Desde hace años, el paro cardiorrespiratorio (PCR) es uno de los principales problemas de salud a los que se enfrentan los países que exhiben indicadores de salud compatibles con desarrollo social. El PCR es responsable de más del 60% de las muertes por enfermedades isquémicas del corazón (principal causa de muerte en el adulto) en especial el infarto agudo del miocardio, con el cual comparte su ritmo circadiano (un pico en horas de la mañana y en los meses de frío). Es la mayor emergencia médica y es reversible si el paciente es reanimado correctamente y en el menor tiempo posible.
Conceptualmente, el paro cardiorrespiratorio es el cese global de la circulación (actividad mecánica cardiaca) en un individuo y se diagnostica por la ausencia de respuesta neurológica (no responde al llamado, no se mueve), no respira y no tiene pulso.
En el adulto, es consecuencia casi siempre de enfermedades previas del corazón que producen eléctricamente una fibrilación ventricular, que es un ritmo caótico, sin actividad mecánica cardíaca y que en el monitor o electrocardiograma se observa como movimiento en forma de ondas pequeñas, rápidas y desorganizadas.
Aunque cerca del 82,4% de los paros cardiacos extrahospitalarios obedece a una causa cardiovascular, su etiología puede ser muy variada y lo puede originar todas las condiciones que necesitan de apoyo vital.
Desde el punto de vista conceptual creemos oportuno diferenciarlo de los términos paro respiratorio, muerte clínica, muerte cardiaca y muerte cerebral.
- Paro respiratorio: es la ausencia de movimientos respiratorios (apnea), pero el pulso está presente.
- Muerte clínica: apnea más parada cardiaca total.
- Muerte cardiaca: para establecer esta condición es necesario detectar una asistolia eléctrica intratable (línea plana) durante por lo menos 30 minutos a pesar de una reanimación avanzada y un tratamiento avanzado óptimos.
- Muerte cerebral: tiene criterios clínicos, electroencefalográficos, etc. precozmente, tras un PCR es imposible su determinación, la conclusión de los intentos de resucitación cardipulmonar cerebral (RCPC) de urgencia en presencia de muerte cerebral aparente solo está justificados cuando existe muerte cardíaca asociada.
En ocasiones, existen situaciones que simulan un PCR; para estar seguros, verifique el pulso y la respiración no esten ausentes, pero si tiene dudas inicie la RCPC.
Reanimación cardiopulmonar básica
Son las maniobras realizadas para restaurar una oxigenación y circulación eficientes en un individuo en PCR con el objetivo de lograr una adecuada recuperación de la función nerviosa superior. Se aplica ante un paro cardíaco, independientemente de su causa.
La RCPC incluye una serie de pasos (ABC del apoyo vital) en cascada que agilizan el rápido reconocimiento de los principales signos vitales. La secuencia también es aplicable para cualquier tipo de evento médico o traumático al cual haya que reconocer de forma inmediata antes de brindar apoyo vital básico o avanzado. Al igual que el apoyo vital, la RCPC puede ser básica o avanzada en dependencia de los recursos y el entrenamiento del personal.
Indicaciones de la RCPC de urgencia
Todo paciente en PCR debe ser reanimado, no obstante, puede considerarse tres condiciones en las cuales no existe una justificación desde el punto de vista científico, las cuales son:
- El PCR representa el estadío terminal de una enfermedad crónica incurable.
- Imposibilidad de restablecer funciones nerviosas superiores, como en el caso de destrucción traumática del cerebro, rigor mortis, livideces en áreas declives y signos de descomposición.
- En la atención a accidentes masivos, la reanimación a pacientes con parada cardiorrespiratoria no constituye la primera prioridad si existen otras víctimas que atender y se dispone de pocos recursos humanos.
En algunos países no se realiza cuando está ordenado “no RCPC” (Ej. en la historia clínica), por consentimiento previo del enfermo o sus familiares. A pesar de producirse el daño neurológico después de cuatro minutos posteriores al PCR, en ocasiones ha existido recuperación completa luego de más de 10 minutos sin apoyo vital, ello justifica el optimismo acerca de las potencialidades en la realización de la RCPC.
Cadena de la supervivencia
Serie de pasos considerados imprescindibles para la correcta recuperación (tanto a corto como a largo plazo) ante un paro cardiorrespiratorio, pero que son válidos ante cualquier emergencia médica. Como se verá, todos están relacionados al factor tiempo. Solo se dispone de 3 a 5 minutos para iniciar la RCPC, posterior a ello puede ocurrir lesión irreversible del tejido cerebral.
- Rápido reconocimiento (detección precoz) de síntomas o signos que indiquen peligro inminente para la vida, así como prevención en lo posible de la parada cardíaca u otras eventualidades con resultados similares.
- Rápido acceso al sistema de urgencias médicas.
- Rápida resucitación (apoyo vital básico), es más efectiva cuando se inicia rápidamente. Los socorristas rara vez producen daños mayores aún cuando la reanimación se haya iniciado inapropiadamente. Esta intervención, realizada inmediatamente, duplica o triplica la supervivencia.
- Rápida desfibrilación, es el eslabón independiente más asociado a sobrevida, pero para ello es necesario disponer de un desfibrilador automático externo o la llegada del sistema de emergencia. La RCPC más desfibrilación en los primeros tres minutos incrementa la tasa de supervivencia entre un 49 a un 75%. Cada minuto de demora en desfibrilar, reduce la sobrevida en un 10-15%.
- Rápido apoyo vital avanzado, permite un mejor soporte ventilatorio, asistencia circulatoria, el uso de medicamentos y de un equipamiento avanzado; como solo está disponible en ambulancias avanzadas o unidades de terapia, es decisivo la activación inmediata del sistema de emergencia.
- Rápida atención en los cuidados intensivos definitivos.
La determinante de mayor peso para la sobrevida es la presencia de un socorrista entrenado, disponible y equipado para actuar tan pronto la víctima haga el PCR; aunque los últimos dos eslabones son importantes, estos carecen de efectividad si no se dispone de un socorrista y un desfibrilador listos tan pronto sea necesario.
Actuación de un socorrista ante un PCR.
- La decisión de iniciar la RCP se toma si la víctima no responde y no respira normalmente.
- Conservar la serenidad y rapidez, no demostrar ansiedad.
- No mirar solo el enfermo, observar todo el entorno.
- No arriesgar su vida, no se convierta en otra víctima.
- Tratar en lo posible de determinar qué y cómo pasó.
- No olvidar activar el sistema de emergencia.
- Mirar la hora para poder determinar el tiempo.
- Auxíliarse de espectadores u otras personas que puedan ayudar.
- No iniciar una evacuación si no tiene condiciones para el apoyo básico durante el traslado, espere la llegada del sistema de emergencia.
- Si hay más de un paciente, clasifíquelos y atiéndalos según prioridad vital.
- No causar más daño, no realice maniobras de las cuales no está seguro que están indicadas.
- En la exploración de la víctima, realizar primero una revisión vital (busque y trate condiciones que son una amenaza inminente para la vida) y luego una revisión sistemática total (evaluación ordenada para detectar afecciones que pudieran constituir una amenaza para la vida o las extremidades).
- Resolver primero la función respiratoria, segundo la circulatoria y luego el resto.
- No interrumpir la RCPC excepto para desfibrilar o si observa signos de recuperación.
¿Dónde debe ubicarse el rescatador para la RCPC?
El rescatador debe colocarse cómodo, en línea recta con los hombros del paciente para evitar movimientos de lateralización innecesarios, en el caso de 2 rescatadores cada uno se distribuye a cada lado del paciente, el que se ocupa de la ventilación se ubica al lado de la cabeza de la víctima y su rodilla externa no debe sobrepasar la cabeza, el segundo garantizará la circulación y se ubicará en línea con la región del tórax.
Detención de la RCPC
No existe un criterio uniforme acerca de hasta cuando reanimar, si el paciente no retorna a la circulación y respiración espontáneas, recomendamos el que plantea por lo menos 30 minutos de asistolia, a pesar de habérsele realizado apoyo vital avanzado (fármacos, intubación, abordaje venoso etc.); por otro lado, depende además, del sitio donde usted se encuentre, posibilidad de relevo por otros socorristas, del cansancio y de la llegada efectiva de apoyo vital avanzado. Si existe hipotermia, mantenga las maniobras de RCPC hasta que al menos, la víctima se caliente.
Evaluación de la eficacia de la RCPC
Para esta evaluación tomamos elementos durante la resucitación y el examen clínico en los períodos de tiempo interciclos.
Eficacia de las maniobras
- El tórax se eleva con la insuflación.
- No hay escape de aire en la insuflación.
- No hay dilatación gástrica.
- Cada compresión es seguida de una pulsación arterial palpable en el cuello.
Eficacia de la RCPC
- Se recupera la dilatación de las pupilas (midriasis).
- Mejora la coloración violácea (cianosis).
- Inicio de movimientos respiratorios.
- Se recupera el pulso espontáneo.
- Recuperación de la conciencia.
ABC de la RCPC
- A: Vías aéreas
- A-1: Abra las vías aéreas y evalúe su permeabilidad.
- A-2: Limpieza y desobstrucción si es necesario.
- B: Respiración o ventilación
- B-1: Evalúe la respiración.
- B-2: Brinde dos respiraciones de rescate para comprobar permeabilidad y oxigenar.
- C: Circulación
- C-1: Evalúe circulación (pulso central por 10 seg.).
- C-2: Inicie compresiones cardiacas si no hay pulso, al ritmo y frecuencia según la edad.
RCPC diferencias por edades
Aunque los pasos son similares para todo tipo de paciente,
desde el punto de vista metodológico la RCPC se divide según
la edad, en 3 variantes.
- RCPC en adultos.
- RCPC en el niño (mayor de un año hasta el inicio de la
pubertad). - RCPC en el lactante (niño < 1 año).
Fuente: Reanimación cardiopulmonar básica en www.sld.cu
Deja un comentario