El ciclo minero es crucial para mejorar la seguridad y salud ocupacional (SST) en la industria. Esta perspectiva integral se justifica por dos razones fundamentales. En primer lugar, la gestión de riesgos es más efectiva cuando se implementa desde las primeras etapas del ciclo minero, permitiendo la adopción de medidas de control más eficaces y menos costosas. Evitar el uso de técnicas de ingeniería inversa, cuya eficacia es limitada, es una ventaja clave en esta etapa inicial. En segundo lugar, la tipología de riesgos evoluciona a lo largo del ciclo minero, lo que requiere una constante reevaluación para mantener estándares de seguridad óptimos.
De acuerdo con la Oficina Internacional del Trabajo en el documento «Seguridad y salud en las minas a cielo abierto», el ciclo minero comprende varias fases principales: gestación del proyecto, diseño de la mina, desarrollo/adquisición, puesta en servicio/implementación, explotación, mantenimiento/modificación, clausura y eliminación de residuos. Cada una de estas etapas implica actividades específicas que demandan una atención detallada para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores.
- Gestación del proyecto: en esta fase inicial, se toman decisiones cruciales que impactarán directamente en la seguridad y salud futura de la instalación minera. Desde la selección de tecnologías seguras hasta la ubicación adecuada en relación con las comunidades vecinas, cada elección puede influir en el nivel de riesgo en el lugar de trabajo.
- Diseño de la mina: aquí es donde se aplican conceptos ingenieriles para garantizar la seguridad. Establecer una jerarquía de controles, implementar sistemas redundantes y considerar principios ergonómicos son prácticas clave. Además, es esencial asegurar la compatibilidad con otras infraestructuras existentes o proyectadas.
- Desarrollo/Adquisición: durante esta fase, la construcción y la adquisición de instalaciones requieren un enfoque meticuloso hacia la seguridad. Desde la especificación de requisitos de seguridad hasta la evaluación de proveedores, cada paso debe tomarse con precaución para garantizar la protección del personal.
- Puesta en Servicio/Implementación: es crucial implementar procedimientos adecuados y capacitar al personal. La supervisión del rendimiento y la evaluación de los controles principales son esenciales para garantizar un entorno seguro desde el principio.
- Explotación: durante esta fase, la recopilación de datos y la retroalimentación de los trabajadores son fundamentales para evaluar el nivel real de seguridad y salud. Esta información se utiliza para planificar mantenimientos futuros y mejorar los procesos.
- Mantenimiento/Modificación: el mantenimiento rutinario y las modificaciones son vitales para mantener los estándares de seguridad. Cada tarea, desde el mantenimiento básico hasta las modificaciones, debe tratarse con la seriedad que merece para evitar riesgos.
- Clausura: el cierre de las instalaciones requiere una transición cuidadosa para garantizar la seguridad a largo plazo. Procesos como el desmantelamiento y la disipación de energías peligrosas son parte integral de este proceso.
- Eliminación de residuos: finalmente, la eliminación responsable de los residuos es esencial para proteger el medio ambiente y la salud pública. La gestión adecuada de elementos peligrosos garantiza un cierre seguro y sostenible del proyecto minero.
Cada etapa de un proyecto minero requiere un compromiso inquebrantable con la seguridad y la salud ocupacional. Desde la concepción hasta la eliminación de residuos, el enfoque integral en la seguridad es fundamental para proteger a los trabajadores y minimizar los riesgos en el lugar de trabajo.
Puedes leer aquí el documento completo de la Oficina Internacional del Trabajo.
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