En el Perú, el 5 de diciembre se celebra el Día del Trabajador Minero Metalúrgico. A lo largo y ancho del país, son más de 200 mil trabajadores sobre cuyo desempeño recae la contribución del sector a la economía nacional.
En dicha población laboral, el papel de los profesionales minero es, sin lugar a dudas, gravitante. De allí que merece destacarse el reciente estudio elaborado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú y GERENS y que se plamó en el libro “Brechas entre oferta y demanda de Ingenieros de Minas, Ingenieros Metalúrgicos e Ingenieros Geólogos”.
El documento permite ver las perspectivas de los futuros profesionales mineros y puede servir de base para diseñar una estrategia para elevar el nivel de quienes estarán a cargo de la productividad y competitividad de las empresas mineras. El Dr. Armando Gallegos Monteagudo, presidente de directorio de Gerens, reseña las principales conclusiones y recomendaciones del estudio.
Conclusión 1
Existe desconexión entre oferta y demanda que produce superávits de cantidad y brechas de calidad
Superávit cuantitativo
La cantidad de egresados excede a la demanda, causando bajos niveles de inserción laboral, subempleo, alto costo familiar y social en los profesionales que no son absorbidos por el mercado.
La magnitud del superávit entre el 2012 y el 2016, de acuerdo a los escenarios construidos, sería alta y varía según la carrera:
• En Minería hay un promedio de 600 egresados al año y una demanda incremental de 300, habiendo por tanto una sobreoferta de 300.
• En Geología hay un promedio de 210 egresados, la demanda se sitúa en unos 80, por tanto habría una sobreoferta de unos 130 egresados al año.
• En Metalurgia hay un promedio de 310 egresados, la demanda bordea los 110, por tanto habría una sobreoferta de unos 200 egresados al año.
Brecha de calidad
Por el lado de la calidad de la formación que reciben los egresados, el análisis efectuado desde la percepción de los empleadores mostró un resultado completamente opuesto: entre el 2012 y el 2016 se presentarían carencia de personal con el perfil requerido por el mercado en las tres carreras en los tres escenarios.
• Existen importantes brechas de competencias en la formación de los egresados: globalmente menos del 10% de los egresados cumplen con el perfil requerido por el mercado.
• Aunque hay muy buenos programas que presentan excelentes egresados, para las tres carreras se identificaron brechas, es decir carencias o insuficiencias, en la formación de los egresados. Así, por ejemplo, en minería las principales brechas se encontraron en mineralogía y petrología, geo estadística, resistencia de materiales, cierre de minas, inglés y comunicación efectiva.
En geología, se estudiaron brechas para los egresados que van a minería y aquellos que van a hidrocarburos. Las principales brechas identificadas en la carrera de geología para egresados que van al sector minero fueron geofísica y sensores remotos, modelamiento de recursos, evaluación de recursos, inglés y capacidad de investigación. Los geólogos que se orientan al sector hidrocarburos evidencian brechas en interpretación geológica, evaluación de recurso, petrofísica, inglés, ingeniería de rocas/geotecnia y geofísica y sensores remotos.
Conclusión 2
Principales problemas de las escuelas
En las encuestas a alumnos, docentes y profesionales de las tres carreras, la carencia de investigación fue señalada como un problema crítico por los encuestados en un rango comprendido entre el 35% y el 69%.; la malla curricular no acorde con los requerimientos del mercado de 22% a 41% y las debilidades en las competencias de los docentes estuvo en un rango de 19% a 53%; mientras que en el caso del problema de la carencia de convenios, de 26% a 40%.
Finalmente, el nivel de exigencia para ingresar a las universidades es adecuado en algunas universidades pero muy bajo en otras. En Ingeniería de Minas, el índice de selectividad en la admisión fluctúa entre 1 y 17, en Ingeniería Geológica, la selectividad fluctúa entre 2 y 15; y en Ingeniería Metalúrgica entre 1 y 6.
Recomendaciones
El libro del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú y Gerens
señala que se debe trabajar en el triángulo universidad, empresa, Estado:
• Empresas. La empresa privada puede ser parte del problema o parte de la solución. Para ser parte de la solución, debía buscar tender más puentes con la universidad, convenios de largo plazo para beneficio mutuo. Trabajar proyectos de innovación e investigación aplicada para mejorar su productividad, incorporar tecnología, tener programas de prácticas universitarias más estructuradas y articuladas, facilitar y promover las visitas técnicas y pasantías para profesores y alumnos.
La empresa privada podría equipar laboratorios y luego recibir servicios a cambio de ello. Podría firmar convenios y tener alianzas para la ejecución de proyectos, para apoyar a las universidades con sus profesionales que podrían ofrecer conferencias, talleres, seminarios muy actualizados y conectados con la problemática diaria. Quizá también se puede pensar en obras por impuestos o en asociaciones público privadas y para viabilizar el aprovechamiento de los recursos del canon que algunas universidades tienen inactivos.
• Universidades. Será tarea de las universidades implementar planes estratégicos transformativos que les permitan adecuar sus mallas curriculares a fin de mejorar el perfil de competencias de los nuevos profesionales, replantear completamente los sistemas de formación y evaluación del desempeño de sus docentes, establecer o ampliar intercambios con universidades líderes a nivel mundial, atraer profesores visitantes, estudiantes avanzados de doctorado y post doctorado por periodos de uno o dos años e impulsar la investigación en temas de interés práctico para la industria.
• Estado. Gran parte de las universidades son estatales; o sea que este es un problema en el que el Estado tiene una parte importante de la solución. Los roles del Estado a nivel macro debían enfocarse en acreditación, el establecimiento de mecanismos que faciliten el planeamiento de largo plazo a nivel macro para estar carreras y en la implantación de mecanismos de rendición de cuentas. En otros países se han implantado sistemas por los cuales las universidades públicas compiten por recursos para enseñanza e investigación. Este enfoque busca mejorar el valor público que produce cada institución con los fondos que recibe de la sociedad en su conjunto.
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