Por Manuel Viera. Chile, el coloso mundial de la minería del cobre, que en los años 80’ producía a razón de 1,4 Mt de Cu al año, lo que representaba el 16% de la producción mundial, al 2015 dio un salto cuántico creciendo un 314% hasta 5,8 Mt de Cu fino anual, lo que representa cerca del 30% de la producción mundial.
Todo esto ha sido notable, pues ha traído prosperidad y desarrollo, siendo la palanca y motor que mueve la economía de Chile y ha contribuido a que más de 2,5 millones de chilenos dejaran de ser pobres; pero aún quedan tareas pendientes por resolver, entre ellas, la industrialización de sus materias primas y la asimilación de las lecciones aprendidas del accidente de la mina San José.
Un tema no menor, que hizo reconocida nuestra minería a nivel mundial y por sobre todo la calidad de nuestros profesionales y el temple de nuestros mineros. Chile ganó merecido prestigio y simpatía mundial gracias al esfuerzo por rescatar a los mineros atrapados.
El 5 de agosto del 2010 cerca de las 14:00 horas justo cuando estaba el cambio de turno de la mina, ocurrió el derrumbe de la mina San José, dejando atrapados a 33 mineros a 700 m de profundidad sin saber lo que estaba pasando y perdiendo total comunicación con el exterior, quedando a merced de la naturaleza indómita que no perdona que le extraigan la riqueza de sus entrañas.
Después de 69 días y luego de una cuidadosa planificación de los Ingenieros de minas y geólogos chilenos, se logró el rescate de los 33 mineros, a través de un sondaje de 65 cm de ancho que fue visto en directo por más de 1200 millones de tele espectadores en vivo y en medios digitales a lo largo de todo el mundo.
Toda una epopeya mundial aplaudida por el mundo entero, pues solo existía un 0,022% probabilidad condicional de encontrarlos con vida y poder rescatarlos, aun así se tomó la decisión correcta de seguir adelante a pesar de que en teoría de juego la decisión cierta era abandonar por la baja probabilidad. Sin duda, aquí estuvo la mano de Dios desafiando a las matemáticas y estadísticas que decían lo contrario.
Peligro latente
Recientemente en una mesa redonda organizada por la Escuela de Minas de la UDLA, se concluyó que Chile no está preparado en caso de ocurrir un nuevo derrumbe como el ocurrido en la mina San José. ¿Cuáles son las razones?
Las lecciones aprendidas aún no se aprovechan, pues no se ha sabido canalizarlas adecuadamente en nuevos y mejores procedimientos de trabajo seguro y confiable.
Se requiere perfeccionar y modernizar reglamentos de seguridad e higiene en el trabajo empleando la era digital. Homologar planes de seguridad en faenas mineras aplicando ISO 31.000.
Se requiere capacitar a todo personal que ingresa a minas subterráneas en caso de atrapamiento. Aquí los 33 mineros pueden ayudar con su experiencia de sobrevivencia.
Se requiere reforzar los diseños de métodos de explotación con énfasis en la seguridad y los criterios de mecánica de rocas que son fundamentales. Cada año en el mundo hay derrumbes y mineros atrapados, eso debe llamar la atención que Chile no está exento de que vuelva a ocurrir.
Se debe fiscalizar mejor los planes mineros y la velocidad de extracción de cada mina, a fin de que sean compatibles con los criterios de seguridad y geomecánica. Este es un driver muy relevante, pues por un lado está la exigencia de rentabilidad de los dueños y Stakeholders, y por otro lado está la seguridad y protección de la vida humana.
Se debe perfeccionar los planes de estudio en las Universidades para enseñar mejores prácticas en seguridad minera en profundidad, que es el desafío que viene.
Falta actualizar toda la información geocientífica, geológica y topográfica de cada mina en explotación.
Es imperativo implementar sistemas de comunicación con el exterior en caso de accidente y derrumbe.
El Sernageomin requiere modernizarse, a la fecha no se observan mayores recursos entregados para fiscalizar de manera efectiva.
Se requiere de la creación de una brigada de rescate de elite, que dependa del Sernageomin o de otra Institución, que esté preparada en caso de un accidente similar a la Mina San José.
Aún existen deudas. Se creó una comisión ad-hoc para revisar reglamentos, estándares y normas de seguridad, y los mecanismos y montos de las sanciones para crear una cultura de un trabajo digno, sano y seguro. A la fecha se desconoce la aplicabilidad de esta reforma.Aún hay mineros entre los 33, que no reciben la pensión de gracia prometida después del accidente.
En resumen, existe el peligro latente de que pueda ocurrir un nuevo accidente, y la advertencia es que el país no está preparado, porque no aprovechó la gran experiencia adquirida en la operación del rescate.
Nuestra minería es lejos la mejor Marca País, reconocida en el mundo entero. Algo que en Chile no hemos sabido aquilatar y capitalizar después del rescate. La calidad y el valor de nuestros profesionales quedó demostrado urbi et orbe, la experiencia acumulada debería servirnos de llave para exportar la Ingeniería de Consulta, proveedores y servicios asociados.
¿Qué falta? Mejores políticas públicas y programas de apoyo para exportar servicios de compañías chilenas hacia mercados potenciales, ésta aún es una gran oportunidad. Porque incluso las oportunidades tienen fecha de expiración, ¡la suerte también tiene fecha de expiración!
Escrito por Manuel Viera en el portal web cooperativa.cl.
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