Ocho ideas y reflexiones sobre el liderazgo en el trabajo y el marco social y cultural en el que se desenvuelve
El liderazgo demanda integridad moral y compromiso social. La naturaleza del liderazgo exige una vocación y comportamiento signado por la ética, a la vez que un genuino compromiso con el equipo humano que se integra. El líder es, por definición, una persona íntegra y comprometida consigo misma y con los demás, y que también refleja, en sus contribuciones sociales, su propia espiritualidad.
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El liderazgo más gravitante tiene plenitud de valores humanos. Los grandes liderazgos en la historia de la humanidad, aquellos que lograron transformar el mundo, una época y su sociedad, fueron responsabilidad de líderes que no sólo tuvieron un sueño de realización sino también principios éticos que orientaron sus decisiones y acciones. La conducta ética o integridad moral en todos los ámbitos de actuación de la persona humana es fundamental, y en mayor grado todavía en el liderazgo por su singular influencia sobre los comportamientos sociales.
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El liderazgo más evolucionado se expresa en el servicio a los demás.El líder expresa su madurez en su permanente actitud de servicio a quienes lo rodean. Su propia actitud servicial no solamente favorece el crecimiento de los demás sino que es la sabia que le permite al propio líder crecer como persona en sus dimensiones psicosocial y psicoespiritual. El liderazgo humano más evolucionado se encuentra representado por la personalidad de Jesús de Nazaret, personaje histórico excepcional por su enorme influencia en veinte siglos de cristiandad, que señala el derrotero de la civilización occidental. El súmmum del liderazgo de Jesús de Nazareth está inmortalizado en el Sermón de la Montaña (Mateo, V, VI y VII; Lucas VI: 20 a 49).
El marco social
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El liderazgo es un fenómeno psicológico, social, cultural, histórico y espiritual. El liderazgo constituye una realidad compleja que influye muy significativamente en el desarrollo de sociedades, organizaciones, equipos, familias e individuos. Esta es una razón que explica por qué el liderazgo constituye uno de los temas sobre el que más se ha reflexionado, investigado y escrito.
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El liderazgo se encuentra inmerso en un proceso de cambios. Los cambios que experimenta la comunidad influyen sobre el liderazgo, pero, al mismo tiempo, el liderazgo también deja su impronta en la propia sociedad. Así, el liderazgo promueve cambios pero en sí mismo se encuentra sujeto a permanentes cambios por su propia naturaleza.
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El liderazgo se desarrolla y expresa en un marco socio-histórico. El proceso de cambios políticos, sociales, económicos, culturales y tecnológicos que impactan a la sociedad a través del tiempo histórico va condicionando la estructura y dinámica del liderazgo. Pero, a su vez, el liderazgo también contribuye de manera decisiva al cambio histórico en la sociedad.
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El liderazgo es un producto de la cultura. La atmósfera cultural de la sociedad moldea la calidad, los estilos y la productividad del liderazgo en los diversos ámbitos de actuación social. Así pues, los estilos de liderazgo y supervisión en las organizaciones empresariales no reflejan sino los paradigmas asimilados por la administración sobre el ser humano.
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El liderazgo refleja un estado de crisis social y moral. A tenor de las noticias que reflejan los medios de comunicación colectiva, así como también de los estudios procedentes de las ciencias sociales, puede comprobarse un estado de crisis en la conducción de la mayoría de las organizaciones e instituciones del país. En este sentido es importante analizar con hondo sentido crítico el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, esto para poder comprender la magnitud de la crisis de liderazgo político y social que sigue confrontando el país.
Por Ricardo Isaías Vargas Trepaud, Licenciado en Psicología y en Relaciones Industriales. psicoseg@terra.com.pe, en Revista Seguridad Minera.
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