Los agentes biológicos están presentes en muchos sectores. Como muy pocas veces son visibles, no siempre se reconocen los riesgos que comportan. Entre ellos se incluyen bacterias, virus, hongos (levaduras y mohos) y parásitos, detallan los especialistas de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
La legislación europea pretende minimizar los riesgos que comportan para la salud los agentes biológicos existentes en el trabajo. Clasifica los agentes biológicos en cuatro categorías de riesgo de acuerdo con su potencial patógeno y las posibilidades de prevención y tratamiento. En la lista de agentes biológicos se indica el potencial alergénico y los efectos tóxicos. Entre las medidas propuestas se incluyen categorías de confinamiento para el trabajo de laboratorio y procesos industriales.
También establece requisitos de notificación de determinadas actividades a las autoridades. En cuanto a los trabajadores que puedan verse expuestos a ciertos agentes biológicos, los empresarios deberán llevar un registro que incluya información sobre la exposición y el control sanitario. Los trabajadores tendrán acceso a sus datos personales.
Las normas constituyen requisitos mínimos y deben ejecutarse a través de la legislación nacional. Algunos estados europeos han introducido códigos de prácticas y directrices para la manipulación segura de los agentes biológicos que conciernen a determinados sectores y ocupaciones. Por lo tanto, es importante remitirse a la normativa nacional vigente en materia de riesgos biológicos en el lugar de trabajo.
La diferencia básica entre agentes biológicos y otras sustancias peligrosas es su capacidad para reproducirse. Un pequeño número de microorganismos puede aumentar considerablemente en muy poco tiempo en condiciones favorables.
Evaluación, prevención y control de riesgos
La legislación europea obliga al empresario a lo siguiente:
- Evaluar los riesgos que comportan los agentes biológicos.
- Reducir el riesgo que corren los trabajadores mediante eliminación o sustitución, prevención y control de la exposición, información y formación de los trabajadores.
- Asegurar la vigilancia sanitaria según convenga.
Cuando una actividad laboral implica el uso intencionado y deliberado de agentes biológicos, como el cultivo de un microorganismo en un laboratorio microbiológico o su uso en la elaboración de alimentos, el agente biológico será conocido y será más fácil controlarlo, pudiendo preparar medidas de prevención acordes con el riesgo que supone el organismo. Entonces conviene incluir información sobre la naturaleza y los efectos del agente biológico en el inventario de sustancias peligrosas.
Cuando la existencia de agentes biológicos sea una consecuencia no intencionada del trabajo –por ejemplo, en la clasificación de residuos o en las actividades agrícolas–, la evaluación de los riesgos que corren los trabajadores será más difícil. Sin embargo, se dispone de información sobre exposiciones y medidas de protección en relación con algunas de estas actividades.
Quién y cómo puede verse perjudicado
Si ha identificado alguna actividad que exponga a los trabajadores a agentes biológicos, recopile información sobre estas exposiciones. Piense en las personas directamente implicadas y también en otras que puedan verse afectadas, como el personal de limpieza. Examine cómo se hace realmente el trabajo, y no tanto cómo debería hacerse o cómo piensa usted que se hace.
Efectos para la salud
Los agentes biológicos pueden causar tres tipos de enfermedades:
- Infecciones causadas por parásitos, virus o bacterias.
- Alergias desencadenadas por la exposición a polvos orgánicos de moho como el polvo de harina y escamas de animales, enzimas y ácaros.
- Envenenamiento o efectos tóxicos.
Los microorganismos pueden entrar en el cuerpo humano a través de la piel dañada o las membranas mucosas. Pueden inhalarse o tragarse, y desencadenar después infecciones del tracto respiratorio superior o del sistema digestivo. La exposición también es posible por causas accidentales debido a mordeduras de animales o a lesiones con agujas de jeringa.
Evaluar y reducir riesgos
Piense si las medidas existentes ofrecen suficiente protección o qué más podría hacerse para reducir los riesgos. ¿Es posible eliminar de una vez todo el riesgo utilizando un agente o un proceso diferente?
Si la exposición es inevitable, conviene reducirla al mínimo limitando el número de trabajadores expuestos y el tiempo de exposición. Es preciso ajustar las medidas de control al proceso de trabajo y es necesario que los trabajadores hayan recibido formación en torno a prácticas seguras de trabajo.
Las medidas necesarias para eliminar o reducir los riesgos que corren los trabajadores dependerán del riesgo biológico concreto, pero existen acciones comunes que pueden aplicarse:
- Muchos agentes biológicos se transmiten por el aire, como las bacterias exhaladas o las toxinas de grano enmohecido. Evite la formación de aerosoles y polvos, incluso en labores de mantenimiento.
- Una buena administración, la higiene en los procedimientos de trabajo y el uso de letreros de advertencia adecuados son elementos básicos de condiciones de trabajo seguras.
- Muchos microorganismos han desarrollado mecanismos para sobrevivir o resistir el calor, la deshidratación o la radiación, por ejemplo mediante la producción de esporas. Adopte medidas de descontaminación de residuos, equipos y prendas de vestir, y medidas higiénicas apropiadas para los trabajadores. Incluya instrucciones para el vertido seguro de residuos, procedimientos de emergencia y primeros auxilios.
En algunos casos, entre las medidas preventivas figura la vacunación, que se proporcionará a los trabajadores que así lo deseen.
¿Cuándo puede producirse una exposición a agentes biológicos?
Puede estar expuesto a agentes biológicos cuando en el trabajo está en contacto con:
- Materiales naturales u orgánicos como tierra, barro, materiales vegetales (heno, paja y algodón, etc.).
- Sustancias de origen animal (lana, pelo, etc.).
- Alimentos.
- Polvo orgánico (por ejemplo, harina, polvo de papel y escamas de animales).
- Residuos y aguas residuales.
- Sangre y otros fluidos corporales.
Registre sus conclusiones
Examine y revise sus evaluaciones cuando sea necesario, cuando se hayan efectuado cambios significativos de material, equipos, métodos de trabajo, lugares o personas implicadas, y si se han producido accidentes o ha habido quejas relacionadas con el trabajo.
Clasificación de residuos: ¿cómo abordar un nuevo riesgo?
Los requisitos ambientales y las nuevas tecnologías de gestión de residuos han aumentado los riesgos que corren las personas que trabajan con aguas negras y en la recogida, clasificación y vertido de residuos.
En plantas de reciclaje de papel, vidrio, material sintético y de embalaje, así como en plantas de compostaje, los mohos pueden causar alergias y trastornos respiratorios, especialmente aspergilosis. En las plantas de aguas residuales las bacterias pueden causar diarrea y salmonelosis. La manipulación de residuos hospitalarios y las lesiones causadas por agujas de jeringuillas pueden causar infecciones víricas como la hepatitis.
Por lo tanto, varios estados europeos han desarrollado medidas preventivas que incluyen la prevención de la clasificación manual, por ejemplo mediante una preclasificación mecánica, cabinas de clasificación con ventilación apropiada, una ventilación local para líneas de clasificación, vehículos cerrados equipados con filtros de aire y uso de ropa de protección adecuada, inclusive guantes apropiados. Los planes de higiene, una limpieza regular y las medidas de descontaminación también han contribuido a reducir considerablemente la exposición de los trabajadores.
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