Según el Manual de Geomecánica aplicada a la prevención de caída de rocas en minería subterránea, publicada por la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía, son múltiples los factores que influyen en la estabilidad del macizo rocoso. Para que las operaciones mineras sean seguras, es esencial que el personal de la mina identifique los problemas de inestabilidad de la masa rocosa, que pueden conducir a la falla potencial de la misma. De esta manera, se podrá adoptar medidas adecuadas para prevenir los accidentes ocasionados por la caída de rocas.
Los factores que influyen en las condiciones de estabilidad de la masa rocosa de las excavaciones subterráneas, que son de particular interés en términos de la operación minera día a día, son: la litología, intemperización y alteración, la estructura de la masa rocosa, los esfuerzos, el agua subterránea, la forma, el tamaño y orientación de las excavaciones, el esquema y secuencia de avance del minado, la voladura, el tiempo de exposición abierta de la excavación y los estándares de sostenimiento. En el siguiente extracto veremos la influencia del agua subterránea en las excavaciones mineras.
En rocas masivas o levemente fracturadas, la presencia del agua no tiene influencia significativa. En cuanto a las rocas fracturadas o estratificadas, la influencia del agua en las fisuras es un aspecto importante a considerar. Cuando en las fisuras hay presencia de agua, ésta ejerce presión y actúa como lubricante. Además, puede lavar el relleno débil de las fracturas, complicando la situación de la excavación. En rocas intensamente fracturadas, la presencia del agua acelera el proceso de aflojamiento. En especial, en ambientes de altos esfuerzos donde el aflojamiento de la roca será muy rápido.
La observación de cambios en la humedad, en el techo y paredes de la excavación, ayuda en el reconocimiento de posibles fallas de la roca, como resultado de las variaciones de los esfuerzos. Si el agua empieza a filtrarse a través de la roca dentro de un área que es normalmente seca, es un signo de que la roca está pasando por cambios de esfuerzos. Estos harán que las fracturas se abran o se extiendan, empezando a manifestarse la humedad. De igual manera, si un área normalmente con presencia de agua empieza a secarse, también deberá tomarse como una indicación de que la roca está ganando esfuerzos.
La presencia de agua en las fallas geológicas y zonas de corte, influye significativamente en la estabilidad de la masa rocosa de una excavación. La presencia de agua en la roca intemperizada y débil, puede acelerar el aflojamiento y actuar como lubricante para producir deslizamientos. En ambientes de altos esfuerzos, la situación de la estabilidad de la masa rocosa se complica. Finalmente, en las rocas expansivas, el agua es el detonador del hinchamiento de las mismas, con la consecuente generación de altas presiones y deformaciones que pueden llevarla a la falla o a dañar los sistemas de sostenimiento.
Es importante considerar que la presencia de agua ácida daña los sistemas de sostenimiento. Como resultado produce corrosión a los elementos de fierro, acero y deterioro del concreto. Con el tiempo, los elementos de sostenimiento perderán su efectividad. Lo mencionado conlleva como consecuencia la creación de situaciones de peligro de caída de rocas.
Otro aspecto a ser tomado en cuenta como peligro de una caída de rocas, es la influencia del agua del relleno hidráulico sobre las condiciones de estabilidad de la masa rocosa de las excavaciones. Si no se implementan sistemas adecuados de drenaje del agua de relleno, las filtraciones debilitarán a la masa rocosa del entorno. De manera particular, afectará a las rocas débiles, haciéndolas propensas al aflojamiento.
Fuente: Manual de geomecánica aplicada a la prevención de accidentes por caída de rocas – Comité de Seguridad Industrial, Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.
Publicado en Seguridad Minera Nº55.
Fernando dice
…interesantes artículos…