La ocurrencia de accidentes de tránsito viene afrontándose de manera decidida en varios países. Alemania, Australia, Dinamarca, Inglaterra y Suecia, por ejemplo, desarrollan prácticas en busca de ese objetivo. En Suecia, desde 1997 está vigente la Visión Cero por la cual nadie debería morir en las carreteras. En otros países, los gobiernos promueven la seguridad vial mediante la legislación y el cumplimiento de normas, la creación de comités de investigación de accidentes de tránsito y la reducción de impuestos para las tecnologías de seguridad en los vehículos.
También se hace uso de tecnologías que limitan el exceso de velocidad, junto a ingeniería de carreteras, la seguridad de los vehículos, la educación y comunicación, incluso se recomienda llevar ropa con reflectores o colores claros en horas nocturnas, entre otras iniciativas.
«Aplicando estas acciones tanto en empresas, ciudades, municipios, se podría reducir el porcentaje de accidentes en carreteras», indica Marcos Rojas, ingeniero de seguridad en Minsur, quien fue uno de los conferencistas del 5º Encuentro de Seguridad y Salud Ocupacional para Estudiantes Universitarios, organizado por el Instituto de Seguridad Minera-ISEM.
Gestión de riesgos
Los accidentes en carretera pueden incluir el transporte de materiales peligrosos. Un material peligroso es cualquier material que, por sus características físico-químicas y biológicas, genera un efecto adverso a la seguridad y salud de las personas y el medio ambiente.
En el Perú han ocurrido algunos siniestros relacionados con el transporte de materiales peligros. Por ejemplo, están el derrame de mercurio en Choropampa, Cajamarca, en el 2000; o el derrame de material peligroso (alcohol) que causó un incendio en la variante de Pasamayo en el 2009.
«Hubo una mala estiba y aseguramiento de los cilindros de alcohol. Si se hubiera hecho bien esto, este siniestro no hubiera ocurrido», resalta Raúl Solórzano, director de Cursos de Especialización en Consultores y Soluciones en Gestión SAC.
Para evitar estos accidentes es recomendable aplicar una gestión de riesgos por medio de normas como la ISO 31000. Justamente, la gestión de riesgos dentro de sus principios incluye la aplicación de procesos operativos importantes en almacenes, etiquetado, estiba/aseguramiento de la carga, transporte y distribución.
«Un mal etiquetado genera un riesgo. La estiba también es fundamental. Se tiene que estar capacitado en el tipo de materiales a estibar», recalca Solórzano, quien de la misma manera expuso en el encuentro enfocado en seguridad vial.
Otros procesos importantes son los de apoyo, como los relacionados con el reclutamiento de personal, administración y finanzas, logística, seguridad y servicios. En el reclutamiento del personal se tiene que considerar que existen diferentes tipos de vehículos y que el personal debe estar capacitado en el vehículo específico que va a operar. En los aspectos administrativos hay que considerar quién va a homologar a los proveedores de materiales peligrosos y cómo será el cuestionario de homologación.
En principio se deben aplicar procesos estratégicos, como un plan estratégico de gestión de riesgos, de medición y evaluación. Todos estos procesos tienen que ser controlados y debe haber un compromiso de la alta dirección.
Es necesario que las empresas elaboren un plan operativo, definan los lineamientos técnicos, los controles operativos de cada proceso y un plan de emergencias. Además, es clave verificar y registrar indicadores de reportes de incidentes, saber qué controles operativos no funcionaron y cuáles hacen falta.
«Hay que analizar los riesgos y hacer trabajo de campo para identificar cuáles riesgos existen. Una vez que se han mapeado los riesgos, se pueden planificar», sostiene Raúl Solórzano.
Manejo defensivo
El manejo defensivo es fundamental para reducir o reducir las probabilidades de accidentes vehiculares. Consiste en la idea de conducir pensando en la vida de las personas, el tiempo que se puede perder por una colisión y en el dinero que se gastará por consecuencia de ello.
«El clima, el camino, el tráfico, la luz, el vehículo y las acciones inseguras de otros vehículos no deben ser excusas para las colisiones», señala Ademir Valer, Master Trainer de la National Safety Council (NSC).
El manejo defensivo también incluye otros importantes conceptos:
Hábitos de manejo defensivo: un conductor debe tener hábitos de manejo defensivo, como tomar decisiones de manejo seguras y legales, creando un espacio de manejo seguro y libre de estrés. Es importante que practique el sentido común, la cortesía y la cooperación.
Todos los choques son prevenibles en la medida que hagamos lo razonable: quiere decir que una colisión se da cuando un conductor no hizo lo razonable para evitarlo. Por ejemplo, una acción razonable es manejar la cantidad de horas que debe conducir una persona, que es ocho horas diarias seguidas, con las pausas de descanso necesarias. Lo no razonable es manejar 12 horas.
Responsabilidad personal: un concepto del manejo de defensivo es la responsabilidad personal y manejar protegiendo al otro. Uno es responsable de reducir las colisiones, violaciones y fatalidades que ocurren en el tráfico al manejar segura y defensivamente.
Fórmula de prevención de choques: consiste en reconocer peligros, comprender las medidas defensivas (ambos procesos mentales) y, el último, es actuar correctamente y a tiempo, lo cual se hace a través del cuerpo.
Factores que contribuyen al manejo seguro o evitar colisiones: el conductor, el vehículo y las condiciones que nos rodean (luz, clima, carretera y tráfico).
- El conductor: las condiciones emocionales, como la furia, la tristeza, la fatiga, la conducta agresiva y las condiciones físicas, pueden influir en las colisiones. Un conductor defensivo tiene tiene conocimientos, entrenamiento, experiencia y usa el buen juicio.
- El vehículo: estar familiarizado con los controles, comprender el manual, realizar el preuso de manera adecuada antes, durante y después de la conducción, además de usarlo para lo que fue diseñado.
- Condiciones fuera de nuestro control: el tráfico, los peatones y animales; el camino o la carretera; las condiciones climáticas y de la luz ambiental.
Crear condiciones del ambiente de manejo seguros: hay que conducir protegiendo a las personas que comparten la carretera.
Excelencia personal y profesional: cumplir con todos estos conceptos nos lleva a la excelencia profesional. Ello requiere preguntarse: ¿soy responsable? ¿soy respetuoso? ¿estoy actuando de forma segura y cumpliendo la ley? El conductor, además de su destreza, vive bajo un conjunto de valores, estándares y prioridades buscando la mejora.
Gestión vial y norma ISO
El sistema de gestión de seguridad vial basado en la norma ISO 39001 es importante para cualquier entidad que quiera obtener resultados de reducción de incidencias o accidentes graves de tránsito.
La alta dirección debe cumplir para lineamientos o requisitos para el éxito del sistema de gestión, sin que ello excluya a todos los integrantes de la organización.
«Esta norma se basa en un ciclo de planificar, hacer, verificar y actuar. ISO 39001 viene del año 2012, pero es perfectamente integrable a cualquier sistema gestión», comenta Milton Vásquez, auditor de Sistemas de Gestión.
La norma identifica buenas prácticas en seguridad vial y los resultados que se han logrado a partir de su implementación. No solo ayuda a prevenir accidentes de tránsito, sino que también está enfocada en atender rápidamente a una respuesta de emergencia, realizando procedimientos que permiten que el evento o incidente no tenga mayor impacto.
El requisito fundamental para lograr una respuesta a la emergencia adecuada es trabajar mucho con las partes interesadas: gubernamentales, autoridades, organismos fiscalizadores, las aseguradoras, la comunidad, la Policía, los bomberos, etc. «Una de las responsabilidades de esta coordinación es de la alta dirección».
La implementación de la norma ISO 39001 implica cumplir los requisitos legales, de lineamientos de velocidad e informáticos de los vehículos. Además, basada en el ciclo de mejora continua, actualiza constantemente las acciones de cara a prevenir cualquier tipo de incidente.
Otro requisito de la norma es que la política de seguridad vial tiene que ser adecuada y puede ser complementada con otras políticas. Es decir, puede ir a la par con una política de suspensión de tareas, con una política de alcohol y drogas, entre otras.
El sistema de gestión de seguridad vial establece factores de desempeño, objetivos e indicadores que ayudan a reducir los accidentes e incidentes. Por ejemplo, la velocidad, las hojas de ruta, la antigüedad de las unidades, entre otros. «Los factores de desempeño es uno de los elementos de éxito de la norma», resalta Milton Vásquez.
La ISO 39001 indica la necesidad de evaluar los riesgos que hay en la organización; por ejemplo, si se tuviera un mal proceso de reclutamiento, sería un factor que podría convertirse en riesgo, al seleccionar personal que no estuviera preparado para conducir de manera segura.
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