El mundo de la automoción se encuentra actualmente en las garras de una revolución de dos caras: por un lado, bajo presión para reducir las emisiones al pasar a la electricidad, y por el otro, esforzándose por alcanzar el Santo Grial del transporte: el vehículo / máquina que no necesita un operador. Si bien se han logrado grandes avances en el cambio a la propulsión híbrida y totalmente eléctrica, la creación de un transporte autónomo está resultando más difícil de perfeccionar.
«La automatización ha tenido problemas en el mundo automotriz convencional porque están tratando de que los vehículos autónomos funcionen en todas partes y coexistan de manera segura con todas las variables de la vida: automóviles, camiones, bicicletas, personas, perros, gatos, lo que sea», dice Perjohan Rosdahl, jefe de Off-Road en Volvo Autonomous Solutions. “Resolver todos estos problemas al mismo tiempo está demostrando ser un desafío enormemente complejo, incluso para las empresas automotrices y de tecnología más grandes del mundo».
El cambio a máquinas autónomas no será simplemente un caso de reemplazar una máquina con un operador por una sin él. Las máquinas autónomas impulsarán la automatización de todo el proceso y requerirán una nueva forma de ver toda la operación. “Se trata tanto de una nueva mentalidad como de desarrollar máquinas autónomas”, dice Uwe Müller, líder de ventas y marketing de Off Road Solutions en Volvo Autonomous Solutions. “Estamos hablando de automatizar un proceso de transporte, no solo de vender una sola máquina. Por eso, necesitamos desarrollar una solución total para gestionar este proceso completo».
Canteras y minas
“Para reducir la complejidad del mundo, necesitamos estandarizar el proceso tanto como sea posible”, dice Müller. “En las canteras podemos hacer esto porque están en un área confinada, están muy reguladas y es más fácil separar el transporte autónomo de otros procesos. Con la carga y el vaciado, el proceso en sí es simple y repetitivo».
“Estamos comenzando de a poco con casos de uso menos complejos y nos basaremos en nuestros éxitos”, dice Rosdahl. “Con los socios clientes adecuados, el siguiente paso podría ser la minería subterránea y las aplicaciones de túneles: las máquinas autónomas (especialmente las eléctricas) funcionan tan bien en la oscuridad como en la luz, y es bueno alejar a las personas tanto como sea posible de estos peligrosos ubicaciones. A partir de ahí, podríamos centrarnos en grandes proyectos de movimiento de tierras que aún están contenidos pero que tienen más variables que afrontar, ya que nuestra tecnología se integra más con el tiempo».
La optimización de procesos mejorada, el menor consumo de energía y la seguridad mejorada son solo tres de los beneficios de las máquinas autónomas. Hay muchos desafíos de I + D que superar, y lo serán. Pero no será una innovación técnica la que haga el gran avance, lo que requiere cambios en la legislación y una nueva mentalidad sobre cómo todo el proceso puede operar de manera más efectiva. No se equivoque, las soluciones autónomas están llegando y serán disruptivas para los modelos comerciales actuales.
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