Una vez que hemos reconocido la presencia de un Hazmat, deberemos iniciar las actividades de Comando y Control, que no es más que preparar el terreno para solicitar el apoyo necesario para controlar la emergencia, recopilando información y protegiendo de manera inteligente la vida y bienestar de la mayoría. Para ello distinguimos cuatro pasos:
a) Ubicarnos en un lugar seguro
b) Comunicación: pedir ayuda del tipo y cantidad necesaria
c) Controlar las vías de acceso
d) Iniciar el establecimiento de un Sistema de Comando de Incidentes
A) Ubicarse en un lugar seguro
• Nuestros vehículos de emergencia deben quedar estacionados en posición de salida y sin obstáculos delante.
• Debemos ubicamos a favor del viento (el viento en nuestra espalda)
• Inicialmente debemos mantener una distancia mínima de aproximadamente 50 metros, que permita la observación con binoculares. Una vez identificado el producto, debemos regirnos por las tablas de distancia de la Guía de Respuesta Inicial.
• No debemos estar expuestos a derrames que puedan avanzar a través de la pendiente de la calle hasta nuestra posición.
• Debemos evitar ubicarnos frente a los cabezales de los tanques que contengan gases a presión, puesto que en caso de explosión, serán proyectados con gran violencia.
• Si es posible, buscar una posición por sobre la altura del riesgo, especialmente si los gases son más pesados que el aire.
B) Comunicaciones: pedir ayuda
Como unidad de primera respuesta, no estamos llamados a controlar la emergencia, sino a preparar el terreno para la llegada de las unidades especializadas.
Por ello debemos recopilar información y comunicarla a la central de alarmas, solicitando la ayuda necesaria para su control. Luego del reconocimiento debemos indicar a la central:
• Naturaleza del local
• Existencia de fuego, humo, fugas o derrames visibles y en qué cantidad
• Presencia de víctimas. Su cantidad y aparente gravedad.
• Descripción del producto, etiquetas, contenedores, empresa involucrada y volumen estimado del material.
• Unidades de apoyo requerido.
Los datos recopilados por los primeros en la escena DEBEN ser traspasados a la Central de Alarmas y posteriormente a las Unidades Especializadas.
C) Controlar las vías de acceso
Esto significa controlar la entrada y la salida del lugar del incidente. Se debe tener en cuenta que dentro de los materiales peligrosos, hay algunos que presentan mayor riesgo frente a una contaminación. Son aquellos que podríamos llamar ‘pasivos’ puesto que no muestran claramente al portador el peligro al que está siendo sometido. Son por ejemplo los radioactivos, los etiológicos y algunos venenos. En estos casos deberemos ser muy estrictos respecto al control de acceso.
Controlar la entrada
Se debe fijar un perímetro de seguridad inicial, dejando nuestra máquina en el exterior de éste en posición de salida.
Este perímetro podrá ser modificado una vez identificado el producto, o bien por instrucciones de la unidad especializada que llegue al lugar.
Nadie puede atravesar la línea de seguridad sin la protección adecuada. Este impedimento incluye bomberos, médicos, fuerzas del orden, civiles, etc. Quienes no cumplan esta medida, podrían ser impedidos de salir sin una descontaminación y chequeo médico previo.
Controlar la salida
Toda persona que hubiese estado cerca del producto, cuando exista una fuga o derrame de éste, no deberá abandonar el escenario sin un chequeo médico en el terreno. Si la persona estuvo en contacto directo con el agente, deberá ser descontaminada y chequeada médicamente, aunque aún no presente malestares evidentes.
En ambos casos, los involucrados deberán mantenerse dentro de la zona de seguridad, sin entrar en contacto directo con otras personas no protegidas adecuadamente, puesto que podrían propagar la contaminación.
Protección adecuada
En general las unidades de primera respuesta, no contarán con protección adecuada para ser usadas en presencia de materiales peligrosos. Estos equipos se refieren a trajes de protección química de diversos niveles, que forman parte del equipamiento de las unidades especializadas Hazmat.
El traje convencional de bombero (casco, casaca, buzo, guantes de cuero y botas de seguridad) no entrega la protección suficiente para la gran mayoría de los Hazmat. Los equipos de respiración autocontenida, si bien entregan un nuevo factor de seguridad, no son suficiente protección si son usados con trajes convencionales de bombero estructural. El nivel de protección requerido, dependerá del tipo de producto, por lo que su pronta identificación será fundamental.
Presencia de víctimas
Antes que todo debemos señalar que por definición ‘Los primeros en la escena’ no deben arriesgarse a ingresar a ambientes contaminados para rescatar víctimas. Teniendo esto en claro, podemos ahora señalar que hay productos Hazmat que podrían permitir un trabajo rápido y puntual, tomando todas las precauciones del caso.
Cada empresa conoce los productos con que trabaja y en base a ello establecerá los factores de riesgo y sus límites de acción. Ejemplo de estos productos donde podríamos considerar la posibilidad de un acercamiento mayor son el gas licuado (butano/propano), el gas natural (metano) y algunos líquidos combustibles (bencina, petróleo, parafina, trementina), etc.
Al encontrarnos en un incidente con materiales peligrosos ante la presencia de víctimas, aunque sea nuestro instinto natural, no debemos correr hacia ellas impulsivamente para intentar salvarlas. Pensemos que se encuentran contaminadas y nuestra vida corre peligro. Si nos acercamos irresponsablemente, podemos convertimos en parte del problema.
Aunque parezca obvio, antes de intentar cualquier rescate en ambientes peligrosos, debemos tener evidencias de que realmente existen víctimas. Muchas veces el personal de un equipo de primera respuesta, ha arriesgado tiempo y recursos intentando rescatar víctimas inexistentes y que tal vez se encuentran en esos momentos, tras las líneas de seguridad observando la escena.
Dependiendo de la facilidad del rescate, distinguiremos tres tipos de víctimas y algunos procedimientos que deberán seguirse.
Víctimas que deben ser rescatadas y que no lo saben
Serán aquellas que están cerca del incidente y que probablemente han sido contaminadas, pero que aún no sienten sus efectos.
Estas personas que puedan caminar, deben ser invitadas a alejarse del foco de contaminación hacia nuestra dirección, pero no deben traspasar la línea que fijaremos como de seguridad. Estas víctimas no deben ser tocadas, mientras no se tenga la protección adecuada al contaminante. Sin embargo deberán recibir nuestro apoyo psicológico, explicándoles claramente nuestros procedimientos. Tan pronto sea posible, deberán practicarse un chequeo médico en el terreno.
También habrá personas que ni siquiera sabían del incidente y que sin embargo se han mantenido peligrosamente cerca de él. Deberán ser invitadas a alejarse del lugar, con las mismas recomendaciones dadas anteriormente.
Debemos esperar que al llegar a un lugar donde hay contaminantes liberados y víctimas, esté rodeado de observadores y espontáneos rescatadores que sin saberlo, pueden estar contaminándose. Tal vez no tengamos los recursos ni las fuerzas, para impedir que ellos dejen la escena sin un chequeo médico previo. Aun así debemos informarles con seguridad y autoridad el riesgo al que se exponen, e invitarlos a alejarse a un lugar seguro y controlado.
Entendamos que en este caso, nuestra tarea deberá limitarse a minimizar el daño, puesto que no podemos entrar en discusiones con la gente, ni mucho menos en acciones de fuerza. Pero tampoco podemos permitirnos el que ingrese gente al lugar, porque no sabían del riesgo al que se exponen.
Aquellas víctimas con síntomas de contaminación
Pueden estar conscientes o no, pero su posible rescate no está siendo obstaculizado por ningún elemento externo. Es decir no están atrapadas. Son tal vez el tipo de víctimas que pondrán más a prueba los nervios de quien deba tomar la importante decisión de su rescate, puesto que si están conscientes, estarán quejándose y pidiendo ayuda a gritos. Son víctimas con opción importante de vida y en donde nuestra principal tarea será la de alejarlos lo más posible del contaminante. Sin embargo, las alternativas que se deberán manejar, dependerán exclusivamente del tipo de material involucrado, el nivel de contaminación existente, el personal y el equipamiento disponible.
En otros casos encontraremos personas que pueden entrar en pánico y que tal vez, no pueden ser controladas en su afán de escapatoria. Deberemos evitar su acercamiento a otras personas, o al menos debemos hacer un seguimiento de aquellas con quien entre en contacto directo y que por ende pudiesen haber sido contaminadas.
De igual forma impediremos el acceso de otras personas al lugar. En algunos casos puede ser difícil (parientes por ejemplo). Debemos estar preparados para la presión psicológica que recibiremos, ya que el Común de la gente no compartirá nuestros procedimientos. Incluso es probable que en casos extremos, ellos intenten directamente el rescate de las víctimas, pasando por alto nuestras recomendaciones. En estos casos debemos actuar con mesura, pero también con energía y decisión.
Un elemento de complejidad en el tipo de situación mencionada, es que muchas veces no podremos asegurar si las lesiones de las víctimas que observamos a través de prismáticos, fueron ocasionadas por el posible contaminante, o si son efecto de otros agentes (accidente de tránsito por ejemplo). Por ello debemos observar si hay evidencias de contaminación (fugas, derrames, fuego, humo) y más importante aún, identificar rápidamente el producto. Ello determinará si podemos o no acercamos a las víctimas.
Recordemos los conceptos de concentración y tiempo de exposición, ya que sumados al conocimiento del riesgo del producto, nos puede permitir una acción rápida de salvamento o al menos de alejamiento de la víctima de la zona de impacto. Si el producto es conocido y no es tóxico, si está en un espacio abierto (ventilado), si no entraré en contacto directo con el producto, si en todo momento tendré el viento en mi espalda, podría considerar una intervención rápida, con el uso de SCBA (equipo de respiración auto contenido de presión positiva), doble protección de guantes (quirúrgicos y de cuero) y botas de seguridad. Aun así, el personal y la víctima deberán ser descontaminados (ropas y equipos) y serán chequeados médicamente.
Si el escenario no se presenta seguro, deberemos ser fuertes y no entrar. En este punto es importante tener en claro si estamos tratando de rescatar a una víctima inconsciente, o si en realidad lo que haremos será recuperar un cadáver. Si se ha logrado la identificación del producto y éste está catalogado por ejemplo como VENENO, podremos en base al tiempo que la víctima ha estado expuesta al agente, considerar la posibilidad de que a esta altura ya hubiese fallecido. Tomar esta decisión no es fácil, pero este curso trata de dar una pauta con factores a considerar, antes de tomar la importante decisión de arriesgar a nuestro personal.
Víctimas atrapadas
Estos casos obligarían a exponer a nuestro personal a un nivel de concentración mayor y a un tiempo de exposición también mayor. Por lo general estas víctimas estarán muy cerca del foco del incidente, por lo que estarán sometidas a un nivel de concentración del material peligroso muy alto. El estar atrapadas significará además un tiempo de trabajo para su extricación, que no se compadece con el concepto ya visto de tiempo máximo de exposición para nuestro personal.
Sólo la certeza de identificar el producto y de que éste no sea tóxico, etiológico ni radioactivo y el tener la certeza, de no poder contar con apoyo de unidades especializadas en el corto plazo, podría hacernos considerar la posibilidad del rescate. Aun así se tomarán todas las precauciones respecto a la protección del personal. Se usará equipo completo incluyendo guantes quirúrgicos y de trabajo, además de equipos de respiración. No se deberá caminar sobre el contaminante y mucho menos se deberá tocar. Recordemos además que las labores de extricación pueden producir chispas, que en caso de estar en una atmósfera explosiva, pueden transformar nuestras buenas intenciones en una verdadera catástrofe. Si las características del producto peligroso lo permiten (que no reaccione con el agua), se puede considerar el uso previo de espuma para minimizar el riesgo de incendio y el de la emanación de vapores.
Volvemos a señalar en este punto, que los primeros en escena no deben ser parte del problema. Una decisión apresurada y emotiva más que racional, puede colocar a todo nuestro equipo en una situación de verdadero peligro. No arriesguemos a nuestro personal. Si tenemos dudas no ingresemos.
D) Iniciar el establecimiento de un Sistema de Comando de Incidente
El SCI es una organización con participación multidisciplinaria, que en base a la planificación y al trabajo coordinado, será capaz de tomar las decisiones que permitan controlar una emergencia determinada. El oficial a cargo de la Institución de Emergencia, o el encargado de la Empresa en esos primeros momentos, seleccionará dentro de su personal, a quien se hará cargo del incidente hasta la llegada de la unidad especializada. Esta selección la efectuará basado en los conocimientos y experiencia que tengan el personal a su mando y podría ser ocupado por él mismo, si así lo estima conveniente. Sin embargo en este caso, debería delegar el mando, ya que no se puede estar a cargo de todo en una situación tan compleja como esta.
Responsabilidades del Jefe de Incidente
En el caso de empresas, será una persona con conocimientos y entrenamiento al menos en el nivel l de respuesta Hazmat, pero con sólidos conocimientos de los productos específicos con que se trabaja en dicha faena, así como de sus propiedades químicas y de los riesgos específicos. Será su responsabilidad en esos primeros momentos:
• La seguridad del personal
• Identificar el producto
• Detectar la presencia de víctimas
• Detectar fuego, humo, escapes o derrames
• Detectar riesgo para alcantarillas o cauces de agua
• Entregar la información relevante recopilada al Oficial al Mando, para su transmisión a la central de alarmas.
• Evaluar en base a los criterios ya expresados, la posibilidad de rescatar víctimas.
• Evaluar y si es necesario, dar instrucciones y coordinar la construcción de diques, siempre y cuando estén a favor del viento y alejados del producto.
Oficial al Mando
En el caso de empresas, preferentemente se tratará de un ejecutivo con conocimiento de las diferentes secciones y faenas de la obra, con capacidad y poder para asignar recursos materiales y humanos necesarios para atender la emergencia. Será responsable de las siguientes tareas:
• Las comunicaciones con la Central de Alarma
• Coordinar la participación de otras Unidades de Apoyo
• Acordonar el sector
• Ubicar estratégicamente los vehículos según los procedimientos ya vistos, o bien según la recomendación del Jefe de Incidente.
• Coordinar la atención de la Prensa y del público. La prensa debe recibir un tratamiento especial y se deberá designar a una persona estable que haga de nexo con el comando de incidentes. La información oportuna y veraz, facilitará el trabajo de estos profesionales y evitará conjeturas y malos entendidos.
• En el caso de unidades de emergencia, atenderá a los miembros de la empresa involucrada y los contactará con el Jefe de Incidente. Los mantendrá en un lugar establecido previamente, para que puedan ser rápidamente consultados en caso necesario y para que además, puedan tomar fácil contacto con las unidades especializadas que se dirigen al lugar. Debemos entender que sin importar el tipo de trabajo que desempeñe el funcionario de la empresa con quien entremos en contacto, podrá ser una valiosa fuente de información, ya sea sobre el incidente propiamente tal, o al menos de los nombres de encargados y especialistas, con sus respectivos números telefónicos o direcciones.
• Atender los requerimientos logísticos del Jefe de Incidente y mantenerlo informado de su nivel de avance.
El establecimiento del SCI facilitará la tarea de las unidades especializadas, los que a su vez establecerán una serie de roles al llegar. Probablemente reemplazarán al voluntario que ocupaba el puesto de Jefe de Incidente, una vez que éste explique detalladamente los procedimientos que alcanzó a llevar a cabo. Algunos de los roles que establecerá la unidad especializada al llegar son: Jefe Hazmat, Jefe de operaciones, Jefe de Seguridad, Jefe de Descontaminación, Jefe de Logística y Jefe de Comunicaciones.
La unidad de primera intervención continuará sin embargo, colaborando activamente con los especialistas, en una serie de funciones de apoyo que son fundamentales para el éxito.
En muchos casos, las unidades especializadas Hazmat llegarán desde otras áreas lejanas al lugar del incidente, por lo que todo el apoyo logístico deberá ser proporcionado por las unidades que hubiesen llegado como primer socorro. Ellas conocen su sector y saben mejor de donde obtener los recursos y apoyos locales que sean necesarios.
Artículo publicado en la revista Seguridad Minera n° 96. Escrito por Andrés Maggio, 18 Compañía de Bomberos de Santiago, Chile.
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