En las alturas de Ayacucho, casi medio millar de trabajadores de la mina Apumayo vienen contribuyendo a construir una minería peruana cada vez más segura. Ellos han logrado superar el millón de horas hombre trabajadas sin accidentes con tiempo perdido, ubicándose entre las operaciones más seguras del Grupo Aruntani, del cual forma parte.
Con más de la mitad de trabajadores provientes de comunidades aledañas, las operaciones auríferas del tajo abierto Ayahuanca de Apumayo S.A.C. se desarrollan entre los distritos de Chaviña y Sancos de la provincia de Lucanas, sobre los 4,100 msnm. Allí se ubican los principales componentes mineros, entre ellos el pad de lixiviación, los depósitos de desmonte y de top soil. También cuentan con infraestructura industrial (planta MC, talleres y almacenes, etc.) y un pool de equipos compuesto por cargadores frontales, excavadoras, perforadoras DM45, camiones y equipos auxiliares.
Apumayo tiene una producción diaria de 12,500 toneladas de mineral, desarrollada con los mejores estándares operativos como voladura controlada y ambiental y con buenas prácticas de trabajo que se reflejan en los indicadores de seguridad; a ello se suma el cuidado del medio ambiente y el intenso trabajo en responsabilidad social.
La base fundamental para sus avances en seguridad laboral es la Política Corporativa de Seguridad y Salud en el Trabajo, un compromiso expreso del directorio y de la alta gerencia del Grupo Aruntani para que los trabajadores regresen sanos y salvos a casa.
En el inicio de las operaciones –hace cinco años– se dio énfasis al desarrollo de las competencias duras, que contribuyó a un mejor desempeño del personal. “Ahora buscamos mejorar el desempeño mediante la capacitación en competencias blandas, para mejorar la actitud y comportamiento del trabajador”, manifiesta el ingeniero Oliver Gago Porras, Superintendente General.
Los primeros resultados satisfactorios se dieron en la reciente evaluación corporativa: Apumayo registró más de un millón de horas hombre trabajadas sin accidentes con tiempo perdido. Aunque la gerencia reconoce que la gestión del talento humano y lograr un comportamiento seguro es un proceso de largo aliento, asegura que los trabajadores no piensan únicamente en el cumplimiento, sino sobre todo en el compromiso.
Como mina de tajo abierto, los mayores riesgos operacionales se encuentran en los taludes del tajo, pila de lixiviación y los botadores de desmonte, zonas constantemente monitoreadas por el área geotécnica. Otra actividad de alto riesgo es la voladura, por lo cual se siguen protocolos especiales para minimizarlo. “Realizamos controles antes, durante y posterior a la voladura y aplicamos constantemente una mejora continua”, refiere el Ing. Gago Porras.
Al inicio del turno diario, los equipos de trabajo discuten abiertamente sobre los incidentes de alto potencial registrados digitalmente por los trabajadores. “Las acciones correctivas –precisa– generalmente se deciden como una acción preventiva, dado que somos partidarios de anticiparnos a los hechos”.
Reír con seguridad
“Nos centramos en el fortalecimiento de capacidades y formación continua de los trabajadores, tal como se especifica en el Reglamento de Seguridad Minera, pero también en todo lo relacionado al seguimiento emocional de los trabajadores durante las labores diarias”, manifiesta Carlos Meza, responsable del área de Capacitación.
Apumayo despliega un Sistema de Gestión Integrado de Seguridad y Salud Ocupacional con herramientas que han dado resultados positivos: risoterapia, capacitaciones teatralizadas e inspecciones cruzadas. La risoterapia se despliega en horas de la mañana y noche, mientras que en las zonas de trabajo más críticas se dialoga durante el almuerzo.
“Lo que se trata es que cada trabajador se encuentre emocionalmente equilibrado, que esté concentrado de manera actitudinal y aptitudinal, a fin de que pueda trabajar con seguridad. Se trata de un proceso y nos está yendo bien”, detalla Carlos Meza, tras asegurar que los trabajadores requieren una metodología adecuada, porque aprenden de manera diferente.
“La risoterapia nos está ayudando no solo con los trabajadores, sino también con los supervisores”.
Las dinámicas teatralizadas abordan temas críticos en seguridad para cada una de las áreas. Utilizan, por ejemplo, el canto, los chistes e instrumentos musicales, incluso se realizan en quechua porque hay trabajadores de las comunidades. Pero el objetivo no es arrancar una sonrisa, sino que el trabajador esté despejado emocionalmente. “Si viene a trabajar a la mina, tiene que estar controlado y libre de problemas. Si tiene algún inconveniente, estamos para ayudarle”.
Las inspecciones cruzadas son realizadas por los supervisores a un área diferente a la suya, permitiendo identificar los peligros y riesgos que podrían afectar a las personas o propiedades.
Vigilando la salud
A los avances en seguridad, Apumayo suma los retos en el campo de la salud. Desarrolla programas de vigilancia médico ocupacional, como la respiratoria y auditiva, añadiendo campañas para reducir la incidencia de enfermedades comunes, declara el médico Luis Álvarez Estrada. La alta rotación de los trabajadores provenientes de las comunidades implica reiterar las capacitaciones en salud y seguridad.
“Cuando encontramos alguna patología que pueda tener causalidad en la labor que realiza un trabajador, comunicamos inmediatamente al área de Seguridad y en conjunto verificamos si la labor realmente ha generado o podría generar incrementar la dolencia. Y nos ha dado buenos resultados, hemos disminuido bastante la tasa de incidencia de enfermedades”, asegura el doctor Álvarez Estrada.
Tras el logro alcanzado por los integrantes de Apumayo, el ingeniero Óscar Aranda, gerente corporativo de Seguridad del Grupo Aruntani, les pide no bajar la guardia, ser proactivos y positivos en la implementación de las herramientas del sistema de gestión. “No dejen cabos sueltos, porque en ellos están los accidentes”, recomendó.
“Actualmente trabajamos en la ejecución de obras de saneamiento, la construcción de un local comunal y una miniplanta quesera; entregaremos maquinaria pesada y la electrificación de cuatro caseríos. Organizamos ferias gastronómicas y un programa agropecuario, ya que esta zona es netamente ganadera. Promovemos la especialización técnica de los comuneros que han tenido la oportunidad de trabajar en la mina”, Zulma Alvites Gonzales, Jefa de Relaciones Comunitarias.
Fuente: Revista Seguridad Minera N° 141 (febrero 2018).
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