[Exclusivo] La construcción de una cultura de seguridad proactiva, de prevención y autocuidado es un trabajo de largo aliento, exigente e intenso, pero de resultados satisfactorios. Es lo que se viene formando en la Compañía Minera Ares-Unidad Pallancata del Grupo Hochschild Mining, cuyos colaboradores se esfuerzan por volver a casa sanos y salvos después de cada jornada. Veamos por qué.
“La seguridad empieza por mí”. Con esta frase podría resumirse el nuevo espíritu en seguridad que viene impulsando Hochschild Mining en sus diversas unidades mineras… y los resultados no se están haciendo esperar. Los indicadores de seguridad de dos mil trabajadores de la mina Pallancata, en las alturas de Ayacucho, han sido reconocidos por segundo año consecutivo con el Premio Nacional de Seguridad Minera-ISEM en la categoría Minería Subterránea.
“En Hochschild estamos haciendo uso de todos los medios que tenemos para aumentar la conciencia general, el conocimiento sobre los peligros y riesgos, así como la comprensión de su prevención y control”, señala Eduardo Landin, Vicepresidente de Operaciones, tras precisar que se requiere de la participación de los colaboradores para aplicar las medidas de protección, respetar los estándares y alertar aquellas condiciones riesgosas para intervenir y protegerlos.
En ese mismo sentido, Julio Rodríguez, Gerente de Operaciones Perú, explica que tienen el compromiso de hacer de cada una de las unidades de Hochschild Mining lugares seguros para trabajar, desarrollando una cultura de seguridad a través de la participación y el compromiso de todos. “Desde la gerencia de Operaciones apoyamos con los recursos necesarios para lograr ese objetivo alineado con la visión y misión de la organización”, expresa.
Manuel Peralta, Gerente de la unidad Pallancata, reafirma que “los colaboradores de Hochschild Mining a todo nivel somos conscientes de que la seguridad es el acto inicial básico que compromete nuestros procesos productivos. Sin seguridad, no hay garantía de una operación óptima”.
Al asumir que la seguridad es el mayor valor en su actividad extractiva y procesadora, la compañía garantiza el cumplimiento de sus objetivos en toneladas y onzas. Al identificar los peligros, evaluar, controlar y dar acción de su cumplimiento en la operación, ligado a un estricto respeto de los estándares y procedimientos, la obtención de los beneficios viene inmediatamente, dando muestras de una sintonía directa entre seguridad y producción.
“Nuestra fijación –revela el ingeniero Peralta– está en la actitud de la persona, en la planificación y prevención. Venimos trabajando permanentemente para que el colaborador interiorice que su seguridad depende de él mismo, que los accidentes están ligados directa o indirectamente a un acto. Por ello, es muy importante que maneje su comportamiento e incentive a sus compañeros al cambio, si ve en ellos actitudes que podrían ser causales de incidentes o accidentes”.
En un marco donde la misión determina trabajar con los más altos estándares de seguridad y la política corporativa compromete a generar las mejores condiciones para un trabajo seguro y saludable, el Departamento de Seguridad con el soporte del Sistema de Gestión de Seguridad HOC-DNV GL (por las siglas de Hochschild y Det Norske Veritas Germanischer Lloyd) marca las pautas para que cada área sea responsable de la gestión de seguridad de su equipo de trabajo, siendo fundamental el liderazgo visible de toda la línea de supervisión, incluidos los mandos medios y superiores.
En el frente de trabajo
Los colaboradores elaboran el IPERC como herramienta de gestión que permite identificar, analizar, determinar, evaluar y establecer los controles o modificación de todos los peligros y riesgos de acuerdo a su criticidad. Luego se efectúa la comunicación e información de los riesgos identificados, cerrándose el círculo con el monitoreo del levantamiento del hallazgo y control por parte de la supervisión.
Como parte de la labor del día, de manera obligatoria y en todas las áreas operativas, se emplea las herramientas básicas de gestión de seguridad como el orden de trabajo escrito y la lista de verificación, además del IPERC de labor. “Todas estas son herramientas sencillas de fácil comprensión y aplicación, validadas u observadas por los supervisores de turno o por los que visitan la labor, quienes están totalmente autorizados de paralizar las operaciones si consideran que estas herramientas no se cumplen de manera adecuada”, manifiesta Adis Benito, Gerente de Seguridad de Pallancata.
Los resultados se reflejan cada día. Se observa más compromiso con la seguridad personal y grupal; prueba de ello es que, en lo que va del año, no se tiene accidentes incapacitantes en interior mina, donde se encuentran la mayor cantidad de peligros y riesgos. Los ingenieros y supervisores de seguridad son profesionales y técnicos que antes de trabajar en el área de Seguridad Industrial, necesariamente deben haber laborado con cargos de responsabilidad en el área de operaciones de mina mínimo cinco años.
“El equipo de seguridad –manifiesta el Ing. Benito– tiene la misión de enseñar y corregir desviaciones con sencillez y humildad pero muy firmes y seguros de sí mismos cuando se trata de tomar decisiones para corregir. El objetivo es hacer entender al personal que la corrección es por su bien y del grupo de trabajo”.
La supervisión y los trabajadores
La supervisión de Hochschild maneja una herramienta de gestión de seguridad de carácter preventivo llamado CPI de control de seguridad, el cual consta de tres partes:
– Inspección de campo para ver estándares operativos, controles, llenado y aplicación de sus herramientas de gestión de seguridad, equivale a 50%.
– Monitoreo sobre los conocimientos de respuestas a emergencias, primeros auxilios, Reglas de Oro, política, sistema de seguridad DNV. etc. referidos a cómo se aplica en su lugar de trabajo, equivale a 25 %.
– Revisión documentaria llenado y calidad de la información, alineados a los levantamientos de observaciones o recomendaciones que se deja después de una inspección o recomendación producto de algún incidente o daño a la propiedad, equivale a 25 %.
Una buena gestión y desarrollo de las actividades de supervisión equivale a un 100% y la nota mínima a alcanzar es 90%; de tener resultados por debajo de esta cifra, la jefatura de esta área tiene que justificar el mal resultado ante el gerente de la Unidad Minera al fin de cada mes y este último a su vez tendrá que explicar el resultado al gerente de Operaciones Perú. Finalmente, el resultado del CPI es un indicador relevante para cada jefatura dentro de sus objetivos y metas del año.
Por su parte, los trabajadores participan proactivamente en desarrollo de la gestión de seguridad mediante las capacitaciones diarias, cumpliendo los estándares y procedimientos de trabajo en cada una de sus tareas, así como utilizar la herramienta de la negativa al trabajo, en caso de existir riesgo que atenta contra su seguridad personal.
Los retos
“Ponemos toda la energía e ingenio para seguir incorporando cambios y mejoras en la gestión de la seguridad, pero al final siempre dependemos de personas en la primera línea de la operación y tratamos que cada una de ellas desarrolle operaciones seguras, lo cual a veces no es sencillo”, precisa Juan Dumler, Gerente corporativo de Seguridad.
Al trabajo ya desplegado, Hochschild Mining ha sumado un enfoque orientado al refuerzo positivo a los colaboradores que trabajan con calidad y seguridad, con la finalidad de fortalecer esas conductas y transformarlas en hábitos. Sin embargo, se ha presentado una variable frente a la caída de precios de los metales preciosos, la compañía tiene un incremento en la rotación de personal, por lo que debe retomar la formación de personal para conformar equipos de reemplazo para esas coyunturas críticas y, en lo posible, cubrir posiciones con talento generado al interior de Hochschild Mining.
“Entendemos –explica el Ing. Dumler– que haciendo mentoring y coaching le damos sostenibilidad a las operaciones seguras y, al mismo tiempo, aseguramos que no decaiga la cultura de seguridad que hemos gestado a través del tiempo y con el esfuerzo de muchos aportes”.
Tanto en Pallancata como en otras unidades de Hochschild, se viene afinando las herramientas de observación de tareas. Se focalizan en ayudar a los colaboradores a no desviarse de lo establecido en estándares y procedimientos desde hace años. “Por alguna razón, en ciertos momentos del día a día, se producen atajos u omisiones que nos dejan ver que todavía hay brechas en las que tenemos que trabajar”.
Como parte del proceso de evolución de su visión de seguridad, la compañía ya no mira como meta el “Cero Accidentes”. Ahora apunta a fortalecer el compromiso de todos con el autocuidado, pues no se puede seguir dependiendo de la supervisión para que las cosas marchen correctamente.
“El cambio del lema es una señal y ha calado muy bien que se exprese como “La seguridad empieza por mí”. El hecho de que la vicepresidencia de Operaciones haya sido la más comprometida con el lanzamiento, habla del alineamiento que tienen todos los niveles de nuestra familia Hochschild”, precisa el Ing. Dumler.
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