Desde el vientre de nuestra madre, todos los seres humanos hemos sido programados con estímulos o rechazos. Se trata de un proceso que se ha dado durante nuestra niñez, pubertad, juventud y hasta la actualidad. Este viejo constructo mental se ha formado con lo que escuchamos, lo que hemos visto, lo que hemos experimentado y lo que hemos tocado.
Dependiendo de que, si fue bueno o malo, esto nos ha marcado y ha definido nuestra forma de pensar y de ser.
La programación neurolingüística nos ofrece una explicación. A lo largo de la vida, aprendemos el uso y el significado del lenguaje, lo experimentamos y lo vivimos sin darnos cuenta. Las palabras nos afectan, para bien o para mal y activan nuestro sistema neuroquímico en cada ocasión. Cuando alguna persona nos habla con un cierto tono de voz, con palabras positivas o negativas, de alguna manera nos programa la mente.
Lo mismo sucede cuando hablamos a otros, lo estamos programando mediante la palabra. Este proceso sirve para abandonar nuestro viejo constructo mental, para ingresar y prepararnos a un nuevo constructo mental, positivo, ganador y apasionado por la vida y, por ende, con una autoestima elevada y un autocuidado permanente.
Generar un nuevo modelo mental
Tal como se observa en el ejemplo, el primer paso para generar un nuevo modelo mental es desaprender y comprender cómo grabar el nuevo modelo. El análisis personal (catarsis) diagnostica el viejo constructo mental para proceder a borrar y desaprender. Con el apoyo de la programación neurolingüística se inicia el nuevo constructo mental.
Para asumir un compromiso personal y grabar un nuevo constructo mental, es imprescindible desarrollar algunos talleres como los indicados en el ejemplo. Veamos:
- Punto 2 del ejemplo: Desarrollando mi compromiso de mi área física. Se realiza con el objetivo de desarrollar el compromiso individual, sobre el espacio físico de cada colaborador, donde mi metro cuadrado resalta que todos somos dueños del área donde trabajamos, vivimos, transitamos y que la unión de todos los metros cuadrados unidos, hacen un gran universo físico, con un ambiente seguro y saludable.
- Punto 3 del ejemplo: Valorando la calidad total y su ventaja competitiva. Es un taller que se realiza con el objetivo de plasmar y programar un nuevo constructo mental, valorando la importancia de los cuatro pilares de la calidad: bien ser, bien hacer, bien estar y bien tener.
- Punto 4 del ejemplo: Valorando la eficiencia y eficacia de los procesos. Nuestro personal colaborador debe entender que no existe calidad si no hay una entrega en el tiempo indicado; de igual manera, se debe entender que no hay calidad si existen derroches y muchas veces tiempos muertos innecesarios.
Poder de la neuroasociación
Un ejercicio básico para orientar el cambio es comprender que todos llevamos dos hermanos gemelos: uno lleva dolor y sufrimiento y el otro satisfacción. Todos nuestros actos conllevan a uno de ellos, pero dada la naturaleza humana, siempre buscamos el placer y la satisfacción. Por lo tanto, dado que un trabajo bien realizado ocasiona orgullo por las metas y objetivos logrados, podríamos desarrollar la creencia de que haciendo trabajos con calidad obtendremos satisfacción y placer.
Si nos imaginamos que no hemos cumplido con hacer un buen trabajo, esto originará dolor y sufrimiento por las reprimendas y sanciones. Cada vez que experimentamos una cantidad significativa de dolor o placer, nuestro cerebro busca la causa y la registra en el sistema nervioso, para permitirnos tomar mejores decisiones respecto a qué hacer en el futuro.
Por ejemplo, sin la existencia de una neuroasociación que recuerde que colocar la mano sobre una llama producirá una quemadura, cometeríamos ese error una y otra vez, hasta que la mano quedara totalmente quemada. Las neuroasociaciones aportan rápidamente al cerebro las señales que ayudan a acceder a los recuerdos y maniobrar con seguridad para preservar la vida.
Reconocimiento y reforzamiento
El poder de reconocimiento y reforzamiento del comportamiento del nuevo constructo mental es el primer principio organizador de cualquier tipo de condicionamiento para el éxito. Para producir de forma consistente cualquier comportamiento o emoción, debemos crear una respuesta condicionada.
Todas las pautas son el resultado de un reforzamiento; la clave para crear consistencia en nuestras emociones y comportamientos es el condicionamiento. Cualquier pauta de emoción o comportamiento que se vea reforzada continuamente, se convertirá en una respuesta automática y condicionada. Cualquier cosa que no logremos reforzar terminará por disiparse.
Podemos reforzar nuestro propio comportamiento o el de cualquier otra persona mediante el reforzamiento positivo, consistente en ofrecernos una recompensa cada vez que produzcamos el comportamiento deseado. Esa recompensa puede consistir en una alabanza, un regalo, una nueva libertad, etcétera. O bien podemos utilizar el reforzamiento negativo, que puede consistir en un fruncimiento de cejas, producir un ruido molesto o incluso un castigo físico. Es crucial comprender que el reforzamiento no es lo mismo que el castigo y la recompensa. El reforzamiento consiste en responder a un comportamiento inmediatamente después de que este se produzca.
Poder de la comunicación
La comunicación cambia instantáneamente el estado de ánimo de las personas y, con frecuencia, la forma en que se comportan. Aunque parezca difícil de creer, cambiar el vocabulario habitual (las palabras que utiliza para describir las emociones que experimenta en su vida) puede cambiar la forma de pensar, de sentir y hasta de vivir. Toda palabra tiene un significado, por lo tanto, debemos cuidar cuál es nuestro mensaje, si ayuda y contribuye a nuestros colaboradores o si lo maltrata y descalifica.
En el marco de la construcción de una cultura de prevención y seguridad laboral, la programación neurolingüística puede constituirse en una técnica que coadyuve a tomar conciencia sobre el comportamiento en el trabajo.
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