Hace algunos días nos llegó la memoria del XX Congreso Mundial de Seguridad y Salud, realizado en Frankfurt el año pasado. El documento nos hizo recordar que hubo seis sesiones técnicas, 30 simposios y 360 exposiciones de seguridad y salud ocupacional. Allí, la mayoría de especialistas consideró la necesidad de atreverse a adoptar un enfoque más humano, teniendo en cuenta a cada individuo de manera integral, trabajando en conjunto, más de cerca y mejor. “Solo respondiendo a estas demandas podrá alcanzarse el objetivo de una cultura global de prevención y la Visión Cero”.
Considerado utópico hace solo unos pocos años, la visión cero -un mundo sin accidentes de trabajo graves o mortales- se está convirtiendo más y más realista, en un contexto donde muchos países han hecho significativos progresos en los últimos años, señala la memoria.
En el XX Congreso Mundial se planteó que la seguridad y salud en el trabajo son un requisito previo para el éxito económico sostenido, la cohesión social, la estabilidad política y la paz. Hay que intervenir más. Debemos desarrollar, visiones positivas claras, y tenemos que unir a todos los que comparten nuestro compromiso a mejores condiciones de trabajo y no sólo a los propios expertos.
El tema de la prevención debía considerarse de manera integral, nos hace recordar el documento congresal. En ese sentido, la Asociación Internacional de Seguridad Social ha adoptado un enfoque tridimensional: la prevención de los riesgos en el trabajo; la promoción de la salud en el trabajo; y la rehabilitación y reincorporación al trabajo después de un accidente de trabajo o enfermedad. En general, necesitamos una visión moderna e integral con el fin de hacer realidad una cultura global de prevención. “La creación un mundo libre de accidentes de trabajo puede ser una meta ambiciosa, pero no es inalcanzable”.
[Leer: Ideas para la gestión de una cultura de seguridad integral]
El congreso mundial señaló claramente que todas las culturas podían contribuir con valores y soluciones propias a los retos de la seguridad y salud en el trabajo, pero con la misma visión. La comunidad internacional está aprendiendo y aceptando que las “soluciones universales” no son posibles. En ese sentido, merece destacarse el alentador avance de la cultura de seguridad en el sector minero peruano, el mismo que se ha irradiado a otros sectores productivos y en el cual el ISEM ha dado su modesta contribución. Sigamos adelante.
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