En el competitivo entorno empresarial actual, la cultura del bienestar laboral se ha convertido en un elemento esencial para atraer y retener talento. Las organizaciones que priorizan la salud y el bienestar de sus empleados no solo logran un ambiente de trabajo más saludable, sino que también se destacan como empleadores preferidos. Este enfoque no solo reduce el absentismo, sino que también fortalece la lealtad y el compromiso de los empleados, creando un ciclo virtuoso que beneficia tanto a los trabajadores como a la empresa en su conjunto.
Sergio Recio, socio fundador de WellWo, señala para la página Equipos&Talento que las empresas que invierten en el bienestar de sus equipos no solo mejoran la salud general de sus empleados, sino que también se posicionan como lugares atractivos para trabajar. Para los empleados potenciales, una organización que se preocupa por su bienestar es vista como un lugar que valora a su gente, aumentando así la atracción de talento. Además, los empleados actuales se sienten más valorados y apoyados, lo que incrementa su compromiso y reduce la rotación de personal. Según Recio, una sólida cultura del bienestar no solo mejora la salud y satisfacción de los equipos, sino que también fortalece la marca empleadora y mejora la retención de talento.
En WellWo, han observado que iniciativas como webinars, formaciones y talleres son fundamentales para fomentar hábitos de vida saludables entre los empleados. Actividades en torno a la nutrición, el ejercicio, la gestión del estrés y la mejora del sueño no solo proporcionan herramientas y conocimientos necesarios para mejorar la salud, sino que también motivan a los empleados a participar activamente en su bienestar. Un equipo más saludable es menos propenso a enfermarse, lo que reduce el absentismo y los costes de salud para la empresa.
Ana Cortés, directora de Desarrollo de Negocio de Yees, señala que aunque las empresas desean implementar políticas de bienestar, comenzar puede ser un desafío, especialmente en grandes organizaciones donde es necesario coordinar acciones de diferentes departamentos. Cortés sugiere un abordaje holístico, bajo una estrategia común que considere tanto las variables organizacionales como individuales. En este sentido, la intervención debe centrarse en tres ejes: psicoeducación, prevención y asistencia psicológica. Es crucial escuchar a la organización y entender sus necesidades para adaptar cada herramienta a su realidad.
«La psicoeducación, para sensibilizar sobre la importancia del cuidado de la salud mental y dotar de herramientas que ayuden a los trabajadores a afrontar los retos del día a día; la prevención, con una protocolización exhaustiva de los procesos relacionales y con acciones formativas que doten competencialmente a las personas, y la asistencia psicológica como herramienta de mejora o como una intervención individualizada sobre una casuística concreta”, precisa Cortés.
El bienestar laboral no es solo una tendencia, sino una necesidad estratégica para las empresas modernas. Implementar programas de bienestar efectivos puede ser un desafío, pero los beneficios son claros: empleados más saludables, comprometidos y productivos, lo que en última instancia fortalece la competitividad y sostenibilidad de la organización.
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