«Nosotros tomamos esta pandemia como una guerra, con un adversario sumamente agresivo, que nos golpeó por sorpresa, no solamente a la industria, sino también al país y al mundo. Es sumamente difícil hacerle frente sin estar a la defensiva y tratando de seguir su dinámica», manifestó Juan Dumler Cuya, gerente corporativo de Seguridad de Hochschild Mining, al dar a conocer aspectos de la gestión de la compañía minera ante el COVID-19.
«Hay que ser muy estrictos e imaginativos para exceder las pautas que los gobiernos tratan de emitir como normas y que para nosotros son la línea base, pero tenemos que hacer algo diferente», indicó Dumler, al referirse que el SARS-CoV-2 es un virus que no sigue la regla de que a dos metros eres seguro y menos de dos metros estás inseguro.
Dentro de la estrategia inicial de Hochschild estuvo la identificación de las personas vulnerables. El 15 de marzo comenzó a aplicar el criterio de que para subir a las operaciones el Indice de Masa Corporal era de 30. Al 1 de setiembre el criterio seguía siendo el mismo, aunque la norma permite la presencia en operaciones de personas con obesidad.
«Para nosotros tiene sentido que a una persona que trabaja en ciudad, cerca a un servicio médico, pueda permitírsele ciertas cosas, pero nosotros estamos a 4,600 msnm, a muchas horas de distancia de centros médicos que tienen capacidad de dar atención». Considerando la realidad geográfica de sus operaciones, Hochschild decidió que era mejor que las personas con tratamiento estén en casa. «Tenemos que cuidar a nuestra gente y así lo hemos manejado en todos los meses de la pandemia y lo seguimos haciendo», aseguró Dumler.
Al igual que otras empresas del sector minero, Hochschild se vio en la necesidad de modificar el sistema de trabajo. Luego de conversaciones con los sindicatos, la compañía varió su régimen de 14×7 a 42×21 días, lo que se trata de «un esfuerzo enorme para nuestra gente. Todos de una manera noble y proactiva todos nos han dicho que sí»… Pero entonces apareció la necesidad de la gestión de la fatiga. Trabajar 21 días en una guardia de noche y luego 21 días en una guardia de día es complicado.
«La gestión de la fatiga se ha incorporado a la gestión del cambio. Hay días en los que no se trabaja y prácticamente están en un “toque de queda” en la unidad porque las áreas de esparcimiento están suspendidas», evitando el tránsito en las operaciones y, por tanto, controlando la exposición de las personas.
La compañía minera ha reforzado los equipos de salud en todas unidades. Se toma los test serológicos antes de subir en tres ciudades: Cusco, Lima, y Arequipa, donde se conoce si una persona es positiva al virus. En adición a la gestión intensa de salud en las unidades, Hochschild hace una gestión de salud en las ciudades en las cuales inicia la movilización de su personal.
La decisión de la compañía no fue tratar casos COVID-19 en sus operaciones ubicadas a gran altitud, pues «un virus que ataca el sistema respiratorio es un tema que nos causa la máxima preocupación». Si se encontraba un caso, la decisión es llevarlo a ciudades que estuvieran a menor altitud. En ese contexto, se ha decidido apoyar e invertir en equipos y materiales para los establecimientos médicos del Ministerio de Salud y de EsSalud, tratando de que su capacidad no se reduzca o se vea afectada por la demanda de sus servicios.
Otro aspecto que Hochschild identificó fue la necesidad de mejorar la comunicación y transparencia, generando confianza en que los esfuerzos son los correctos. La creación de un comité conjunto de los líderes jerárquicos, acompañados por miembros del sindicato y representantes de los trabajadores, hizo más potente el grupo de liderazgo. El grupo inspecciona y verifica las condiciones provistas por la organización a los trabajadores y alienta a mantener la disciplina en los comportamiento, lo que es fundamental frente a la pandemia, dando muy buenos resultados. «Hoy en día, gracias a este grupo itinerante que se desplaza dentro de la unidad, la comunicación nos va muy bien».
Tener personal en operaciones por un periodo prolongado significa también que durante el descanso estas personas deben tener el rigor de la disciplina en sus hogares, pues tienen un compromiso por retornar. Tratando de paliar el sacrificio que pide a las familias de separarse por períodos más amplios, la empresa ha instituido un bono de compensación para las personas que están aptas para «subir a mina».
Junto con el refuerzo positivo, se han creado reglas de tolerancia cero y de disciplina estricta relacionadas al COVID-19. Las reglas tienen que ver directamente con exponerse y exponer a las demás personas, si es que se alejan de los protocolos que hemos establecido para mitigar los efectos de esta pandemia en las operaciones.
Desde antes de la pandemia la empresa ofrecía soporte sicológico en las operaciones, pero este virus está golpeando a las familias. Muchos de los cuadros de incertidumbre y temor que requieren soporte no se están presentando únicamente en los colaboradores sino en las familias. «El soporte sicológico es muy intenso no solo en las operaciones, también en los hoteles cuando los trabajadores están esperando los resultados de los exámenes médicos: reciben charlas y participan de diálogos por viodeoconferencia para liberar las tensiones, pero también hay soporte a las esposas e hijos, quienes necesitan información y asistencia emocional», precisa Dumler.
Otra de las estrategias desarrolladas por Hochschild durante la pandemia está vinculada al IPERC de salud, anteriormente orientado a identificar a los riesgos vinculados al trabajo y ahora el reto es identificar los momentos en que un trabajador tiene contacto con otra persona. A manera de ejemplo, Dumler dio a conocer que los equipos de exploración greenfield han creado protocolos que incluyen aspectos que no estaban “mapeados”, como dónde consumir los alimentos, dónde hospedarse de manera segura o dónde detenerse.
La exposición de Juam Dumler formó parte de la Jornada de Seguridad Minera organizada por el Instituto de Seguridad Minera-ISEM y auspiciada por las empresas 3M y AOM Suministro Industriales. El evento también tuvo como conferencistas a Carmen Paz Molina Quiroz, directora de comunicaciones de la consultora Mindfulness Chile, y Manuel Aranda Villar, superintendente de Mina en Compañía Minera Coimolache.
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