En un país donde el acceso al agua es un desafío constante, dos iniciativas peruanas destacan por su innovación: la planta de ósmosis inversa de Fenix que transforma agua de mar en potable para miles de personas y el proyecto «Minería sin agua» que podría revolucionar una industria entera. Estas soluciones no solo atienden necesidades urgentes sino que marcan un camino hacia un futuro donde la tecnología y la sostenibilidad se unen para preservar nuestro recurso más valioso.
Ósmosis inversa: la tecnología que transforma agua de mar en vida
Hace una década, Fenix identificó una de las necesidades más urgentes de Chilca: el acceso limitado al agua potable. Como respuesta, la empresa incorporó en su central termoeléctrica una innovadora planta de tratamiento con una inversión de 4 millones de dólares.
Desde 2015, esta iniciativa ha suministrado diariamente agua potable a cerca de 8,000 vecinos del distrito. «El programa ‘Agua de mar que transforma vidas’ es un claro ejemplo de cómo la innovación tecnológica puede generar impacto social y ambiental positivo», afirmó Roxana Aliaga, gerente de Asuntos Corporativos de Fenix.
¿Cómo funciona la tecnología?
La planta utiliza ósmosis inversa, un proceso donde el agua de mar pasa primero por filtros que eliminan sólidos de hasta cinco micras. Posteriormente, ingresa al equipo de ósmosis inversa circulando a alta presión a través de membranas extremadamente finas que retienen sales y otros componentes, obteniendo agua desalinizada.
«De la producción total, solo se dispone 500 m³ para uso de la central, principalmente para la producción de vapor, y la capacidad restante de 2.000 m³ la potabilizamos para consumo de nuestra población vecina, siguiendo los altos estándares de DIGESA«, explicó Aliaga.
Compromiso con la calidad y el medio ambiente
Para garantizar la calidad del agua, Fenix realiza monitoreo constante las 24 horas y evaluaciones mensuales con laboratorios certificados, cumpliendo con el Reglamento de Agua para Consumo Humano.
Además, la empresa mantiene una huella hídrica directa de 0m³/MWh, es decir, no extrae agua dulce para su producción de electricidad. Su sistema de condensado recupera aproximadamente 180m³ de agua diarios del aire que ingresa por los filtros de las turbinas de gas.
Minería sin agua: una revolución sostenible en la industria extractiva
En el contexto donde la minería emplea aproximadamente el 2% del agua fresca disponible en el Perú según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), surge una propuesta innovadora que podría transformar el sector.
José Salvador Charca Rodríguez, estudiante de Gestión y Mantenimiento de Maquinaria Industrial en Tecsup sede Arequipa, lidera el proyecto «Minería sin agua», que combina digitalización, biotecnología y sostenibilidad.
Los tres pilares de la innovación
- Digitalización: Permite crear modelos tridimensionales de minas inteligentes y conectadas, procesando grandes volúmenes de datos que se transforman en inteligencia predictiva para optimizar recursos.
- Biotecnología: Utiliza bacterias especializadas del género Pseudomonas que facilitan la degradación y separación de residuos en relaves mineros, permitiendo recuperar el agua para su reutilización en un sistema de circuito cerrado.
- Sostenibilidad: Eje transversal potenciado por la combinación de digitalización y biotecnología. «Queremos demostrar que la minería puede ser más responsable con el medio ambiente y las comunidades», señala Charca.
Desafíos técnicos y proyección
«Uno de nuestros mayores retos es adaptar el sistema de recuperación de agua para que pueda implementarse sin alterar significativamente los procesos mineros actuales», explica el líder del proyecto. Su equipo está comprometido con la escalabilidad, comenzando con operaciones menores antes de expandirse.
A futuro, aspiran a que al menos el 1% de las empresas mineras del país (aproximadamente 15 compañías) adopten su tecnología. Con el respaldo de Tecsup, buscan establecer alianzas estratégicas con empresas e instituciones comprometidas con la minería sostenible.
Reconocimiento internacional
Recientemente, José Charca obtuvo el segundo puesto en el Reto Verde 2025, una competencia donde más de 300 estudiantes de Latinoamérica presentaron soluciones sostenibles para problemáticas ambientales.
«El Ministerio de Minas de Colombia ha mostrado interés en apoyar el desarrollo del proyecto, sin embargo, esperamos que las autoridades peruanas también puedan ver el potencial de nuestra propuesta», finaliza Charca.
Estas dos iniciativas demuestran que el Perú avanza hacia soluciones hídricas innovadoras, donde la tecnología se pone al servicio de la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades.
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