La soldadura es una operación peligrosa. Según el Internacional Agency for the Research on Cancer (IARC), el humo de soldadura es cancerígeno y puede afectar tanto al operario como al resto de personal que no está involucrado en la actividad. A esto hay que sumar los demás peligros a la salud relacionados con esta actividad, como los gases, calor y demás.
El Departamento de Seguros de Texas (Estados Unidos) detalló cuáles son estos peligros para que los empleadores puedan prevenir accidentes fatales.
El humo de la soldadura es una mezcla de partículas muy finas (vapores) y gases, compuesta por cromo, níquel, arsénico, asbesto, manganeso, sílice, berilio, cadmio, entre otros. El problema es que todos ellos afectan la salud del trabajador a corto y largo plazo.
Los componentes individuales del humo de la soldadura pueden afectar muchas partes del cuerpo, incluyendo los pulmones, el corazón, los riñones y el sistema nervioso central.
Cabe precisar que los vapores de la soldadura provienen del material de base que se está soldado o el material de relleno que se utiliza, así como de los revestimientos y pinturas en el metal que se está soldando y las reacciones químicas que son el resultado de la acción de luz ultravioleta del arco y el calor.
Otro riesgo considerable es el calor, que puede causar quemaduras. El contacto con escoria caliente, astillas de metal, chispas y electrodos calientes pueden causar quemaduras y lesiones a los ojos.
Hay que añadir, además, que los ojos son susceptibles a la luz intensa de la soldadura, así como la radiación ultravioleta e infrarroja. La invisible luz ultravioleta (UV) del arco puede causar “ojo de arco” o “flash del soldador,” inclusive hasta después de una breve exposición (menos de un minuto). Los soldadores y cortadores que trabajan continuamente cerca de radiaciones ultravioletas sin la protección adecuada pueden sufrir daño permanente a los ojos.
La soldadura por rayo de electrones y rayo láser también traen otros riesgos como la ceguera en caso de que un reflejo direcciones el rayo a los ojos. Además, la exposición prolongada a los rayos X podría causar cáncer y la exposición a corto plazo a niveles altos puede causar enfermedad por radiación.
Además de los riesgos propios del equipo necesario para las soldaduras, los trabajadores están expuestos a una mala postura. Los soldadores tienen una alta incidencia de quejas musculoesqueléticas, incluyendo lesiones de la espalda, dolor de hombros, tendinitis, reducción de fuerza muscular, síndrome de túnel carpiano, síndrome de Raynaud y enfermedades de las coyunturas en las rodillas.
Por último, pero no menos importante, está el ruido. La exposición a ruidos fuertes puede dañar permanentemente la audición de los soldadores. El ruido también causa estrés y aumentada la presión arterial, y puede contribuir a enfermedades del corazón.
Puedes leer aquí los detalles de cada riesgo y las enfermedades relacionadas reseñadas por Departamento de Seguros de Texas.
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