El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, firmó un decreto que tiene el objetivo de proteger a los trabajadores que están expuestas a estrés térmico por calor.
El reglamento busca dar una respuesta a este padecimiento originado por una combinación de las condiciones ambientales del lugar donde se trabaja, como la temperatura, la humedad relativa y la velocidad del viento, así como la actividad física realizada y características de la ropa de los trabajadores.
El reglamento surge tras un estudio realizado por la estatal Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), que indica que la enfermedad renal crónica se relaciona directamente con la deshidratación, el trabajo físico extremo y el consumo de medicamentos.
Según datos oficiales, actualmente existen 1,200 personas con esta enfermedad en ese país, la mayoría de ellas concentradas en la costa del Pacífico.
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“La intención de este reglamento en primera instancia es prevenir que los riesgos a la salud se lleguen a propiciar. El reglamento busca proteger al sistema de seguridad social que es el que tiene que sufragar los altos costos de los tratamientos de estas enfermedades”, manifestó el ministro de Salud, Fernando Llorca.
La aplicación del decreto será para todo el territorio nacional y sus regulaciones deben ser cumplidas por todo titular que contrate a trabajadores para realizar labores al aire libre.
El estrés térmico por calor produce una sobrecarga térmica que puede llevar al trabajador a sufrir insolación, sarpullido, agotamiento, calambres y golpes de calor. Tras años de evaluaciones, expertos han logrado determinar estas características de la enfermedad, pero no así sus causas específicas.
El mal afecta con especial fuerza a trabajadores agrícolas, principalmente cortadores de caña, de las zonas del Pacífico de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, donde ha habido cientos de muertes.
Fuente: La Prensa Gráfica
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