El centro de control de la mina Skalisty (Rusia), administrada por Nornickel, permite planificar y monitorear las plataformas de perforación autopropulsadas, la carga de la masa rocosa de las unidades de tunelización y voladura, así como la programación de las operaciones mineras.
Los centros de control mejoran la eficiencia de las operaciones y, antes de llegar al proyecto Skalisty -dedicado a proveer materias primas para el concentrador Talnakh-, la compañía los probó en las minas Taimyrsky, Oktyabrsky y Komsomolsky.
Antes del centro de control de operaciones, Nornickel estableció una infraestructura subterránea en la mina como parte del programa Avance Tecnológico. Los técnicos colocaron el cable de fibra óptica, introdujeron las comunicaciones por radio y construyeron un proyecto para ubicar el equipo y el personal de minería, y configurar puntos de transferencia de datos inalámbricos. El acceso a Wi-Fi ahora está disponible en casi todos los trabajos mineros. Además, las minas están equipadas con cámaras de video en las áreas que requieren atención especial.
El centro cuenta con 20 puestos de trabajo automatizados. Los despachadores tienen la responsabilidad de mantener el trabajo operativo y monitorear el progreso tanto bajo tierra como en la superficie. El centro también alberga a especialistas en operaciones de relleno, anclaje y construcción importante, así como a especialistas en diversos campos de la planificación temporal. Además, el centro proporciona espacio para albergar equipos para el control remoto de máquinas subterráneas.
“La apertura del centro de operaciones de última generación es el próximo paso para la compañía en la implementación de un proyecto importante para introducir tecnologías no tripuladas en la mina Skalisty. Se continúa implementando la introducción de centros de operaciones, y la mina Mayak se unió al programa este año. También planeamos un centro similar en Nadezhda Smelter y Bear Creek”, señaló Nikolay Utkin, vicepresidente sénior de Nornickel y jefe de la división de Norilsk.
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