El artículo «See It, Report It: Your 5-Step Guide to Reporting Workplace Hazards» de Safety Pedia señala que informar sobre peligros en el lugar de trabajo es crucial para mantener la seguridad, pero existen diversas razones por las cuales los empleados dudan en hacerlo.
El miedo a las represalias es una preocupación significativa para muchos empleados, quienes temen que reportar un peligro pueda resultar en medidas disciplinarias, culpas o incluso la pérdida de su trabajo. Además, la falta de confianza en el sistema de informes es otro factor desalentador; si los empleados perciben que el sistema es ineficaz o que las quejas no se toman en serio, es menos probable que informen sobre los peligros.
El desconocimiento del proceso de denuncia también juega un papel importante. Algunos empleados pueden no saber cómo o a quién informar sobre un peligro, lo que subraya la necesidad de que las empresas implementen procedimientos de denuncia claros y accesibles. Otro obstáculo es el miedo a ser visto como un alborotador; los empleados pueden preocuparse por ser etiquetados como quejosos o incompetentes.
La normalización del riesgo ocurre cuando un peligro ha estado presente durante mucho tiempo sin incidentes, lo que lleva a los empleados a acostumbrarse y dejar de verlo como una amenaza seria. Las limitaciones de tiempo también influyen, ya que los empleados ocupados o bajo presión pueden posponer la notificación de un peligro, pensando que pueden abordarlo más tarde.
La subestimación de la gravedad del peligro es otra razón. Los empleados podrían minimizar las posibles consecuencias de un peligro y decidir que no vale la pena informarlo. Además, una cultura empresarial de silencio, donde se desalenté la comunicación abierta sobre preocupaciones de seguridad, reduce la probabilidad de que los empleados denuncien peligros.
Para contrarrestar estas razones, las organizaciones deben tomar medidas para crear un entorno más abierto y de confianza. Esto incluye un fuerte compromiso del liderazgo con la seguridad, donde los líderes prioricen la seguridad y sirvan como ejemplo positivo. Procedimientos de denuncia claros y accesibles, con múltiples canales de comunicación (incluyendo opciones anónimas), son esenciales para fomentar la participación.
El anonimato garantizado puede eliminar el temor a represalias, y el refuerzo positivo, reconociendo y valorando a los empleados que denuncian peligros, puede destacar su contribución a un lugar de trabajo más seguro. Investigar a fondo todos los informes y proporcionar comentarios sobre las medidas adoptadas también es crucial. Además, la capacitación sobre identificación y reporte de peligros es fundamental para educar a los empleados sobre cómo reconocer los peligros y la importancia de reportarlos.
Al abordar estas razones comunes de la falta de denuncias, las organizaciones pueden crear una cultura de seguridad donde todos se sientan capacitados para hablar sobre los riesgos potenciales, previniendo accidentes y promoviendo un entorno de trabajo más saludable.
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