Durante la 51ª Jornada de Seguridad del ISEM, el abogado laboralista y socio del estudio Vinatea & Toyama, Jorge Toyama, ofreció una ponencia que dejó en claro una premisa fundamental: liderar también implica cuidar. Su conferencia, titulada “Cuidar es liderar: la seguridad, salud y bienestar como reflejo de un liderazgo responsable”, subrayó que la gestión en seguridad no puede reducirse al cumplimiento normativo, sino que debe convertirse en una estrategia de bienestar integral.
Toyama, profesor principal en la Pontificia Universidad Católica del Perú y asesor de instituciones como la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, planteó que la seguridad laboral en el país sigue siendo un reto mayúsculo. “En el Perú, cada 15 minutos ocurre un accidente de trabajo, muchos de ellos graves o fatales”, advirtió. Recordó incluso que ya existen precedentes judiciales donde gerentes generales han enfrentado condenas de cárcel por accidentes mortales, lo que evidencia la seriedad del tema.
El especialista explicó que, en sectores como la minería, la accidentabilidad ha disminuido en los últimos años, pero persisten brechas significativas en salud mental, tercerización y condiciones de estabilidad laboral. A pesar de que la minería formal ofrece salarios superiores al promedio nacional y mayor estabilidad, sigue siendo uno de los rubros con más tercerización y con alta presencia de accidentes vinculados a contratistas.
Uno de los mensajes centrales de su intervención fue que la seguridad y salud ocupacional deben concebirse como un área estratégica, no solo de soporte. Para Toyama, se trata de pasar de un enfoque “reactivo y normativo” a uno proactivo, cultural y de bienestar integral. “No se trata solo de prevención de accidentes, sino de generar confianza, compromiso y una cultura organizacional donde el cuidado sea parte del propósito empresarial”, afirmó.
En ese sentido, propuso que los líderes desarrollen habilidades blandas —comunicación, manejo de conflictos, resiliencia, trabajo en equipo—, pues son estas competencias las que permiten que las políticas de seguridad realmente se traduzcan en cambios en el comportamiento de las personas. “Conversar es cuidar. Cada vez que un líder escucha y dialoga, construye confianza, y la confianza es el cimiento de un sistema de seguridad sólido”, enfatizó.
Toyama también introdujo la noción de bienestar integral en cinco dimensiones: físico-mental, financiero, social, comunitario y personal. Señaló que las empresas deben asumir la seguridad y salud como parte de la experiencia laboral completa del trabajador: desde el proceso de selección y capacitación, hasta el desarrollo profesional y la salida de la organización.
Finalmente, hizo un llamado a los directivos y al Estado: “Si no somos agentes de cambio, la accidentabilidad no disminuirá. El cuidado debe ser una convicción, no una imposición legal”.
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