[Editorial Seguridad Minera 140] Octubre fue el más fatídico de los últimos 59 meses para la minería peruana. Se registraron ocho accidentes mortales, la mayoría de ellos en operaciones de minería subterránea. De esta manera, lamentablemente, se acentúa la tendencia ascendente de los accidentes laborales en los últimos dos años.
Las interrogantes surgen de inmediato: ¿dónde están las debilidades?, ¿estamos atacando las causas reales de los accidentes?, ¿estamos aplicando la ingeniería apropiada?, ¿estamos compartiendo las experiencias exitosas de empresas mineras peruanas?, ¿qué vacíos tiene la legislación en seguridad laboral?.
Tal como lo afirma la Asociación Internacional de la Seguridad Social (ISSA), “los accidentes y enfermedades en el lugar de trabajo no son fruto del destino ni son producto de la mala suerte, sino que resultan de causas específicas”. En ese sentido, en múltiples ocasiones hemos reconocido al Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería como herramienta valiosa para afrontar los riesgos en el trabajo.
Para ayudarnos, ISSA propone centrar nuestro trabajo en siete reglas de oro: asumir el liderazgo y demostrar el compromiso; identificar los peligros y evaluar los riesgos; definir metas y elaborar programas; garantizar un sistema seguro y bien organizado; gestionar la seguridad en las máquinas, equipos y lugares de trabajo; mejorar y desarrollar competencias; e invertir en las personas y motivar a través de la participación.
Demás está mencionar algo que todos conocemos: invertir en prevención es rentable. Lo crucial es construir un equipo de colaboradores motivados y dispuestos a dar vida a empresas libres de accidentes. Exhortamos a que en cada día del 2018 demostremos que no estamos dispuestos a perder la vida propia ni la de nuestros compañeros.
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