Los accidentes, enfermedades profesionales e incidentes son raras veces sucesos aleatorios imprevisibles. Generalmente derivan de fallas en el control y a menudo tienen múltiples causas.
A pesar de que la causa inmediata de un suceso pueda ser una falla técnica o humana, tales sucesos normalmente proceden de fallas organizativos que son responsabilidad de la dirección.
Las políticas con éxito ponen mayor énfasis en conseguir un control efectivo, tanto sobre los trabajadores como sobre la tecnología. Su fin es aprovechar las capacidades de los trabajadores a la vez que se minimizan las influencias de la fiabilidad y limitaciones humanas, mediante la forma en la que se estructura la organización, se diseñan las tareas y se establecen los sistemas de trabajo.
Bajo este criterio es fundamental comprender cómo afectan los factores humanos a las actuaciones en seguridad. Hay tres áreas clave que influyen en el comportamiento: la organización, la tarea y la persona.
Factores organizativos
Establecer una organización eficaz en salud y seguridad es crucial para gestionar adecuadamente los riesgos y para reducir lesiones, enfermedades y pérdidas. Debe diseñarse para maximizar la contribución de los individuos y grupos mediante la participación a todos los niveles. Se necesita desarrollar una cultura en salud y seguridad, en la cual los objetivos en este ámbito sean considerados por todos con el mismo rango que los otros objetivos del negocio. Esto sólo se puede hacer a través de un compromiso activo y continuo de la dirección, quien, a través de su comportamiento individual y su práctica de gestión, comunica de forma eficaz las ideas que subyacen en la política de salud y seguridad. La salud y la seguridad son consideradas como una orden que parte de la sala de consejos, con un miembro del consejo asumiendo la responsabilidad directa de coordinar el esfuerzo. La organización completa ha de compartir las percepciones y creencias de la dirección sobre la importancia de la salud y la seguridad, y la necesidad de alcanzar los objetivos de la política que han sido establecidos y comunicados.
Procedimiento sistemático
La planificación es crítica para implantación de una política eficaz. Su finalidad es aplicar la lógica y el rigor de la planificación del negocio a la identificación y control de los riesgos. Los análisis y procedimientos adecuados aseguran la identificación sistemática de los riesgos y el establecimiento de objetivos y normas de actuación. Las técnicas de evaluación de riesgos permiten asignar de forma adecuada los recursos disponibles y definir prioridades. Mediante métodos adecuados de control se pueden comparar, de forma objetiva, las actuaciones con los plantes establecidos. Las organizaciones con altos niveles de salud y seguridad invierten más recursos en esta materia que la media, y consideran que este costo es rentable en términos de mejora de la actuación. La amplitud con que se reflejan los principios de salud y seguridad en la actividad del negocio y en la toma de decisiones, es un determinante fundamental de su efectividad. Para evitar conflictos entre las demandas de la política y otras necesidades operativas, se deben considerar las implicancias prácticas de las políticas de salud y seguridad.
Otro elemento esencial del procedimiento sistemático es el compromiso de una mejora continua. El esfuerzo en la mejora de la gestión de la salud y la seguridad es un elemento importante en la consecución y mantenimiento de altos estándares. Es esencial aprender de la experiencia. La experiencia debería influir en el desarrollo de políticas y técnicas más afectivas de implantación. Esto exige revisiones regulares y detalladas de las actuaciones para compararlas con los planes, así como auditorias regulares del sistema global de salud y seguridad.
Artículo publicado en revista Seguridad Minera Nº40 p5. Tomado de ‘Éxito en la Gestión de la Salud y la Seguridad’ del Ministerio de trabajo y Asuntos Sociales de Inglaterra 2da edición Madrid 1997.
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