En el mundo de la minería existe el concepto de “bailarín”. Aquel trabajador que por congraciarse con su jefatura se muestra, se hace notar, a todo dice que sí, y finalmente pone su foco en mantener cómodo y satisfecho a su jefe más que cumplir con su trabajo.
Por supuesto este tipo de personaje, presente transversalmente en todas las industrias, se ha ganado la crítica de sus compañeros quienes observan con impotencia, como estos verdaderos maestros en el arte de danzar finalmente son premiados, reconocidos y muchas veces promovidos injustamente.
Este fenómeno tan humano obedece a nuestra inmensa necesidad de ser reconocido y de alguna forma considerado por los estratos superiores. Puede transformarse en una verdadera amenaza cuando los “bailarines” ostentan alguna posición de jefatura pues, en estos niveles se manejan decisiones tácticas o estratégicas que pueden tener un impacto relevante en nuestros resultados.
En este intento de agradar al superior, se pierde el foco en lo que es realmente importante para el negocio. Las decisiones que se toman no siempre son las mas rentables para los propósitos de la organización puesto que están tomadas pensando en agradar al jefe y no hacer mas productivo el negocio.
Estos “bailarines de alto rango” son los que en reuniones opinan con el propósito de aparecer inteligentes y analíticos más que con el objetivo de aportar. Son verdaderos “yes man”; no aportan miradas críticas por temor a perder la consideración del jefe; se muestra siempre solícitos a la hora de complacer al superior y pierden de vista la responsabilidad que tienen con sus subordinados.
En las conversaciones con sus subalternos suelen referirse a sus jefes por sus nombres de pila como soslayando la idea de “mucha cercanía con el superior”; practican la arrogancia con su gente y el servilismo con sus jefaturas. Suelen sentirse superiores y no escuchan. Lo paradojal es que tampoco escuchan a sus jefes pues su consigna interna es “alinearme con mi jefe, reconocer su sabiduría y encontrarle siempre la razón”.
El desafío y la invitación es a reenfocar a estos danzantes errantes, orientarlos a lo realmente importante en sus trabajos. Su verdadera labor es hacer los negocios productivos, rentables y que se deben a su gente y a sus clientes porque con ellos y gracias a ellos lograrán sus propósitos.
Escrito por Oscar Cáceres, Coach, Creador de Extraordinary People Model, speaker internacional. Más información en el sitio web de Oscar Cáceres.
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