La multinacional Rio Tinto anunció a sus inversores que la transición energética agregaría hasta un 25% de nueva demanda por encima de las fuentes tradicionales sobre una base equivalente de cobre en todos sus productos clave para 2035. El objetivo es alcanzar una inversión de hasta $3 mil millones por año de crecimiento a través de los proyectos Oyu Tolgoi (cobre), Rincon (litio) y Simandou (mineral de hierro).
La compañía anunció que hay 30 implementaciones del Sistema de Producción Segura (SPS) en 16 sitios mineros. «Los despliegues están en curso para mejorar continuamente la seguridad, impulsar la satisfacción de los empleados y elevar el rendimiento operativo», señalan en un comunicado de prensa.
Respecto a la descarbonizacion, la meta es reducir a la mitad las emisiones de Alcance 1 y 2 para 2030 en el camino hacia el cero neto para 2050. Seis grandes programas de reducción de emisiones se centran en energía renovable, calor de proceso, diésel y la tecnología de fundición de aluminio con cero carbono ELYSIS.
Los esfuerzos por alcanzar dicha meta ha incentivado a Rio Tinto a encargar un segundo túnel para llevar agua a la central eléctrica de Kemano en Columbia Británica, lo que marca el final del proyecto hidroeléctrico Kemano T2 para garantizar la producción sostenible a largo plazo de aluminio bajo en carbono.
“Ahora estamos creando un impulso real para construir un Rio Tinto más fuerte que sea una plataforma para generar valor a largo plazo. Desde la evolución de nuestra cultura hasta las mejoras operativas, un enfoque diferente sobre el patrimonio cultural y los avances tecnológicos para abordar el cambio climático y un entorno de clientes cambiante, estamos viendo resultados tempranos que nos dan la convicción de que tenemos los objetivos correctos, el equipo correcto y el estrategia correcta. Todo esto se refleja en nuestro nuevo propósito definido: encontrar mejores formas de proporcionar los materiales que el mundo necesita», señaló el presidente ejecutivo de Rio Tinto, Jakob Stausholm.
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