Llevan más de una década aplicando un sistema de gestión con metas cada vez más exigentes. Se han puesto a prueba frente a diferentes certificaciones, todas con notables resultados. Pero el principal logro se encuentra en el involucramiento y compromiso de sus trabajadores con el objetivo principal: tener un ambiente de trabajo saludable y libre de lesiones.
Tintaya Antapaccay trabaja en base a los más altos estándares del desarrollo sostenible, que comprende diversas áreas como salud, seguridad, medio ambiente y relaciones comunitarias. Con el tiempo fueron mejorando su sistema de gestión. El primer paso fue la certificación en el sistema NOSA, que se repitió en los dos años siguientes. Obtuvieron la máxima calificación, –cinco estrellas– en esas tres oportunidades. Por eso recibieron un reconocimiento especial denominado NOSCAR, máximo galardón otorgado por NOSA.
Luego, y sin mayores inconvenientes, su sistema de gestión, fue certificado con las normas internacionales OSHAS 18001 e ISO 14001. Esto ratifica su compromiso y demuestra la autoexigencia aplicada en la empresa. Si bien el sistema implementado apunta a los más altos estándares internacionales, por encima de las exigencias legislativas nacionales, los líderes de la compañía siguen planteando metas a cumplir en el futuro inmediato. Principalmente reducir los índices de accidentabilidad a más del 10% cada año.
Retroalimentación positiva
Para reducir los indicadores de accidentabilidad, tienen como aliado el sistema de actitud positiva hacia la seguridad o PASS. Las diferentes gerencias de Tintaya Antapaccay la aplican en una reunión previa al inicio de la jornada laboral. Se lleva a cabo todos los días, y regularmente por cada turno.
La idea es compartir, con la participación de todos los trabajadores y supervisores, cómo se desarrolló la jornada anterior. Especialmente para identificar los riesgos del día, y establecer tanto los controles rutinarios como controles para las condiciones críticas que surjan en el avance del trabajo.
Las observaciones son comentadas por el grupo reunido. Estas intervenciones no sólo corresponden a acciones de otros compañeros, sino también se realizan autocríticas acompañadas de una promesa de cambio y aprendizaje. Cada trabajador otorga una calificación dependiendo de su criticidad. Finalmente, todos ellos aportan comentarios para mejorar la operación del día.
El Ing. Andrés Miranda, Gerente de Seguridad y Salud de Tintaya Antapaccay, explica que, adicionalmente a las reuniones PASS, el sistema de gestión tiene otra herramienta importante, ésta es la Observación que tiene tres modalidades. La primera consiste en identificar un comportamiento inseguro; donde cada operario genera un reporte de su observación. Para esto utilizan un formato que el supervisor se encarga de registrar en un módulo informático. «Esto nos permite hacer un seguimiento al comportamiento de todos los trabajadores».
La segunda consiste en una observación de condición de trabajo. Aquí se reportan las condiciones en las que se están desarrollando las labores y si estas cumplen con los estándares de equipos e instalaciones. Si existe alguna desviación se plantean las acciones correctivas o preventivas en el plazo inmediato.
La última observación está referida a la de tarea, y es responsabilidad del supervisor ejecutarla. A través de ésta podemos ver si los trabajadores están cumpliendo con los pasos establecidos en los procedimientos de trabajo para cada labor, explica el Ing. Miranda.
Los tres tipos de observación tienen la filosofía de la retroalimentación positiva. El objetivo es identificar los comportamientos inseguros, más que señalar un responsable. Con un lenguaje adecuado, los operarios se involucran con la solución y el sistema de gestión.
Para evitar una reacción desfavorable, ellos reciben, en sus inducciones, orientación sobre esta metodología de la observación y los objetivos que persigue. “Al comprender el objetivo de la retroalimentación positiva el trabajador sabe que sus compañeros de trabajo están preocupados por su seguridad y bienestar”, sostiene el Ing. Miranda.
A nivel grupal, la Compañía otorga un reconocimiento a las áreas que acumulan la mayor cantidad de horas sin lesiones. Se premia al grupo, por ejemplo, por haber alcanzado el millón o dos millones de horas sin lesiones. Algunas áreas han superado los cinco millones de horas sin lesiones, que implica varios años de trabajo.
También existe un reconocimiento individual a las mejores observaciones del trabajador hacia sus compañeros. Además, «cada año premiamos a las empresas contratistas con mejor desempeño en seguridad». Los trabajadores de las empresas contratistas también participan en los reconocimientos de las áreas para las que trabajan, según las modalidades anteriormente descritas.
Prevención con salud y bienestar
La prevención tiene un carácter central e integral. Es tan importante evitar enfermedades ocasionadas por exposición al ruido, metales, polvo; como prevenir la obesidad, hipertensión, epidemias de influenza, entre otros. El enfoque preventivo exige que se desarrollen métodos de sensibilización de la fuerza laboral sobre los riesgos que afrontan diariamente. Esto implica, además, la evaluación psicológica de cada trabajador para evitar la fatiga y estrés laboral ocasionado por el tiempo lejos de casa y la familia.
Desde 1988 se viene aplicando el Programa de Salud Ocupacional e Higiene con la participación de todos los trabajadores para reducir la tasa de incidencia de enfermedades. Consiste en el monitoreo permanente del ambiente de trabajo e identificar, evaluar y sugerir las medidas de control sobre los puntos de riesgo ocupacional y ergonómicos.
Cada persona tiene un diagnóstico inicial, controles ocupacionales y exámenes específicos dependiendo de su actividad. “De esta manera aseguramos que el trabajador afronte sus labores sin mayor complicación”, afirma el Dr. Samuel Rolando, Superintendente de Salud Ocupacional.
Cumplida la implementación del Departamento de Nutrición para prevenir enfermedades relacionadas al sobrepeso o la obesidad, se están preparando nuevos proyectos. Por ejemplo, en ergonomía, la prevención de lesiones osteomusculares, que son frecuentes en el trabajador minero. “Estos programas nos ayudarán a disminuir cualquier tasa de incidencia o de casos nuevos que generen este tipo de patologías”, señala el Dr. Rolando.
Operación Antapaccay
A partir de este año, la Compañía se encuentra operando en Antapaccay. La zona de Tintaya está en proceso de cierre, que implica la restauración total y mejoramiento del área de operaciones. Si bien la operación en Antapaccay es nueva, los trabajadores y el sistema de gestión no lo son.
El personal de todas las áreas conoce las políticas, normas, estándares, procedimientos de trabajo y operativos, y reglas para las actividades críticas. Todo ya se encuentra implementado y además todas las áreas reciben asesoría de la Gerencia de Seguridad y Salud Ocupacional.
Anualmente, el equipo de seguridad y salud realiza un mapeo de todas las actividades abarcando cada una de las gerencias. A partir de esta revisión anual, pueden identificar riesgos clasificados en tres niveles: bajo, mediano y alto potencial de criticidad.
Esta investigación aporta valiosa información para identificar los riesgos principales. Según el Gerente de Seguridad, “a partir de este mapeo, se puede establecer los principales riesgos. Por ejemplo, para el área de mina son el tránsito de equipos pesados y uso de explosivos; en el caso de exploraciones tenemos la perforación diamantina como riesgo crítico”.
Con esta información base, cada Gerencia desarrolla el IPERC. En casos como el manejo de la energía eléctrica, actividad de muy alto riesgo, existen estándares bien establecidos. «Nuestros controles están basados en la jerarquía de controles conocidos universalmente».
«Consideramos la posibilidad de eliminar completamente el riesgo, donde el trabajador no tiene ningún contacto; hasta el último nivel, con el uso de equipos o elementos de protección personal. Nuestra jerarquía tiene unos siete niveles, que se establecen en función de la evaluación de riesgo. Definimos qué nivel de control es el más adecuado para los distintos riesgos existentes”.
Responsabilidad compartida
La participación de los gerentes de todas las áreas en las inspecciones, comités de área, y el comité paritario mensual ha sido fundamental para ejercer un liderazgo visible. Todos están involucrados en el seguimiento, aplicación y mejora del sistema de gestión vigente.
El respaldo a cualquier iniciativa del área de seguridad es unánime, comenzando por la Gerencia General. “Siempre están interesados en que los planes se cumplan y tengan los resultados esperados. Todos somos conscientes de que el primer objetivo estratégico de la Compañía está referido a la seguridad. Esto significa tener un ambiente saludable, seguro y libre de lesiones”, afirma el Ing. Miranda.
Las empresas contratistas también se encuentran alineadas a los objetivos del sistema de gestión. Para ello las orientan y ayudan a certificarse tanto en calidad como en la normatividad laboral nacional. Actualmente todas las empresas del entorno o fuera de ella, han sido certificadas para desarrollar una actividad responsable y comprometida con las normas internas y las de la legislación nacional.
Asisten a las capacitaciones y están incluidos en todas las actividades que se desarrollan en la Unidad Minera. Esto ha facilitado el alineamiento con el sistema de gestión, convirtiéndose así en los mejores aliados para realizar sus labores con la máxima seguridad.
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