[Editorial Seguridad Minera 149] Ingresamos a nuestro vigésimo primer aniversario con una noticia alentadora: la cantidad de accidentes mortales en la minería peruana en el 2018 fue la menor registrada en cinco décadas. Es un avance significativo pero insuficiente. Veamos las cifras.
Con 205 mil trabajadores, tanto de compañía como de empresas contratistas y conexas, los registros indican que tuvimos 27 accidentes mortales. La mortalidad por cada 10 mil trabajadores disminuyó a 1,32, cifra muy lejana al 23,4 que obtuviéramos en el 1996. De igual manera, los índices de gravedad, frecuencia y accidentabilidad muestran mejoras significativas.
Sin embargo, desde el ISEM observamos que los accidentes incapacitantes todavía siguen sin controlarse de manera efectiva. El año pasado llegaron a 1239 casos. También vemos que la mayoría de accidentes mortales ocurre con trabajadores de pocos años de experiencia. Una situación que nos invita a ser creativos.
Por ejemplo, resulta interesante las prácticas de algunas empresas mineras de identificar a los trabajadores jóvenes con mamelucos de color diferenciado, lo que facilita identificarlos cuando están sin la compañía de trabajadores más experimentados, quienes utilizan vestimenta de otro color.
Precisamente, soluciones sencillas como la señalada líneas arriba e investigaciones y experiencias en países mineros podrán conocerse en nuestro próximo XXIII Seminario Internacional de Seguridad Minera. Esperamos un encuentro fructífero entre responsables de operaciones, supervisores de seguridad y expertos internacionales, que nos conduzca a una mayor mejora en los indicadores de seguridad en el presente año.

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