El Instituto de Seguridad Minera (ISEM) ha publicado en YouTube la exposición de John Ewer Lothian, profesor titular de la Universidad de Valparaíso, sobre el tema «Intervención diseñada para mitigar la somnolencia y la fatiga asociada al trabajo nocturno: neurociencia en la prevención de accidentes» en el marco del IX Seminario Internacional de Salud Ocupacional de Operaciones Mineras.
En su exposición, Ewer Lothian subraya la importancia de comprender los ciclos biológicos humanos y los ritmos circadianos para implementar estrategias efectivas que protejan la salud y seguridad de los trabajadores nocturnos. Explica que los seres humanos están biológicamente programados para seguir un ciclo de sueño y vigilia sincronizado con las 24 horas del día, conocido como ritmo circadiano. Dicho ciclo regula funciones vitales como la temperatura corporal, la producción de hormonas y, principalmente, el ciclo de sueño. Trabajar en horarios que van en contra de este ritmo natural, como durante la noche, puede desestabilizar estos ciclos, llevando a una somnolencia excesiva y fatiga.
Uno de los puntos destacados por Ewer Lothian es el impacto de la falta de sueño en la salud y el desempeño. El déficit de sueño, común en quienes trabajan en turnos nocturnos, no solo afecta la capacidad cognitiva y la toma de decisiones, sino que también incrementa el riesgo de accidentes laborales. A largo plazo, esta privación de sueño puede contribuir a problemas de salud graves, como trastornos cardiovasculares, diabetes y depresión.
Para mitigar estos efectos adversos, el profesor enfatiza la importancia de diseñar intervenciones basadas en la neurociencia. Estas pueden incluir la adecuación de los entornos laborales, la optimización de horarios de trabajo y el fomento de prácticas que faciliten un mejor descanso durante el día. La implementación de estas estrategias no solo mejora la salud de los trabajadores, sino que también disminuye el riesgo de accidentes, promoviendo un entorno laboral más seguro y productivo.
El docente aborda la solución al problema a partir de las investigaciones de Charmane I. Eastman, profesora de ciencias del comportamiento en el Rush Medical College. El objetivo es cambiar la «fase» de reloj para que el trabajo nocturno no se sienta como trabajo realizado al final del día. El método empleado consistió en gestionar la exposición a la luz del trabajador, con una iluminación intensa durante períodos específicos de la noche y reducirla a la salida del turno mientras se ofrece acceso a un dormitorio oscuro durante el día.
Ewer Lothian sostiene que las ventajas del método es su simplicidad, demanda pocos recursos y no implica cambios considerables que interfieran en las instalaciones y actividades del sector.
«El trabajo nocturno requiere estar despierto cuando el cuerpo pide dormir, lo cual reduce el desempeño y causa un aumento en accidentes y un daño irreversible a la salud. [Este tipo de labor] reduce la calidad del sueño al ser poco profundo y fragmentado», advierte en su exposición.
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