Autor: Brehemer Steep Vargas Caballa, ISEM
A inicios de agosto partí hacia Condorcocha, en Junín, con una misión clave: liderar la charla «Registro de Asistencia» dentro del proyecto TIME (Todos Iremos Marcando el Éxito), una iniciativa impulsada por UNACEM. Este programa, diseñado para estandarizar procesos y fortalecer la cultura organizacional, transformó lo técnico en una experiencia humana profundamente reveladora.
Al llegar, la serenidad del paisaje andino —con su aire fresco y montañas imponentes— creó un contraste perfecto con la energía cálida de los equipos locales. Este entorno no fue solo un telón de fondo, sino un recordatorio poderoso: el verdadero crecimiento organizacional nace donde se valora a las personas.
El propósito fundamental de TIME es actualizar a las empresas subcontratistas en procedimientos laborales vigentes, asegurando el cumplimiento de normativas legales dentro de los plazos establecidos. Esto previene contingencias y sanciones mediante una gestión proactiva, al tiempo que fomenta la transparencia y la eficiencia como pilares culturales.
La metodología se basa en charlas mensuales presenciales en las instalaciones de UNACEM – unidad Condorcocha. Para optimizar la interacción, se agrupa a tres empresas subcontratistas por sesión. La selección aleatoria de temas garantiza una cobertura integral y relevante de las áreas laborales clave.
La charla: asistencia, más que un registro
Como representante del ISEM —encargado de este tema tras un sorteo anual— centré mi exposición en tres dimensiones cruciales. Primero, el impacto humano: cómo un registro preciso asegura pagos justos y oportunos a los trabajadores. Segundo, la dimensión legal: los protocolos necesarios para evitar riesgos en la elaboración de planillas. Y tercero, el valor cultural: entender la asistencia como un acto de responsabilidad compartida que genera confianza institucional.
El momento más valioso fue el diálogo con los participantes. Sus preguntas, soluciones creativas y experiencias vividas transformaron la charla en un taller colaborativo. Esta bidireccionalidad confirmó que el verdadero aprendizaje nace del intercambio genuino.
Logros tangibles y comunidad
El proyecto TIME ha generado beneficios significativos que trascienden lo operativo. Proporciona actualización continua, manteniendo a las empresas al día con regulaciones laborales. Promueve la estandarización de procesos, logrando operaciones más homogéneas y eficientes. Reduce riesgos legales al prevenir contingencias. Facilita networking estratégico, creando alianzas entre subcontratistas. Y aumenta la visibilidad de las empresas, difundiendo sus buenas prácticas.
Además, ha cultivado una comunidad sólida de trabajadores y expertos en Recursos Humanos. Esta red no solo comparte soluciones, sino que fomenta la confraternidad y el apoyo mutuo, siendo el área de RRHH de cada empresa —especialmente sus encargados y asistentes— los participantes clave.
Reflexiones que trascienden
La jornada culminó con la grabación de un video institucional para difundir los logros de TIME. Pero mi mayor revelación fue otra: «En cada charla no solo enseñamos; recibimos lecciones de compromiso auténtico. Los equipos de campo —con su realidad cotidiana— nos recuerdan que el éxito se mide en conexiones humanas, no solo en métricas.»
Regresé con la certeza de que proyectos como este transforman organizaciones desde lo esencial: personas que, con pequeños hábitos bien ejecutados —como un registro puntual—, construyen grandes éxitos colectivos. TIME es más que capacitación; es un puente entre normas y humanidad, donde cada marca de asistencia simboliza respeto hacia el trabajo digno. Condorcocha no fue solo un destino, sino un recordatorio perdurable: la excelencia operativa nace cuando valoramos a quienes hacen posible la operación, día tras día.
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