La ubicación geográfica de nuestro país, la necesidad de optimizar el uso del agua en las operaciones mineras y el depósito en forma segura y en armonía con el medio ambiente de los diferentes relaves producidos, durante y después de las operaciones mineras encuentran una respuesta técnica a esta actividad.
Los “relaves” (mezclas de mineral molido y agua) tradicionalmente son depositados en forma de “pulpa” en lugares próximos a las plantas metalúrgicas, estos depósitos generalmente construidos con desmontes y con las fracciones “gruesas” de los relaves, previa separación de las fracciones “gruesas” y “finas” con diferentes métodos: de aguas arriba, aguas abajo, etc. Constituyen depósitos que son alimentados con “pulpas” entre 25% a 50% de sólidos en peso, cuyo volumen de agua, no es recuperado adecuadamente ni recirculado, a veces en zonas desérticas de nuestro territorio.
Los depósitos de relaves secos
Con la finalidad de superar los problemas de recuperación de agua y darles estabilidad y seguridad a estos depósitos de relaves, empresas de nivel mundial han desarrollado la tecnología que permite lograr los depósitos de relaves secos, con recuperaciones de agua de las pulpas de relave que alcanzan el 93% o más.
El desarrollo de los equipos de espesamiento de “Cono Profundo”, que nos permiten obtener “pasta” con hasta 85% de sólidos, con la suficiente viscosidad para alimentar filtros que pueden consolidar esta pasta y filtrarla hasta humedades de 12,0% o menos y luego transportar estos “relaves secos” mediante fajas transportadoras y depositarlos, sin separar los gruesos de los finos, esta mezcla de finos y grueso le da a los depósitos mayor estabilidad, seguridad y permeabilidad.
Así, pulpas de relave con 25% de sólidos que abandonan las plantas a veces son enviados a las relaveras o a espesadores donde alcanzan pulpas de hasta 60% de sólidos, esto es recuperar solo el 74% del agua contenida en los relaves, esta baja recuperación se debe al tipo de espesador usado, así con el uso de espesadores de Cono Profundo (DCT) que permiten alcanzar hasta el 75% de sólidos, y la recuperación del agua contenida en los relaves de 87%.
Las operaciones de relaves que filtran relaves en pasta permiten alcanzan recuperaciones (reciclar) del agua contenida en los relaves de 93%. La deposición de relaves secos, nos permiten recuperar el agua en la planta misma, enviando a las relaveras el relave seco (8%-15% de humedad) y mediante fajas transportadoras; siendo los costos del transporte a las relaveras más convenientes que bombear el agua de la relavera (reciclar) a la planta.
Las operaciones de depositar los relaves secos, permiten recuperar mayor porcentaje de, esto quiere decir que una planta puede duplicar la capacidad de tratamiento recirculando el 94% de agua que emplea en su tratamiento y solo necesita menos del 20% de agua fresca, esto permitirá en el futuro reducir los consumo de agua fresca en las plantas concentradoras, reduciendo aún más este consumo por el menor porcentaje de agua perdida por evaporación.
Conclusiones
1. El agua que consume una operación de planta metalúrgica es el agua que no es recuperada (reciclada) adecuadamente y se envía a las relaveras innecesariamente.
2. Existe en uso la tecnología que permite depositar los “relaves secos” con la máxima recuperación de agua y en armonía con el medio ambiente, con la mayor seguridad incluyendo la sismo-resistencia de los depósitos de relaves.
3. El costo de agua fresca será mucho mayor que la actual y el permiso de uso más condicionado y difícil de obtener.
4. Los costos de depositar “relaves húmedos” vs. “relaves secos”, se inclinan por los relaves secos, entendiéndose que las operaciones de depósito de relaves no son iguales geográficamente y en volúmenes a depositar; por lo tanto, la ingeniería será distinta en cada caso.
Artículo publicado en la revista Seguridad Minera n° 96.
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