La minería es un trabajo riesgoso. Los expertos en seguridad ocupacional cuentan con un sistema integral para evitar accidentes como caídas, choques y enfermedades. A esto hay que sumar aquellos males que aparecen a largo plazo, como la sordera de quienes trabajan con motores diésel y perforadoras.
El ingeniero Carlos Julio Macías hizo un estudio titulado «Factores de pérdida auditiva en trabajadores expuestos a ruido en la minería subterránea de la empresa PROMINE CIA. LTDA. y desarrollo de medidas preventivas», y cuenta con un apartado dedicado a los audiogramas, es decir, al registro gráfico que indica el umbral de audición o campo de audibilidad de un individuo a ciertas frecuencias.
La clasificación de los audiogramas anormales se divide en cuatro: hipoacusia conductiva (pérdida mayor a 30 decibeles por vía aérea), hipoacusia mixta (pérdida mayor a 30 decibeles por vía aérea y ósea), presbiacusia (pérdida normal por envejecimiento) y hipoacusia neurosensorial profesional (pérdida provocada por ruido).
Sobre esta última, existen tres grados de gravedad:
- Grado I cuando la caída promedio es de 30 decibeles o más en las frecuencias de 3000 y 4000 Hz.
- Grado II cuando la caída promedio es de 30 a 40 decibeles en las frecuencias del lenguaje hablado (500 a 3000 Hz).
- Grado III cuando la caída promedio es mayor a 40 decibeles en todas las frecuencias auditivas.
Sobre el estudio
La investigación hizo encuestas a una muestra de 60 trabajadores del área de mina de PROMINE CIA. LTDA. Luego hubo una medición del ruido para determinar su intensidad y las frecuencias que se presentan en el interior de la mina.
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