Un pilar de la gestión de riesgos para la salud del trabajador es la vigilancia. Mediante ella se busca confirmar si los empleados están potencialmente expuestos a los peligros existentes en el lugar de trabajo, si las medidas de control son efectivas y si el trabajador no muestra cambios biológicos o clínicos que puedan indicar una exposición de dañina, señala en este artículo el médico indio Damodar Vishnu Lele.
La vigilancia de la salud es una metodología de salud pública, cuyo objetivo es detectar efectos no deseados en la salud en una población determinada, con el objetivo principal de eliminar la fuente del problema. En salud pública, la vigilancia se desarrolló originalmente como parte de los esfuerzos para controlar las enfermedades infecciosas, pero los principios de la vigilancia se pueden aplicar potencialmente a otros problemas como enfermedades crónicas (diabetes, cáncer o presión arterial alta), enfermedades profesionales o problemas sociales (drogadicción).
La vigilancia es una actividad central importante en la práctica de la salud ocupacional. Por lo general, se realizan dos grandes grupos de vigilancia: vigilancia de peligros y vigilancia de la salud. Aunque el enfoque del primero son los peligros en el lugar de trabajo, el segundo tipo de vigilancia se refiere a la salud de una persona de un grupo particular de trabajadores. Ambos tienen funciones importantes en la práctica de la salud ocupacional y son complementarios.
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