En su Manual de Brigadas Contra Incendios, el Centro de Adiestramiento en Seguridad, Ecología y Sobrevivencia de PEMEX señala que las técnicas y tácticas para atacar incendios tienen como principio la eliminación de uno de los cuatro elementos que intervienen en la combustión (combustible, comburente, energía de activación y la reacción en cadena).
No son una receta de cocina para combatir cualquier incendio pues dependen del escenario y de una gran variedad de factores. El objetivo es eliminar los elementos que intervienen en la combustión.
Los especialistas de PEMEX señalan que dependiendo de la clase de incendio se tienen diversos mecanismos de extinción como son:
- Dilución o eliminación del combustible: retiro, bloqueo o eliminación del combustible.
- Sofocación o inertización: se llama así al hecho de eliminar el oxígeno de la combustión o técnicamente “impedir” que los vapores que se desprenden, se pongan en contacto con el oxígeno del aire. Este efecto se consigue desplazando el oxígeno por medio de una determinada concentración de gas inerte, o cubriendo la superficie en llamas con alguna sustancia o elemento incombustible (por ejemplo, la tapadera que se pone sobre el aceite ardiendo en la sartén, la manta con que se cubre a alguien o a algo ardiendo, etc.
- Enfriamiento: este mecanismo consiste en reducir la temperatura del combustible. El fuego se apagará cuando la superficie del combustible se enfríe a un punto en que no produzca vapores. Por lo tanto, para apagar un fuego por enfriamiento, se necesita un agente extintor que tenga una gran capacidad para absorber el calor. El agua es el más utilizado, por ser el mas barato y más abundante de todos los existen-tes. La ventilación ayuda a combatir el incendio, porque elimina el calor, vapores y humo de la atmósfera, reduciendo al mismo tiempo las oportunidades de una explosión por acumulación de vapores.
- Inhibición o interrupción de la reacción en cadena: consiste en impedir la transmisión de calor de unas partículas a otras del combustible, interponiendo elementos catalizadores entre ellas. Sirva como ejemplo, la utilización de compuestos químicos que reaccionan con los distintos componentes de los vapores combustibles neutralizándolos (polvos químicos y halones).
Técnicas y tácticas para atacar incendios
Generalidades
Al atacar un incendio no se emplea una sola táctica, sino un proceso que requiere la aplicación de una serie de ellas, indica el Centro de Adiestramiento en Seguridad, Ecología y Sobrevivencia de PEMEX. El dominio de las tácticas del avance, evoluciones, maniobras y retroceso con mangueras, forma parte de ese complicado conjunto de acciones dirigidas a la extinción de incendios. Es necesario que los movimientos se efectúen en forma mecánica pero inteligente; evitando fallos en el momento del combate que pudieran ser desastrosos tanto para el que los comete, como para todo el grupo de ataque.
Por esto, el objetivo es que cada hombre sepa lo que debe hacer, conozca el equipo que utilizará y no trate de actuar independientemente estorbando los planes de quien dirige la maniobra, sino que sea capaz de integrarse en cualquier grupo de defensa contra incendios, adaptándose inmediatamente y sin entorpecer la labor del conjunto.
La pisada
Lo primero que se debe hacer es asegurarse de pisar firme, pues con frecuencia se estará expuesto a resbalones, tropezones, etc., principalmente cuando el agua cubre el suelo y no se ve donde se pisa, manifiestan los especialistas de PEMEX. Durante las maniobras de combate de incendios con líneas de ataque, el personal que las integra debe desarrollar diversos movimientos para desplazarse de un lugar a otro, incluso a diferentes velocidades, pero siempre haciéndolo de manera coordinada.
Existe una posición específica para los integrantes de la línea, al desplazarse con ella, las personas que portan la línea deben colocar su pie izquierdo adelante, con la punta hacia el frente, separando el pie derecho y formando un ángulo entre los pies de forma que el bombero se sienta cómodo.
La manguera debe sujetarse con ambas manos, colocando la izquierda delante del cuerpo casi totalmente extendida, mientras que el brazo derecho sostiene la manguera bajo la axila, colocando en forma de escuadra perpendicular el tronco del cuerpo. El tórax estará un poco inclinado hacia el frente y la vista dirigida en la misma dirección. Los desplazamientos pueden ser avances, retrocesos, laterales izquierdos y laterales derechos. En ocasiones, por enfrentar el incendio a contraviento, estos desplazamientos pueden realizarse abajo, en cuclillas con vista al frente, para evadir los productos de la combustión.
El avance
Antes de atacar un incendio, el hombre que va a contribuir a su extinción no puede confiar únicamente en su valentía y su buena voluntad, los héroes no apagan los fuegos, lo hacen aquellas personas que actuando con precaución, están suficientemente entrenadas como para no exponerse a un riesgo más grave que aquel que pretenden dominar, explica el Centro de Adiestramiento en Seguridad, Ecología y Sobrevivencia de PEMEX.
Después de asegurarse de que la pisada es correcta hay que adoptar la posición más adecuada para exponerse lo menos posible al calor del incendio. Consiste en poner el cuerpo de canto, agachándose lo más posible y protegiéndose tras el abanico de agua sin embargo, aún en esta posición el paso debe ser firme, lento y calculado.
Antes de iniciar el avance, conviene asegurarse de que el funcionamiento de la boquilla es correcto, así como comprobar con qué presión se cuenta en la manguera, para lo cual debe abrirse y cerrarse dos o tres veces la boquilla observando los cambios en el flujo de agua.
De igual modo, deben observarse todas las características del incendio que se trata de extinguir para determinar de antemano la maniobra que se va a ejecutar y lo que se espera lograr con ella, así como el camino a seguir hasta llegar al punto elegido y los obstáculos y riesgos que presenta.
Si una vez iniciado el avance, se presentara algún acontecimiento imprevisto, tal como el estallido de una válvula de seguridad, o la caída de un compañero, no se soltará nunca la manguera ni se volverá la espalda al fuego. No debemos olvidar que nuestra única defensa contra el fuego es el agua y si la perdemos, también nos perdemos nosotros.
En maniobras en que intervenga más de un hombre, todos sin excepción, deben obedecer la voz de mando de una sola persona para evitar equivocaciones y desgracias. En el avance hacia el fuego es conveniente mantener siempre la barbilla baja, la niebla cerca de la cara y el paso firme y seguro.
Cierre de válvula (incendios por fuga de combustible en líneas o depósitos con válvulas de seccionamiento)
Un solo hombre:
En caso de incendios de reducidas proporciones por derrames de líquidos inflamables, un solo hombre, manejando una manguera de 45 mm con boquilla de niebla, puede controlar la situación acercándose a la válvula. Mientras sostiene la manguera con una mano, puede cerrar la válvula con la otra. Una vez cerrada la aportación de combustible, se dedicará a controlar el fuego con la manguera, hasta que se consuma el combustible que está ardiendo.
Una pareja:
La experiencia ha demostrado que se obtienen mejores resultados con un equipo de dos hombres para una manguera. El procedimiento a seguir es el siguiente:
Después de situarse en posición y elaborar un plan de ataque según la dirección del viento, condiciones del lugar, etc., ambos inician el avance, con una apertura de boquilla de unos 20º y a cierta distancia se agachan y se juntan más. Al mismo tiempo se abre el ángulo del abanico de agua, a fin de protegerse mejor porque a medida que avanzan, aumenta la intensidad del calor radiante que reciben
Simultáneamente, bajan un poco la boquilla, para evitar que el fuego llegue a sus pies. Con estas precauciones siguen avanzando cuidadosamente, observando cualquier cambio e incremento del fuego, o un cambio en la dirección del viento.
Entonces se acercan hasta donde se encuentra la válvula, y si es posible, colocan el ángulo inferior de la niebla sobre ella para que el encargado de cerrarla, que es quien dirige la maniobra, no tenga que atravesar la niebla con la mano para alcanzarla.
El mayor peligro en este tipo de operaciones es que el encargado de la manguera cambie el ángulo de la niebla o mueva la dirección de la boquilla. Esto ha ocasionado graves quemaduras, y solo puede evitarse mediante un entrenamiento constante, hasta familiarizarse por completo con materiales y técnicas.
Cuando la magnitud de incendio lo aconseje será necesario recurrir a otras combinaciones, las cuales pueden incluir diferentes números de hombre, líneas, diámetros, etc.
La formación
La formación más comúnmente adoptada por las líneas de combate de incendios, es formarse del mismo lado del pitonero (lado izquierdo de la manguera), donde el ayudante toma distancia con la mano derecha sobre el hombro izquierdo del pitonero y el liniero se coloca a distancia suficiente para mantener el control de la manguera cuando la línea avanza o retrocede, en caso de que haya más hombres en la línea (ayudantes) éstos deberán guardar la misma distancia que hay entre el ayudante y el pitonero, pero con respecto al hombre de adelante.
Posiciones del personal en las líneas de ataque
El Centro de Adiestramiento en Seguridad, Ecología y Sobrevivencia de PEMEX advierte que las líneas de ataque de incendios con mangueras deben estar compuestas por lo menos por tres personas con funciones específicas:
- Boquillero o pitonero: va al frente de la línea, su misión es aplicar correctamente los chorros de agua según se requiera en la extinción del incendio. Es quien porta y opera la boquilla; además da instrucciones a otros miembros de la línea.
- Ayudante de boquillero o pitonero: va detrás del boquillero, su misión es contrarrestar la presión de la manguera para darle libertad al boquillero al operar la boquilla, así como la facilidad para desplazarse.
- Liniero: debe asegurarse de proporcionar manguera a la línea sin interrupciones. Asimismo debe recogerla, evitar que estorbe en los retrocesos y asegurar el suministro de agua a la línea.
El retroceso
Una vez cerrada la válvula, los hombres retroceden cuidadosamente, sin mover el abanico de sus boquillas y manteniendo su posición agachada, siempre bajo la protección de la niebla aunque el fuego se haya apagado, para prever una reignición inesperada.
La técnica del retroceso es la misma del avance pero ejecutada a la inversa. Es aconsejable tener un hombre extra en cada línea de mangueras, para ayudar en el retroceso y debe estar colocado de tal manera que pueda conducir a los hombres hacia atrás con seguridad, cuando todavía tienen la niebla fija durante el retroceso. Este es importante, pues evita que tropiecen con la manguera pesada y dura, al caminar hacia atrás.
Normalmente, los hombres de cabeza de la manguera siguen sin perder de vista el fuego, aunque caminen hacia atrás y el hombre encargado del retroceso es el que avanza en dirección opuesta sorteando los obstáculos y cuidando que la operación de retroceso se haga ordenadamente y sin accidentes, tan cautelosamente o más que el avance.
Estrategia de ataque en explosión de flujo de aire en retroceso (backdraft)
Las características del backdraft son:
- Humo bajo presión
- Humo denso
- Temperatura excesiva y confinada
- Llama muy escasa o poco visible
- El humo sale a intervalos
- Ventanas ahumadas
- Sonido estruendoso
- Rápido movimiento del aire hacia el interior cuando se hace una abertura.
Las tácticas para aplicar ante la posible ocurrencia de un backdraft son:
- Aplicación de técnicas indirectas al ingreso a un apartamento.
- La ventilación natural del apartamento.
- Aplicación de técnicas de VPP (ventilación por presión positiva)
- Utilización de una nueva herramienta o pitón de acción cortante.
Cuando los bomberos llegan a un siniestro que por sus características los puede envolver en una situación de Backdraft, pueden aplicarse distintas tácticas, dependiendo de factores tales como, las personas dentro del edificio, los recursos que tienen a su disposición, la parte donde se aloja el fuego, la fase en que este se encuentra, el nivel de conocimiento e información que pueden brindar los testigos.
Entrada y movimiento a través de compartimientos interiores
Lo esencial que debe saberse, es que al ingresar a una habitación o apartamento con fuego forzosamente “hay que abrir una puerta”, acción que ventila el sitio y puede acarrear serias consecuencias.
Se debe contar en la medida de lo posible con información de los apartamentos, dimensiones de los cuartos y tener siempre presente la posibilidad de que puede producirse un backdraft. Cuando se deba abrir la puerta, el tiempo debe ser mínimo y siempre se tiene que adoptar una conducta defensiva por cualquier eventualidad que pueda ocurrir.
Flashover
Los bomberos deben saber que es necesario enfriar rápidamente los gases junto al techo, o se producirá muy probablemente el flashover.
Puede ser necesario posicionarse lo más cerca del suelo para lanzar una pulverización de agua hacia el techo. Esta pulverización hacia el techo debe ser corta e intermitente, para evitar problemas adicionales. Hay que observar el efecto producido y dejar que el vapor sea arrastrado por las corrientes de convección antes de aplicar la siguiente rociada.
Dado que el agua se transforma en vapor incrementando 1700 veces su volumen, si se utiliza mucha agua se generarán grandes cantidades de vapor que pueden rodear al bombero y causarle quemaduras.
También existe el riesgo de que los gases inflamables sean desplazados hacia los bomberos. Además el vapor generará turbulencias y ayudará a reducir la visibilidad, posiblemente ocultando el fuego y haciendo más difícil su ataque.
Se pueden establecer tres clases principales dentro de los métodos de extinción: indirecto, directo y enfriamiento de los gases de incendio.
- Indirecto: un fuego puede extinguirse dirigiendo el agua al interior del compartimiento para producir vapor y crear una sobre-presión, la cual desplazará hacia el exterior el aire y sofocará el incendio. Este método debe utilizarse solamente desde el exterior cuando no existan víctimas en el interior del compartimiento.
- Directo: debe aplicarse en las etapas iniciales del incendio o cuando el incendio es exterior. Se aplica directamente donde se encuentra el foco del incendio.
- Enfriamiento de los gases de incendio: consiste en colocar agua pulverizada directamente en los gases de incendio calientes, utilizando proyecciones rápidas y cortas para colocar la mínima cantidad de agua en la zona de sobre-presión, esta agua se convierte en vapor en esa área generando una zona de extinción.
Para conseguir los efectos deseados, existen técnicas de aplicación (pulsaciones) diferentes, entre las que podemos mencionar: aplicaciones intermitentes y aplicaciones largas con barrido.
Las aplicaciones intermitentes constan en la aplicación de un cono de poder intermitente con aplicaciones rápidas y cortas sobre los gases del incendio en la zona de sobrepresión, para enfriar y diluir los gases inflamables.
Las aplicaciones largas con barrido constan de la aplicación de un cono de poder sobre la zona de sobre-presión hacia los gases incendiados, moviendo el pitón en forma circular para enfriar y diluir las llamas y gases en combustión, permitiendo además a los bomberos penetrar en el interior de compartimiento.
El combate de incendios en las explosiones bleve
En estos casos, adiverte el Centro de Adiestramiento en Seguridad, Ecología y Sobrevivencia de PEMEX, los cuerpos de bomberos y brigadas industriales deben aplicar el principio de máxima seguridad, que dice así:
“Cuando haya que enfrentarse con un fenómeno poco conocido, con una circunstancia nueva o que pueda presentar eventos catastróficos, habrá que actuar como si lo peor fuera a ocurrir.” “Planee lo mejor, espere lo peor”.
Refrigeración de los recipientes
En todo recipiente vamos a encontrar dos zonas bien definidas, la superior o cámara de vapores y la inferior o sector donde reposa el producto en estado liquido, a esta última corresponden más de las ¾ partes del volumen del recipiente.
Cámara de vapores (producto en estado gaseoso)
Es de primordial importancia que el bombero identifique esta zona del tanque obteniendo la mayor cantidad posible de datos, para comenzar las tareas de enfriamiento. Así sabrá donde aplicar correctamente los chorros de agua. Esa zona actúa como cámara de expansión de los vapores y es donde generalmente se produce el colapso estructural, ayudado por la presión interna de los vapores del producto que son proporcionales al sobrecalentamiento.
El vapor es un mal disipador del calor, en consecuencia la chapa se sobrecalienta, comienza a perder resistencia, se expande, reduce su espesor y puede aparecer una grieta longitudinal y alcanzar una magnitud crítica. En este momento la estructura es muy frágil y la grieta se alarga y propaga a la velocidad del sonido, dando por resultado el colapso estructural y la rotura en pedazos.
Cámara de reposo (producto en estado líquido)
En caso que el fuego exterior acometa contra el recipiente en su parte inferior, es sumamente difícil calentar la estructura metálica, debido a que cualquier líquido es un buen disipador del calor actuando como regulador térmico, ayudando al metal a encontrarse dentro de los límites de seguridad.
Esto brindará a la operación de enfriamiento algún margen de tiempo a favor para actuar coordinadamente, pero no debe olvidarse que el sobrecalentamiento del líquido, a su vez esta generando mayor cantidad de vapores, aumentando la presión del recipiente.
Es importante mencionar que esta regla es básica en los combates de incendios de estructuras de recipientes: aplicar el agua correctamente en la parte superior para que sea aprovechada en la parte inferior y lograr con esto un enfriamiento integral de todo el recipiente.
Esta operación tiene primordial importancia en recipientes conteniendo gases bajo presión y también es aplicable a todo tipo de recipiente que contenga líquido. Se debe tener suma precaución en caso de recipientes conteniendo líquidos inflamables o combustibles a presión atmosférica y principalmente si el contenedor sufrió colapso estructural, provocando el derrame del producto ya que la incorrecta aplicación de los chorros de agua pueden ayudar a extender el derrame con su correspondiente secuela de riesgos.
Respecto de las técnicas de aplicación de agua para el enfriamiento de los recipientes bajo fuego, hay que identificar muy bien el tipo de producto que estos contienen, ya que en el caso de los gases criogénicos, puede ser contraproducente debido a que se encuentran almacenados a presión y a bajas temperaturas. Si se les rocía con agua a temperatura normal, toman calor de la misma agua y aumentan su presión interna y se aumenta el riesgo de producirse una bleve.
El método de enfriamiento con agua de los recipientes, indudablemente es el más efectivo ya que la película de agua que se forma sobre la chapa envolvente de los equipos, evita que la temperatura de los mismos ascienda a más de 100º C y consecuentemente el metal se reblandezca.
El aporte y la aplicación de agua para proteger a los equipos, puede efectuarse por medio de las instalaciones fijas de sistemas de boquillas rociadoras, ya sea para que actúen automáticamente ante una detección de fuego, de accionamiento local por medio de un sistema manual o bien a distancia desde una sala de control.
Técnicas y tácticas para atacar incendios: conclusión
El Centro de Adiestramiento en Seguridad, Ecología y Sobrevivencia de PEMEX considera que basados en la nueva filosofía del tetraedro del fuego, existen cuatro mecanismos de extinción: la sofocación, que consiste en eliminar el oxígeno; el enfriamiento que implica bajar la temperatura; la dilución que requiere retirar o eliminar el combustible y la interrupción de la reacción en cadena.
Los agentes extintores varían dependiendo del tipo de fuego y se pueden utilizar desde el agua que se utiliza para el fuego tipo “A”, hasta sustancias como las espumas que combaten varios tipos de incendios.
En cuanto a técnicas de ataque a incendios cuenta mucho la experiencia; sin embargo hay ciertas recomendaciones básicas que el brigadista debe conocer y tener siempre presente como las que se mencionan a continuación:
Pisar firmemente es la posición que debe adoptar el brigadista, preferentemente agachado y de lado, de manera que se exponga la menor superficie del cuerpo a la radiación; protegerse tras los abanicos de agua, revisar presiones y fuentes de suministro antes de la intervención. Cuando participan varios hombres o cuadrillas se recomienda mantener estrecha comunicación y coordinación y que la voz de mando sea solo una.
En este último caso es recomendable que cada línea de ataque esté formada al menos por tres personas: el boquillero al frente, un ayudante a sus espaldas, y el liniero para apoyar en la maniobra, revisar presiones y suministro de agua. Los cuidados y precauciones deben extremarse al máximo cuando se tiene sospecha de que pueden presentarse algunos de los fenómenos poco conocidos como un Backdraft o una bleve.
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