En las alturas de la provincia cusqueña de Espinar, sobre los 4 mil ms.n.m., cerca de cinco mil trabajadores mineros vienen construyendo un ambiente de trabajo saludable y libre de lesiones mediante un enfoque preventivo. Durante el año pasado, el resultado fue la ausencia de accidentes mortales y lesiones con tiempo perdido en Compañía Minera Antapaccay. Ello les valió obtener el primer lugar del Concurso Nacional de Seguridad Minera 2020, categoría Tajo Abierto, otorgado por el Instituto de Seguridad Minera-ISEM.
«Este importante logro es el resultado del esfuerzo de todos los trabajadores, en un año particularmente difícil debido a la pandemia y eventualidades que generaron riesgos adicionales a los que enfrentamos a diario como operación minera», expresa Carlos Cotera, gerente general de Antapaccay, tras indicar que el premio significa un compromiso a no bajar la guardia y renovar la declaración de Cultura de Seguridad.
La declaración de Cultura de Seguridad de Antapaccay insta a desarrollar las operaciones mineras cuidando a las personas, cumpliendo los estándares, procedimientos y utilizando las herramientas SafeWork. «Nunca cedemos en cuanto a la seguridad. Si el trabajo no es seguro, lo paramos».
La mirada preventiva en las operaciones cupríferas de Antapaccay se centran en la docena de peligros fatales identificados. Para cada uno de ellos tiene establecidos controles específicos y generales, así como herramientas de gestión IPERC Línea Base, Procedimientos Escritos de Trabajo Seguro, capacitación específica, IPERC continuo y SLAM, entre otros. Cada peligro fatal está gestionado a través de un comité, mediante el cual se definen acciones de verificación de los controles críticos o clave.
El aporte de cada uno
La participación activa, comunicación y empatía de la alta dirección fue clave en el desempeño de Antapaccay durante el 2020. La empresa ha establecido una matriz de liderazgo visible que indica las acciones mínimas como gestión preventiva a desarrollar por cada posición de liderazgo. Son acciones que promueven la presencia en campo y la interacción o retroalimentación continua al personal.
Quienes ocupan una posición de liderazgo deben proveer un ambiente de trabajo seguro, fomentar comportamientos seguros en su equipo, ser consistentes sobre lo que es aceptable y lo que no, detener las actividades inseguras, interponer la seguridad antes que la producción en todo momento y dar el ejemplo.
El papel de la supervisión también es fundamental en Antapaccay. Ella verifica que los procesos sean seguros, corrigiendo y deteniendo toda acción de riesgo del personal a su cargo. La compañía ha desarrollado un trabajado arduo con los representantes de los trabajadores que conforman el comité de seguridad, realizando jornadas de trabajo semanales, inspecciones y verificaciones, entre otros.
Las experiencias y los objetivos
«Hemos analizado fatalidades anteriores, realizado revisiones en profundidad, escuchado a nuestra gente y encontramos algunas brechas y áreas para mejorar. Sabemos lo que debemos hacer para tener éxito y queremos empoderar a todos para crear un lugar de trabajo seguro», manifiesta Fernando Altamirano, gerente Senior de Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente.
Para prevenir las fatalidades, Antapaccay pone en práctica el enfoque SafeWork. Se trata de un conjunto de expectativas mínimas y Protocolos de Peligros Fatales obligatorios, comportamientos que salvan vidas y herramientas de seguridad. La alta gerencia y los líderes a todo nivel deben implementar y mantener el SafeWork vivo en el tiempo.
El objetivo es que todos puedan identificar y gestionar los peligros fatales en su lugar de trabajo y poner en práctica los controles adecuados. La aplicación constante de SafeWork, a través de un fuerte liderazgo visible, impulsará una cultura de disciplina operativa segura y hará que los miembros de Antapaccay vuelvan a casa a salvo, tal como se logró en el año 2020.
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