La salud mental de las y los trabajadores mineros enfrenta una creciente presión. No solo por la dureza física del trabajo, sino también por factores psicosociales que, aunque invisibles, impactan con fuerza en el bienestar y la productividad del sector. Así lo advierte el doctor Víctor Olivares Faundez, psicólogo del trabajo y académico, en entrevista publicada en YouTube con la Coordinadora de Trabajadores de la Minería de Chile (CTMIn).
“La salud mental es el grado de bienestar emocional, psicológico y social que permite a las personas ser funcionales dentro de su comunidad”, explica Olivares. “Cuando ese equilibrio se rompe por factores del entorno laboral, estamos frente a un riesgo psicosocial”.
Factores invisibles, consecuencias reales
El especialista aclara que los llamados riesgos psicosociales son “estresores” que transforman condiciones normales de trabajo en situaciones dañinas. Entre ellos se incluyen el exceso de carga laboral, la falta de control sobre las tareas, los conflictos interpersonales y los turnos extensos, que alteran la vida familiar y el descanso.
“Así como hay riesgos físicos —como el ruido o la vibración— también existen condiciones que afectan lo psicológico. El problema aparece cuando esas condiciones se vuelven crónicas y no hay espacio para la recuperación”, señala el académico.
En la minería, agrega, el aislamiento, la presión productiva y la distancia de los centros urbanos intensifican estos factores. “Es un entorno muy particular. No basta con aplicar las mismas políticas que en otros rubros. Se necesita una mirada integral, que entienda la cultura minera y los modos de vida asociados a ella”.
Automatización y nuevos desafíos
La automatización de procesos —una tendencia creciente en la gran minería— plantea un nuevo tipo de estrés. Para Olivares, el reemplazo de funciones humanas por tecnología genera incertidumbre y miedo entre los trabajadores.
“Cada vez más, el trabajador siente que la máquina puede hacerlo mejor, más rápido o más seguro. Eso produce ansiedad laboral, una sensación de obsolescencia que debe ser abordada antes de que derive en cuadros más graves”, advierte.
El experto propone que las empresas incorporen programas de transición tecnológica con acompañamiento psicológico. “No se trata solo de capacitar, sino de acompañar el cambio cultural que implica pasar de lo manual a lo automatizado”.
Un cambio cultural pendiente
Para el académico, la minería chilena está llamada a evolucionar hacia un modelo más humano y sostenible, donde la productividad no se mida solo en toneladas extraídas, sino también en calidad de vida laboral.
“Si un trabajador duerme mal, está ansioso o teme perder su empleo, su rendimiento baja y el riesgo de accidentes aumenta. La salud mental no es un lujo, es un requisito operativo”, concluye.
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