[Editorial] A mediados de los años 90 del siglo pasado, la minería peruana tuvo uno de los peores desempeños en materia de seguridad en el trabajo. En 1996 se registró unos 120 accidentes fatales. La reacción de la industria no se hizo esperar y, desde entonces, ha venido intensificándose las acciones para garantizar la integridad de los colaboradores de un sector productivo calificado de alto riesgo.
La interacción de las autoridades del Estado y el sector empresarial, la adopción de políticas corporativas y sistemas de gestión, la evolución de las normas y el desarrollo de buenas prácticas, la adaptación progresiva de todos los estamentos mineros a las exigencias de seguridad y salud en el trabajo, entre otros, son factores que han venido influyendo positivamente en las mejoras logradas en los últimos 15 años.
Los indicadores de seguridad vienen siendo alentadores en medio de altas y bajas en el mercado de minerales y metales, la construcción de nuevas minas y la ampliación de las operaciones, así como el crecimiento significativo de la población laboral, en especial de jóvenes colaboradores. Si hacia el año 1996 hubo 51 mil trabajadores y se registró 120 accidentes mortales, el año pasado la cantidad de mineros ascendió a 210 mil y hubo 47 fatalidades. Es decir, en ese lapso, la cantidad de personal creció en 410% y la ocurrencia de accidentes fatales se redujo en 60%.
Si bien es cierto que –desde la perspectiva de la administración– es indispensable identificar qué impide alcanzar los objetivos de seguridad minera, del mismo modo es preciso persistir en aquello que viene dando resultados positivos en las minas del país. Cada operación minera es un mundo diferente y requiere de un análisis minucioso para favorecer la productividad y la seguridad como parte de una misma meta.
En ese marco, las compañías mineras del Perú, sin lugar a dudas, vienen encontrando en el Instituto de Seguridad Minera un aliado en todo aquello orientado a construir una sólida cultura de seguridad. Merece destacarse, por supuesto, el millón de horas-hombre de capacitación en seguridad minera que hemos superado en los últimos tres años de manera consecutiva. Los cursos, seminarios y reuniones especializadas realizadas en nuestros 16 años de vida forman parte de los avances expresados en la reducción de accidentes, pero sobre todo en el objetivo común de una minería sin fatalidades.
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