Los cuatro métodos fundamentales para eliminar o reducir los riesgos profesionales son la eliminación del riesgo, el aislamiento del riesgo, el alejamiento del trabajador o protección colectiva y la protección del trabajador o protección personal. Cuando las medidas de protección colectiva resultan insuficientes, se impone la utilización de equipos de protección individual a fin de prevenir los riesgos ineludibles en los trabajadores.
El guante es parte de estos equipos. Su función es proteger la mano o una parte de ella contra los peligros. En algunos casos puede cubrir parte del antebrazo y el brazo.
Las manos son una de las principales riquezas que tenemos para vivir y para trabajar. No existe ningún otro instrumento que se le compare. Sin embargo, un pequeño descuido puede costarnos el daño o la pérdida de ellas.
En el lugar de trabajo, las manos del trabajador pueden hallarse expuestas a riesgos de naturaleza diversa como las lesiones en las manos debidas a acciones externas, los riesgos para las personas por acciones sobre las manos y los riesgos para la salud o molestias vinculados al uso de guantes de protección.
Las manos son la parte del cuerpo con mayor posibilidad de tener lesiones, las cuales pueden dejar secuelas irreparables. El 35% de las lesiones se producen en estas extremidades.
En general los diferentes tipos de riesgos que se pueden presentar son los riesgos mecánicos, riesgos térmicos, riesgos químicos y biológicos, riesgos eléctricos, vibraciones y radiaciones ionizantes.
Asimismo, las manos cumplen múltiples funciones y son requeridas para diversas actividades. Por eso están expuestas a accidentes con consecuencias físicas (heridas cortantes, quemaduras, aplastamiento, raspaduras, amputación, entre otras); sicosociales (resentimientos propios, temores, inseguridad, oportunidades de trabajo, disminución de la capacidad laboral, etc.), laborales (en el ámbito individual, y empresarial) y ocupacionales (aprovechamiento de horas libres, autocuidado, etc.).
Es importante tener especial cuidado en la elección de los guantes. En su mayoría están confeccionados de neopreno, nitrilo, PVC, butilo, jebe, caucho, látex, incluso cuero. Este último es el menos recomendable por ser de material orgánico. Al contacto con el agua o cualquier líquido se pudren y provocan al usuario dermatitis como las infecciones con hongos, o cualquier otro tipo de bacteria que se aloja enla piel formando colonias que van destruyendo la salud y forma de las manos.
Es importante también tener entrenamiento en el buen uso y mantenimiento de los guantes a cargo de especialistas, ya que debemos saber que cada uno de los guantes tiene una prueba específica y está desarrollada para un determinado tipo de trabajo.
Artículo publicado en Seguridad Minera Nº55 por: Edison Cristóbal P. División Minería, Ipol Perú SAC
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