que organice sesiones informativas dirigidas a todos los trabajadores. Algunos aspectos esenciales que deben abordarse en una sesión informativa son los siguientes:
- Organización de los primeros auxilios en la empresa, incluido el procedimiento previsto para acceder a la asistencia adicional;
- Compañeros designados como personal de primeros auxilios;
- Formas de comunicación de la información sobre un accidente y destinatarios de esa información;
- Ubicación del maletín de primeros auxilios;
- Ubicación de la sala de primeros auxilios;
- Ubicación del equipo de salvamento;
- Acciones que deben realizar los trabajadores en caso de accidente;
- Ubicación de las vías de evacuación;
- Acciones que deben realizar los trabajadores después de un accidente;
- Formas de apoyo al personal de primeros auxilios en el desempeño de su tarea.
Personal de primeros auxilios
El personal de primeros auxilios está integrado por personas presentes en el lugar de trabajo; normalmente, son trabajadores que conocen las condiciones específicas de trabajo, que no siempre disponen de cualificación médica, pero sí de la formación y la preparación necesarias para realizar tareas muy específicas.
No todos los trabajadores cumplen los requisitos para recibir formación sobre la prestación correspondiente. El personal de primeros auxilios debe ser cuidadosamente seleccionado, y deben considerarse atributos como la fiabilidad, la motivación y la capacidad para tratar a las personas en una situación de crisis.
Tipo y número
La legislación sobre primeros auxilios difiere por países en cuanto al tipo de personal necesario para prestar este servicio y el número de personas que han de integrarlo. En algunos países se basa en el número de personas empleadas en el lugar de trabajo. En otros, los criterios fundamentales son los riesgos potenciales del trabajo. En otros, se consideran estos dos factores en conjunto.
En los países con una larga tradición de prácticas de salud y seguridad en el trabajo y en los que la frecuencia de accidentes es baja, se suele prestar más atención al tipo de personal de primeros auxilios. En los países en los que no está regulada la prestación de primeros auxilios, se suele hacer hincapié en el número de personas que integran el personal de primeros auxilios. En la práctica, puede establecerse una diferencia entre dos tipos de personal de primeros auxilios:
- El personal de primeros auxilios de nivel básico, que recibe una formación básica, como se describe más adelante, y que está cualificado para actuar en los casos en los que el riesgo potencial en el trabajo es bajo;
- El personal de primeros auxilios de nivel avanzado, que debe recibir una formación básica y avanzada, y ha de estar cualificado para actuar en los casos en los que el riesgo potencial sea más alto, especial o poco común.
Formación básica
Los programas de formación básica suelen tener una duración mínima de 10 horas. Los programas pueden dividirse en dos partes: tareas generales que deben realizarse y práctica concreta de los primeros auxilios. Abarcan las áreas que se citan a continuación:
Tareas generales
- Organización de los primeros auxilios;
- Evaluación de la situación, la magnitud y la gravedad de las lesiones y de la necesidad de solicitar asistencia médica adicional;
- Protección de la víctima frente a nuevas lesiones, sin riesgo para el socorrista; ubicación y utilización del equipo de salvamento;
- Observación e interpretación del estado general de la víctima (p. ej., inconsciencia, alteraciones respiratorias y cardiovasculares, hemorragia);
- Ubicación, utilización y mantenimiento del equipo e instalaciones de primeros auxilios
- Plan de acceso a la asistencia adicional
Prestación de los primeros auxilios
El objetivo es aportar los conocimientos teóricos y prácticos básicos para la prestación de los primeros auxilios. En este nivel básico se incluyen, entre otras materias:
- Heridas;
- Hemorragias;
- Fracturas óseas o articulares;
- Heridas por aplastamiento (p. ej., en el tórax o abdomen);
- Inconsciencia, especialmente si se acompaña de dificultad o parada respiratoria;
- Lesiones oculares;
- Quemaduras;
- Hipotensión arterial o shock;
- Higiene personal durante la manipulación de las heridas;
- Cuidados de los dedos amputados.
Formación avanzada
El objetivo de la formación avanzada es la especialización, más que la comprensión de conjunto. Tiene especial importancia en las siguientes situaciones (sin embargo, los programas específicos normalmente sólo se ocupan de algunas de ellas, según las necesidades, y su duración varía considerablemente):
- Reanimación cardiopulmonar;
- Envenenamiento (intoxicación);
- Lesiones causadas por la corriente eléctrica;
- Quemaduras graves;
- Lesiones oculares graves;
- Lesiones cutáneas;
- Contaminación con material radiactivo (interna, o contaminación de la piel y las heridas);
- Otros procedimientos relativos a peligros específicos (p. ej., estrés por frío o calor, situaciones de emergencia por inmersión).
Materiales y centros de formación
Existen numerosas publicaciones relativas a programas de formación sobre primeros auxilios. Las sociedades nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y diversas organizaciones de muchos países han publicado materiales que abarcan gran parte del programa de formación básica.
Debe consultarse este material en el momento de diseñar un programa de formación concreto, aunque sea preciso adaptarlo a las necesidades específicas de los primeros auxilios en el trabajo (a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con los primeros auxilios que deben prestarse después de accidentes de tráfico).
Los programas de formación deben ser aprobados por las autoridades competentes o por el organismo técnico autorizado para hacerlo. En muchos casos, puede tratarse de la sociedad nacional de la Cruz Roja o de la Media Luna Roja o de otras instituciones relacionadas.
En algunas ocasiones, las organizaciones de seguridad, las asociaciones industriales o profesionales, los centros sanitarios, algunas organizaciones no gubernamentales y los inspectores de trabajo (o los correspondientes órganos auxiliares) pueden contribuir a diseñar y ejecutar el programa de formación para que se adapte a situaciones específicas.
Esta autoridad debe ser también la responsable de evaluar al personal de primeros auxilios cuando finalice su formación. Deben designarse examinadores independientes de los programas de formación. A los candidatos que superen el examen se les deberá entregar un diploma, que servirá a la empresa para justificar su designación.
La certificación debe ser obligatoria y debe entregarse también después de un curso de perfeccionamiento u otro tipo de formación, o después de la participación en trabajos de campo o en demostraciones.
Equipo de primeros auxilios, material e instalaciones
La empresa es la responsable de proporcionar al personal de primeros auxilios el equipo, el material y las instalaciones adecuados.
Maletines de primeros auxilios, botiquines de urgencia y equipos similares
En algunos países la normativa vigente sólo establece los requisitos principales (es decir, que se disponga de las cantidades adecuadas de material e instrumental convenientes, y que la empresa determine lo que es estrictamente necesario en función del tipo de trabajo, los riesgos asociados y la configuración de la empresa).
No obstante, en la mayoría de los países se han establecido requisitos más específicos, que asumen algunas diferencias en función del tamaño de la empresa y el tipo de trabajo y sus riesgos potenciales.
El contenido de estos recipientes debe ajustarse a las cualificaciones del personal de primeros auxilios, a la disponibilidad de un médico de empresa o de otro personal sanitario y a la proximidad de un servicio de ambulancias o de urgencias. Cuanto más complejas sean las tareas del personal de primeros auxilios, más completo habrá de ser el contenido de los maletines y los botiquines. Un maletín de primeros auxilios relativamente sencillo suele incluir los siguientes artículos:
- Apósitos adhesivos estériles empaquetados individualmente;
- Vendas (y vendajes compresivos, cuando sea adecuado);
- Diferentes tipos de apósitos;
- Apósitos estériles para quemaduras;
- Gasas oculares estériles;
- Vendajes triangulares;
- Imperdibles;
- Tijeras;
- Solución antiséptica;
- Algodón;
- Una tarjeta con las instrucciones de primeros auxilios;
- Bolsas de plástico estériles
- Posibilidad de obtener hielo.
Ubicación
El acceso a los maletines de primeros auxilios debe ser siempre sencillo, y han de estar situados cerca de las áreas en las que puedan producirse accidentes, de modo que se pueda llegar a ellos en uno o dos minutos.
Deben estar fabricados con materiales adecuados y proteger el contenido del calor, la humedad, el polvo y los usos inadecuados. Deben estar claramente identificados como material de primeros auxilios; en la mayoría de los países están marcados con una cruz blanca o una media luna blanca sobre un fondo verde con bordes blancos.
Si la empresa está subdividida en departamentos o talleres, cada unidad debe disponer al menos de un maletín de primeros auxilios. No obstante, el número real de maletines necesarios estará determinado por la evaluación de necesidades que realice la empresa. En algunos países, tanto el número de recipientes necesarios como su contenido está establecido en la legislación.
Botiquines auxiliares
Debe haber siempre pequeños botiquines de primeros auxilios disponibles en aquellos casos en los que los trabajadores están fuera de un establecimiento, en sectores como la explotación forestal, la agricultura o la construcción; cuando trabajan solos, en pequeños grupos o en lugares aislados; cuando el trabajo conlleva el desplazamiento a zonas alejadas, o cuando se utilizan herramientas o piezas de maquinaria muy peligrosas.
El contenido de estos botiquines, a los que también deben tener fácil acceso los trabajadores autónomos, varía según las circunstancias, aunque siempre debe incluir:
- Varios apósitos de tamaño medio;
- Una venda;
- Un vendaje triangular;
- Imperdibles.
Equipo y material especializados
En caso de que existan riesgos específicos o poco comunes será necesario disponer de un equipo de primeros auxilios más amplio. Por ejemplo, si existe la posibilidad de intoxicación, se debe disponer de forma inmediata de antídotos introducidos en un recipiente individual, en el que se debe advertir claramente que su administración está sujeta a indicación médica. Existen largas listas de antídotos para muchas situaciones específicas.
Los riesgos potenciales determinarán qué antídotos son necesarios. El equipo y el material especializados siempre deben estar situados cerca de los lugares en los que puedan producirse accidentes y en la sala de primeros auxilios. El transporte del equipo desde una posición central, como el servicio de salud en el trabajo, hasta el lugar del accidente puede llevar demasiado tiempo.
Equipo de salvamento
En algunas situaciones de emergencia puede ser necesaria la utilización de un equipo de salvamento especializado para trasladar o rescatar a la víctima de un accidente. Aunque resulte difícil hacer predicciones, algunas situaciones de trabajo (como las que se dan en espacios cerrados, en alturas elevadas o debajo del agua) pueden estar unidas a una probabilidad elevada de este tipo de incidentes.
El equipo de salvamento puede estar compuesto, entre otros elementos, por ropa protectora, mantas para la extinción de incendios, extintores, respiradores, aparatos de respiración autónomos, instrumentos de corte y gatos hidráulicos o mecánicos, así como cuerdas, arneses y camillas especiales para trasladar a la víctima.
Debe incluir además todo el material necesario para proteger al personal de primeros auxilios de las lesiones que pueda sufrir durante su prestación. Aunque las medidas iniciales de primeros auxilios deben aplicarse antes de mover al paciente, deben preverse también medios sencillos para transportar a una persona lesionada o enferma desde el lugar del accidente a las instalaciones de primeros auxilios. Siempre se debe disponer de camillas.
Sala de primeros auxilios
Se debe disponer de una sala o una zona preparada para la administración de primeros auxilios. En muchos países este tipo de instalaciones están reguladas por la legislación. Habitualmente, las salas de primeros auxilios son obligatorias cuando hay más de 500 trabajadores en el lugar de trabajo o cuando existe un riesgo potencialmente alto o específico en el trabajo.
En otros casos, se debe disponer de algún tipo de instalación, aunque no es necesario que sea una sala sino, por ejemplo, una zona preparada con el material mínimo de una sala de primeros auxilios completa, o incluso una parte de un despacho con un asiento, un lavabo y un botiquín de primeros auxilios, en el caso de una empresa pequeña. Las características ideales de una sala de primeros auxilios son las siguientes:
- Que permita el acceso a camillas y ambulancias o a otros medios de transporte a un hospital;
- Que sea lo bastante grande para albergar una cama, con suficiente espacio alrededor para que el personal pueda trabajar en torno a ella;
- Que esté limpia, bien ventilada, bien iluminada y que se mantenga ordenada;
- Que esté reservada para la administración de primeros auxilios;
- Que esté claramente identificada como servicio de primeros auxilios, con la señalización correcta y bajo la responsabilidad del personal de primeros auxilios;
- Que disponga de agua corriente, preferiblemente fría y caliente, jabón y un cepillo de uñas. Si no hay agua corriente, deberá haber agua almacenada en recipientes desechables cerca del botiquín de primeros auxilios para el lavado y la irrigación ocular;
- Debe estar equipada con toallas, almohadas y mantas, ropa limpia que pueda utilizar el personal de primeros auxilios y un contenedor de residuos.
Sistemas de comunicación y remisión
Medios de comunicación de la alerta
Cuando se produce un accidente o aparece una enfermedad repentina es importante ponerse en contacto de inmediato con el personal de primeros auxilios. Para ello, es necesario disponer de medios de comunicación entre las zonas de trabajo, el personal de primeros auxilios y la sala de primeros auxilios. Pueden ser preferibles las comunicaciones telefónicas, en especial si las distancias son de más de 200 metros, aunque no en todos los establecimientos se puede disponer de ellas.
Los medios acústicos de comunicación, como las sirenas, pueden servir de sustituto, siempre que esté garantizada la llegada rápida del personal de primeros auxilios al lugar del accidente. Las vías de comunicación deben estar establecidas. La solicitud de asistencia médica especializada o avanzada suele realizarse por teléfono, así como la llamada a los servicios de ambulancia o de urgencia.
La empresa debe asegurarse de que en todos sus locales, así como en la habitación de primeros auxilios, están clara y visiblemente anotadas las direcciones, los nombres y los números de teléfono importantes, y de que el personal de primeros auxilios puede utilizarlos en todo momento.
Acceso a asistencia adicional
Siempre debe estar prevista la necesidad de remitir a la víctima a un centro de asistencia médica más especializada o avanzada. La empresa debe tener planificada esa remisión, de modo que si se produce la situación todas las personas implicadas sepan exactamente lo que tienen que hacer.
En algunos casos los sistemas de remisión son bastante sencillos, pero en otros pueden ser complejos, especialmente cuando existen riesgos especiales o poco comunes en el trabajo. En el sector de la construcción, por ejemplo, las remisiones pueden ser necesarias después de caídas o aplastamientos graves, y el destino del traslado será probablemente un hospital general, con servicios quirúrgicos y traumatológicos adecuados.
En el caso de las industrias químicas, el destino de la remisión será un centro de toxicología o un hospital dotado de los recursos necesarios para el tratamiento de las intoxicaciones. No existe ningún modelo uniforme. Cada plan de remisión se ajustará a las necesidades de la empresa de que se trate, especialmente si existen riesgos poco comunes, específicos o altos.
En todo caso, el plan de remisión es una parte importante del plan de emergencias de la empresa. El plan de remisión precisa del apoyo de un sistema de comunicación y de medios para el transporte de la víctima. En algunos casos, puede tratarse de sistemas de comunicación y transporte organizados por la propia empresa, sobre todo en el caso de las empresas más grandes o complejas.
En las empresas pequeñas, el transporte de las víctimas puede realizarse mediante un servicio externo, como los sistemas de transporte públicos, los servicios públicos de ambulancias, taxis, etc. Es aconsejable que se establezcan sistemas alternativos o de alerta.
Los procedimientos previstos para las situaciones de emergencia deben comunicarse a todo el mundo: trabajadores (en el contexto de la información general que se les ha de facilitar sobre salud y seguridad) socorristas, agentes de seguridad, servicios de salud en el trabajo, servicios sanitarios a los que se puede remitir a la víctima, y entidades relacionadas con las comunicaciones y el transporte de las víctimas (p. ej., servicios telefónicos, servicios de ambulancias, empresas de taxis, etc.).
Revista Seguridad Minera Edición 111. Escrito de el médico Antonio Dajer del Departamento de Emergencias del Hospital New York Downtown.
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